Capítulo 33

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Al parecer Silvia había cambiado de parecer con el asunto del divorcio, contrato a un abogado para que se pusiera de acuerdo con el abogado de Fernando para llegar a un acuerdo que beneficiará a ambas partes para acabar con todo ese desgastante asunto.

Fernando estaba más que feliz, algún iba a poder separarse de Silvia para comenzar de nuevo con Lucero.

En la Mansión Colunga...

Las dichosas gotas que le había dado Camila no eran ni la mitad de efectivas como ella lo quería, el efecto de aquellas gotas era solamente para unas  cuantas horas pero a ella no le serviría de nada tenerlo dormido solo ese tiempo, necesitaba que durmiera hasta el amanecer. Se las ingenio como pudo para conseguir unos somniferos , con eso se aseguraría de que durmiera hasta el día siguiente.

Bajo al primer piso de la casa, luego de reunir a todos los empleados, vendría el siguiente paso, pero y Alfred?

A dónde lo mandaría si el vivía prácticamente en casa?

Silvia: Al fin podré darle uso a las gotas que me dió Camila, y que mejor que usarlas con el estúpido ese.

Silvia reunió a todos los empleados de la casa.

Silvia: Bueno seré breve, tienen el día libre. Pueden regresar hasta mañana.

Los empleados se extrañaron de la actitud de Silvia, y aún más dándoles un día libre cuando estaban a mitad de semana. Pero aún así no se opusieron ante las órdenes de la señora de la casa.

Silvia: Bien, quiero que vayan a visitar a sus familias, pero no quiero a nadie en la casa estamos!

Todos asintieron y se fueron a recoger sus cosas. Alfred extrañado ante esa orden iba a refutar algunas cosas, pero se acordó del mal trato que tenían el y la supuesta señora de la casa. No tuvo más remedio que quedarse callado e ir para su habitación.

Faltaba menos de una hora para que Fernando llegara a casa, fue hacia la cocina tomó dos vasos de la estantería , saco el bote de vidrio del refrigerador que contenía leche , lleno los vasos en su totalidad, de la bolsa de su sudadera sacó la botella que Camila le había dado luego vertió casi en su totalidad todo el contenido solamente en un vaso de leche. Tomó un cubierto y revolvió el contenido asegurándose que aquel vaso de leche estuviera repleto de aquellas gotas. Fue de nuevo escaleras arriba buscando la habitación de Alfred, llegó al final del pasillo y antes de tocar a la puerta, trato de poner su mejor cara antes de enfrentarse con aquel viejo que no le caía nada bien. Llamo a la puerta y desde adentro le dieron órdenes de entrar.

Alfred: Adelante

Silvia abrió la puerta , Alfred se encontraba sentado frente a la ventana, leyendo un libro que sostenía en las manos. Se sorprendió al ver quién era la  que llamaba a su puerta, pensó que era Fernando.

Silvia: Como estás Alfred?

Alfred no sé fiaba de aquellos buenos modales, ni aquellas palabras tan falsas.

Alfred: Se le ofrece algo señora?

Silvia: Se que desde que llegaste no te he tratado de la mejor manera y quiero que me perdones.

Acaso Alfred había escuchado bien, había dicho que la perdonará?

Alfred: No tengo nada que perdonarle señora, usted tendrá sus motivos para que usted y yo no nos llevemos bien.

Silvia: Precisamente por eso, quiero pedirte una disculpa, toma(le entregó el vaso de leche que llevaba las gotas). Un brindis por la paz.

Algo dentro de Alfred le decía que no debia recibir aquel vaso. Silvia aún sostenía el vaso en las manos, finjia una sonrisa pero por dentro estaba furiosa, no lograba convencer a Alfred.

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