Juegos de seducción. KookMin

Noche en el Castillo

Un pequeño pelirosa daba vueltas en la gran cama King size de la enorme habitación, se sentía tan pequeño algo lo molestaba no permitiéndole dormir, imágenes del pasado mezcladas con llantos, gritos un el sonido de un arma al ser disparada y el tirado al borde de un precipicio llorando incansablemente repitiendo una sola palabra mamá, sonidos de ruedas, más llanto, gritos y sirenas a lo lejos, seguido de un dulce juego de atrapadas con un pequeño pelinegro con dientes parecidos a los de un tierno conejito para culminar en jadeos e imágenes del mismo pelinegro con un cuerpo más desarrollado en brazos de un hermoso rubio platino, golpes, más llanto que lo hizo saltar de la cama, toco su frente la cual estaba perlada de sudor frio, siguió con sus ojos los cuales emanaban lágrimas en abundancia, limpio rápidamente sus ojos con la manga de su playera de We Bare Bears, para saltar de la gran cama estilo victoriano olvidando calcular la altura aterrizando así con un sonido seco sobre su trasero, haciendo una mueca para terminar por reírse de sí mismo un poco, unos golpes lo hicieron sobre saltarse un poco.

— Minie estas bien, escuche un golpe y oh

Yoongi corrió de la gran puerta de cristal a levantar al más joven — ¿Pero que te paso, te hiciste daño?

— No, para nada solo no calcule mi aterrizaje una pequeña risa extraña salió de su garganta

— Que tenemos aquí estuviste llorando ¿Verdad?

Un rubor se extendió por su rostro de inmediato, había prometido a su hyung que trataría de no volver a llorar más por lo que había pasado, pero no estaba llorando al cien por ciento por eso verdad así que no estaba incumpliendo su promesa tan gravemente, una pequeña sonrisa se dibujó en sus labios después de asimilar su gran lógica — Es solo que tuve una pesadilla y desperté así con lágrimas en los ojos por ello tanto alboroto al tratar de bajar de la cama, por cierto y tu porte saliste de la pared hyung

Ahora quien reía nerviosamente era el — Estaba en mi habitación revisando algunas cosas en mi portátil cuando escuche algunos sonidos raros provenientes de la pared de cristal, iba a dar la vuelta para tocar a tu puerta y escuche el golpe, ya había notado que la pared es una puerta corrediza así que la jale y aquí estoy pequeño

Ambos rieron — A quien se le ocurre que una pared sea una puerta de cristal

— Al Rey y la Reyna de Mónaco amigo, bueno a los del siglo XV por que dudo que este castillo tenga menos que eso

— Es verdad, es extraño ¿no? con todas esas habitaciones, puertas corredizas y ahora paredes me siento un poco expuesto

— Lamento haber entrado así pequeño, no volverá a pasar además mira. Camino hacia la pared para mostrarle que en el piso había una especie de relieve el cual presiono con su pie y la puerta se cerró escuchando como se activaba un seguro en ella, volviendo hacer una hermosa pared de cristal en tonos azules oscuros con pequeñas motas plateadas haciendo un cielo estrellado.

Sus pequeñas manos viajo a sus mejillas en señal de asombro — Pero claro un lugar así debería tener este tipo de sistemas, que tonto soy. Su risa salió como hilos de plata flotando por la oscuridad de la noche.

— Deseas que deje descansar pequeño, iré a dar la vuelta para ingresar a mi habitación lo prometo

— Ahora ya no tengo sueño quería tomar un poco de aire y contemplar la hermosa vista de este mágico lugar, quieres hacerme compañía hyung

El mayor asintió para caminar al lado del más joven, hacia las dos hermosas puertas también de cristal, para salir a la pequeña terraza fuera de su habitación, ambos se recargaron en la barandilla de piedra, el viento fresco con aroma a mar chocaba ligeramente en sus rostros, el vaivén de las olas, chocando con las rocas era un sonido mágico, ambos permanecieron en silencio por unos minutos, un silencio que no se sentía incómodo al contrario era como si ambos se conectaran en aquel silencio conversando sin palabras.