Capítulo 63

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La felicidad embargaba todo su ser, ese día había sido el mejor despertar de su vida,tierno y romántico.

Se levantó de la cama, tomó su albornoz blanco y se lo colocó junto con sus pantuflas afelpadas color blanco. Tomó una rosa roja de un arreglo que estaba sobre la comoda de su habitación, era hermosa, como todas las demás, tenía un exquisito aroma.

Moría de hambre,fue directo a la cocina donde los empleados preparaban el desayuno, y Alfred picaba fruta en pequeños trozos.

No fue consiente cuánto tiempo durmió, pensaba que aún Fernando estaba en casa pero al parecer estaba equivocada.

Alfred: Lu, que bueno que despertaste.

Lucero: Buenos días Alfred.

Alfred: Que quieres desayunar?

Lucero: Lo de siempre...

Alfred iba a colocar un lugar para Lucero en el comedor, pero ella le dijo que prefería desayunar allí en la cocina para lo cual Alfred asintió.

Lucero: Y Fernando?

Alfred: Fue a la oficina.

Lucero: Tan temprano?

Alfred: Bueno dijo que quería, llegar temprano su ausencia de ayer lo dejo con más trabajo que de costumbre, además tenía una junta con unos socios japoneses para cerrar un contrato importante para el y su compañía.

Lucero sabía que tarde o temprano tenía que hablar con el, el se lo había pedido, y ella debía darle una oportunidad.

Alfred la acompaño con un café y algo de fruta a petición de ella que argumentaba no querer desayunar sola. Luego de algunos minutos después de haber concluido el desayuno fue directo al fregadero a lavar los platos.

Alfred: Niña, no creo que tú debas hacer eso, lo podemos hacer nosotros.

Lucero: No importa Alfred, quiero ayudarte...

Alfred sabía que era inútil prohibirle que lo hiciera, no tuvo más remedio que ayudarle por lo menos a secar la vajilla, aunque hubiera sido aún más fácil meter los platos al lavavajillas, pero ella quería hacerlo por si misma.

Luego de unos algunos minutos después, Lucero tomo una toalla de cocina para secarse las manos antes de volver a su habitación.

Lucero: Voy a tomar un baño, luego quiero ir a visitar a Cyntia, hace mucho que no se de ella( y era verdad,fueron pocas las llamadas que le hizo a su amiga, su trabajo la mantenía ocupada gran parte del tiempo).

Puedes pedirme un taxi?

Alfred: Eso no será necesario, puedes llevarte al chófer.

Lucero: Acaso no acompaño a Fernando?

Alfred: Fernando se llevó su auto, quiso dejar al chófer por si se ofrecía algo.

Lucero le dió un abrazo y un beso al noble Alfred, luego se dirigió a su habitación.

Un baño de burbujas y agua caliente le caería excelente, preparó la tina del baño con el agua a temperatura agradable. Sumergió su desnudez entre el agua, era relajante sentir aquellas burbujas de jabón en todo su cuerpo, sumida en sus pensamientos analizaba tener una plática con Fernando cuando llegara.

Alfred se encontraba en la sala de la casa, eligiendo un jarrón adecuado donde colocar un enorme ramo de rosas que le había pedido al jardinero que cortará para el.

Escucho que abrían la puerta principal, extrañado se asomó para ver quién era.

Alfred: Fernando? Que haces tan temprano en casa?

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