Juegos de seducción. KookMin

Capítulo 24. Provocación

Después de los vítores para la familia Kim, una charla amena con los padres de Yoongi y muchas miradas por parte de todos, Jimin convenció a su ahora novio de ir a descansar, ambos se quedarían en el castillo en habitaciones contiguas, con delicadeza y sin llamar la atención de su ahora prometido, el peliazul apartó un poco a su tía para hablarle con fingido interés por el rubio.

— ¿Todo bien con Kook y su amigo tía?

— Que lindo Jiminie por preocuparte, pero si es solo que Baek no se sentía del todo bien, por lo que mi hijo lo llevó a descansar, ese pequeño rubio es un tanto enfermizo, pero tan adorable que me encantaría sumarlo a la familia, ¿no te parece un gran chico para nuestro kook?

La rigidez y molestia que sintió en aquel momento era tangible, pero trató de ocultarla — No lo conozco muy bien, pero si es muy lindo supongo. Lo último lo dijo en un susurro inaudible.

— ¿Te sientes bien?

— Sí, pero muy cansado, hoy fue un día demasiado agitado.

La pelinegra sonrió de manera hermosa — Claro, tenías bien guardada esa gran sorpresa y a ese chico tan atractivo, ja, ja, ja, te confieso que siempre creí que te casarías con Taehyung, pero bueno, el corazón es un gran misterio, sólo sé feliz mi pequeño.

En su mente se repetían las palabras de su tía ¿con Taehyung? Por qué diría aquello, pues siempre habían sido como hermanos, bueno si le parecía lindo esa piraña disfrazada de pez ángel estaba más que confirmado que su percepción no era del todo correcta para ese tipo de asuntos, pensó dándole otra sonrisa para despedirse, dio un paso, pero se giró nuevamente a mirarla con los ojos brillantes.

— ¿Dónde se queda Kookie?, pasaré a ver cómo se encuentra Baek y si necesitan algo.

— Jiminie eres un ángel, nosotros nos quedaremos al otro lado del castillo, me evitas la fatiga de ir por mí misma a verlos, se encuentran en la segunda habitación después de doblar las escaleras por ese pasillo. Señaló las puertas por donde Jungkook había desaparecido horas antes. — Tu habitación se encuentra al final del pasillo pequeño y la de Min es la contigua a esa, le dio un beso en la mejilla para marcharse.

Jimin sonrió, iba a arruinarle la velada al rubio a como dé lugar, ellos habían jugado con él sin contemplaciones, ahora era su momento de divertirse con aquellos ratoncitos, buscó a su padre para despedirse, aunque dudo en acercarse al verlo en una acalorada discusión con aquel horrible hombre que lo hizo sentirse tan incómodo, por lo que prefirió sólo despedirse de los que ahora eran sus posibles suegros colocar su brazo alrededor de Yoongi para dirigirse a su habitación.

En cuanto las puertas detrás de ellos se cerraron, su prometido lo cargó dándole un giro en el aire.

— Jimin me has hecho el hombre más feliz de este mundo, hablo en serio, te prometo que haré hasta lo imposible por siempre complacerte en todo y ayudar a que tu felicidad se encuentre siempre presente.

El contrario sonrió a pesar de sentirse ahogado y querer soltar un enorme bufido, por qué un hombre debía encargarse de su maldita felicidad, él podía ser feliz solo, no necesitaba a Yoongi o Jungkook, pero que idolatría tenían todos los hombres activos, pero él lo escogió, decidió jugar aquel juego así que sólo le quedaba sonreír y ser el mejor prometido, estaba seguro por la reacción del azabache, que eso le carcomía por dentro.

Le dio un tierno beso en la mejilla a su novio como respuesta, para concluir su conversación con un simple pero solemne.

— Me esforzaré para que esto funcione, me daré esa oportunidad.

El mayor le dio un fugaz beso, acercándose a su oído. — Y si te quedas en mi habitación esta noche.

Jimin se tensó un poco a pesar de que las noches que había compartido lecho con Min habían sido más que satisfactorias, esta vez debería declinar su propuesta, pues su alma ardía con un único objetivo arruinarle la noche a Baekhyun, por lo que de forma astuta unió sus labios a los contrarios para terminar diciendo.