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¿Era tarde para arrepentirse de sus palabras? ¿No había alguna opción en la vida real para solo quitar una frase u oración dicha sin haber pensado demasiado en las consecuencias que traería?

Por cosas como estas es que prefería siempre apostar a la segura. No, más bien, simplemente no apostar. Porque, ¿qué tan seguro era poder salir victorioso de una apuesta? Era como, lanzar una moneda al aire, no sabrías el resultado hasta que esta toque el suelo. Por más que, sintiera que tenías el absoluto control y confianza de que todo saldría en tu favor, la situación podría dar un giro de 180 grados en el momento que menos te lo esperabas. Como en su caso.

Especialmente cuando sabía que la suerte nunca estuvo de tu lado. Debió recordar eso aquella noche. Esas veces en las que los niños de la primaria hacían tontas apuestas para ver quien sería la persona que haría la tarea en el grupo o quién se enfrentaría a la maestra Jasmín para decirle que la mascota de la clase se perdió, y siempre terminaba perdiendo. Aunque, sinceramente, no creía que eso fuera algo difícil de olvidar. Tal vez, no fue por completo su culpa, sino del vaso de alcohol en su mano que lo llevó a esto.

No era como que tuviera una buena relación con las bebidas fuertes (o con cualquier bebida que contuviera alcohol, en realidad), por lo que unos simples sorbos harían que su cerebro tomara estúpidas decisiones que lo harían arrepentirse de por vida. Ahora, se encontraba acá, sin poder escapar de su destino.

—Solo relájate, Luke —dijo el chico. Su voz sonaba algo graciosa, puede que por las latas de cerveza que hubiera tomado antes de llegar, pero no lo suficientemente ebria como las otras personas que estuvieron en ese club.

—Ashton, creo que no debería-

—Lo prometiste —mordió su labio inferior, una acción que solía hacer demasiado de adolescente cuando una vieja pieza de metal se encontraba en la zona antes que tuviera que quitársela cuando empezó a trabajar. Luego, soltó un suspiro. Sabía que él tenía razón —. Y, no vas a querer ser esa clase de personas que solo hablan y no cumplen lo que dicen.

—Pero, no creí que iba enserio —intentó excusarse, aunque sabía completamente iba enserio. Realmente, enserio.

Casi nunca salía de su zona de confort. No, nunca lo hacía y ya. Desde que tenía uso de la memoria siempre fue esa clase de niño callado, que se sentaba al final de clase y esperaba a que alguna persona le hablara para comenzar una conversación. También, el adolescente que no era invitado a fiesta porque todos sabían que su respuesta sería negativa. Además de, la clase de estudiante universitario que no vivió "la mejor etapa de su vida" por preferir la comodidad y no tomar riesgos. Y, todo eso estuvo bien por un largo tiempo.

Es decir, le gustaba la posición en la que se encontraba. Ya saben, una vida tranquila, cotidiana y casi completamente aburrida para algunas personas. Hasta hace poco.

Fue en las vacaciones de invierno, cuando fue a visitar a sus padres, como hacia cada año. Cuando recuerda ese día, el olor a galletas caseras llegaba a sus fosas nasales y el cálido ambiente que se sentía en esa gigante casa que ellos tenían solo para los dos. Fue antes de irse que su madre le contó algo, no fue noticia que fuera nueva, pero fue lo que vino con ella lo que hizo que se pusiera a pensar en su vida.

Tal vez, necesitaba hacer algo para cambiarla. Puede que fuera esta la señal que le estaba dando el mundo para decirle que dejara de estar en pausa mientras el resto del mundo seguía avanzando y comenzara a... vivir. No fue demasiado, pero sí el comienzo de algo que lo hizo hacerse demasiadas preguntas, que lastimosamente no tenían respuesta, y quedaba en sus manos conseguirlas o no.

Esa fue la pequeña chispa que inició todo, que lo hizo llega a donde se encontraba.

Hoy era el primer fin de semana luego de que las vacaciones de invierno hubieran acabado y casi todo el personal se encontrara de nuevo en la ciudad. Como era de esperarse, este fue el día que todos estuvieron esperando desde que volvieron; pasar una noche en la ciudad y divertirse lo suficiente como para olvidar que extrañaban a sus familias más de lo que lo querían hacer notar.

Fight So Dirty But Your Love So Sweet [muke]On viuen les histories. Descobreix ara