Capítulo 2. ¿Qué debemos irnos?

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Durante todo el evento Jisoo notó el comportamiento extraño de su esposo y su hermano, ella presentía que algo no estaba del todo bien. Tomó a ambos del brazo para apartarlos.

— Ahora sí, ustedes dos me podrían decir qué tanto cuchichean.

— Oh, no amor, no es nada, ¿verdad Nam?

Namjoon era fatal para mentir, sobre todo a su hermana, así que comenzó a sentirse nervioso contestando dudoso. — Ah, sí, no es nada.

— ¿Es en serio, chicos?, quieren jugar a esto conmigo, par de tontos.

— Ya, ya, hermanita, no te sulfures, vamos Hyun dile a tu esposa.

— ¿Yo?, es tu hermana, dile tú.

— No gracias, deseo vivir pasados los 25.

— Realmente ambos me están haciendo perder la paciencia, hablen ya.

— Hyun y yo estuvimos conversando y creemos que es hora de dejar que los niños comiencen a prepararse para tomar sus respectivos lugares en las industrias KiOn. Namjoon se encogió un poco en su sitio, sabía lo que vendría después.

— Qué, pero son unos niños, ustedes son estúpidos o qué, además tú, señalo a su hermano con una uña perfectamente arreglada. Acaso no piensas en el efecto que causará en Jimin, el ser separado de nosotros ahora, él está sufriendo y tú, tú... Comenzó a mirar con ojos brillantes a su esposo.

— Vamos amor, hemos sopesado todo aquello, inclusive lo valoramos con el terapeuta de Jimin, quien nos indicó que está es la mejor edad para la separación entre él y Jungkook, ya que después sufrirán mucho más. Sabes que amo a Jimin como si fuera mi propio hijo y Nam a Jungkook de igual forma, pero no podemos ignorar que ambos serán la cabeza de las industrias KiOn en el futuro.

— Jiji, sabes que me duele tanto o más que a ti, sobre todo con toda esta situación de Hyun-ah, separarme de Jimin es inconcebible, pero es necesario, ellos deben comenzar su educación en el extranjero.

Jisoo abrió los ojos como platos, el miedo inundo su cuerpo, enviarían a sus pequeños bebes al extranjero y solos, no, no, ella no podría aceptar tal barbarie, pero también sabía que las razones de su hermano y esposo eran totalmente válidas y correctas. Sintió unos fuertes brazos consolarla, mientras tibias lágrimas comenzaban a emanar de sus ojos.

— Lo debo aceptar, ¿verdad?

Nam acaricio el cabello de su hermana, dándole un sí, subliminal con ese acto, cuando estuvo más calmada inmediatamente quiso saber los detalles de esa locura, que al final ya era algo real.

— Ahora genios, díganme quién les dará la noticia a los niños, esbozó una sonrisa a ambos.

— Estuvimos pensándolo hermanita, el día de mañana todos juntos iremos al parque acuático, posteriormente les daremos la noticia juntos.

— Son unos confabuladores, lo saben verdad, pero está bien acepto, sólo porque sus argumentos son válidos, con un suspiro más de nostalgia, que de fastidio terminó. — Tarde o temprano sabía que este día llegaría, es parte de haber nacido en nuestra familia, ¿no? Dio un codazo a su hermano quien le sonrió con tristeza

— Exacto hermana, es parte de ser un Kim, volteó a ver a su cuñado — y un Jeon.

Cuando la familia llegó a la mansión KiOn, era pasada la medianoche, los tres acudieron a la recámara de Jimin que era la primera, pero como la mayoría de las noches estaba vacía, por lo que inmediatamente fueron a la habitación de Jungkook, donde encontraron a los dos pequeños profundamente dormidos, JungKook sostenía protectoramente el pequeño cuerpo de su primo, mientas Jimin descansaba su pequeña mano encima de las que apresaban su cuerpo.

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