Capítulo 6

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Fernando: Qué diablos había sido eso?? Es que acaso estoy celoso, no puede ser yo amo a mi esposa y la señorita Hogaza es solo mi secretaria, debes controlarte Fernando tienes que controlarte.--" se decía mentalmente.

- Podría despedir al Señor Manríquez, pero que escusa le daría coquetear con mi secretaria en hora de almuerzo? Genial una excelente excusa!!- pensó con ironía y un toque de sarcasmo.

-Demonios Fernando controlate o es que acaso pretendes despedir a todos los que se le acerquen o la miren .

-La pobre Lucero a duras penas logró entrar al elevador antes que este se fuera sin ella, pareciera como si hubiera corrido un maratón , para desgracia de Fernando se paró junto a él.

Lucero: Lamento el incidente de hace un momento señor, no fue mi intención incomodarlo.

--Fernando no sabía tan siquiera que demonios responder.

Fernando: No se preocupe señorita usted puede aprovechar su tiempo de almuerzo con quien mejor le parezca, pero evite que sus amigos la interrumpan cuando esté trabajando de acuerdo?

Lucero: Como ordene señor.

-Llegaron a la planta baja del edificio, de nuevo Fernando incómodo veía atentamente cada una de las miradas que se posaban sobre Lucero que inocentemente no sabía lo que ocurría con su jefe.

Fernando: Maldita sea Fernando controlate o pretendes quedarte sin trabajadores? Dijo mientras pensaba en reclamarles a todos.

-El chófer los esperaba en la entrada del edificio, saludo a Lucero con una sonrisa a lo que Lucero correspondió, mientras Fernando ni tan siquiera le contestó el saludo.

-Lucero tomó asiento al otro lado del auto, mientras Fernando se quedó al otro lado, la veía disimuladamente vio que la falda que llevaba se le había subido dejando a la imaginación miles de pensamientos por su cabeza, ella iba distraída observando los edificios, autos y personas transitando por la calle, mientras que el iba distraído en otra cosa pensando en que llevaría debajo de esa falda o debajo de esa blusa.

-Rayos!!

- La corbata le empezaba a apretar el cuello empezaba arder de los pies a la cabeza un calor prácticamente insoportable comenzaba apoderarse de el empezaba a respirar de una manera difícil, de nuevo algo lo saco de sus pensamientos.

Lucero: Señor se encuentra bien??

Fernando: ≤<No estoy nada bien>>
Estoy perfectamente bien porque lo pregunta?

Lucero: Pensé que se sentía mal está respirando algo pesado y pensé que algo le ocurría

Fernando:No me ocurre nada señorita gracias por preocuparse.

-Necesitaba distraer su mente, pensar en otra cosa porque si la seguía observando de ese modo lo más probable es que perdería el control y no respondería de sus actos dentro de el vehículo.

- Checó la hora otra vez en su Rolex la hora de comida de Silvia había llegado solo esperaba que al menos su esposa le contestará la llamada. Sacó su celular de su saco y marcó el número.

-Uno

-Dos

-Tres

- Nada. Diablos!!! No tuvo la decencia siquiera de contestarle la llamada, seguramente seguía enojada por la manera como la trató anoche.

-Resignado guardo de nuevo su celular y concentró sus pensamientos en otra cosa abrió la ventana y respiro aire puro eso le hacía falta. El chófer estacionó el auto frente a un lujoso restaurante, salvado por la campana.

-Agradecio al destino haber llegado a tiempo antes que sucediera algo de lo que se podría arrepentir.

El chófer bajo del auto y abrió la puerta para que Fernando pudiera salir, seguido de Lucero a quien el chófer ayudó a bajar. Respiraba tres veces antes de entrar, quería calmarse antes de entrevistarse con Bruno Lombardi.

-La recepcionista los llevó a la mesa que Lucero había reservado horas atrás , el mesero llegó con la carta , pero prefirieron esperar debían cerrar el negocio y luego podrían celebrar. Fernando pidió un whisky, mientras que Lucero pidió una limonada.

-El magnate italiano apareció seguido de una mujer de la misma edad que Lucero que parecía ser su secretaria, Fernando alzó la mano para que los pudiera ver.

Bruno: Fernando amigo mío tanto tiempo sin verte- estrecharon sus manos y se dieron un abrazo.

Fernando:Bruno gusto en verte -espero y podamos hacer buenos negocios.

Bruno:Y no me vas a presentar a esta preciosidad que te acompaña- dirigió la mirada hacia Lucero.

--Fernando apretaba los puños, otra vez furioso, y con ganas de partirle la cara al magnate y que recogiera los dientes por todo el restaurante, pero no podía habían demasiados motivos que impedían sus planes primero debía cuidar su imagen , segundo podría ir a parar a la cárcel aunque duraría poco tiempo dentro era igual de poderoso que el magnate italiano Bruno Lombardi y tercero los guardaespaldas le impedirian acabar su cometido, decidió controlarse.

Fernando: Como no Bruno te presento a la señorita Lucero Hogaza.

Bruno: Piacere di Conoscerti Cara (mucho gusto en conocerte querida)-tomo su mano y le beso los nudillos a lo que Lucero no hizo más que sonrojarse ante tal gesto.

Lucero: Lo stesso dico il signor Lombardi (lo mismo digo Señor Lombardi)

Bruno: Oltre che bello parli perfettamente italiano, mi congratulo con te, mio ​​cara ( además de preciosa hablas italiano perfectamente te felicito querida- le beso de nuevo los nudillos)

Lucero: grazie signore (gracias señor) -se sonrojo ante el gesto del italiano.

-Demonios!! Acaso estaban coqueteando, desde ahora Fernando tendría que aprender hablar italiano para saber lo que decían , que con la conversación que acababa de presenciar no tenía ni la más remota idea de que fue lo que hablaron.

Fernando iba a enloquecer tenía ganas de tomarlo por el saco y golpearlo, lo único que hizo fue tomar el vaso de whisky y lo bebió de un solo sorbo. Luego le pidió al mesero que le trajera otro, a lo que el mesero no hizo más que obedecer.

Fernando: Antes de que comencemos con el asunto que hizo que nos reuniéramos aquí necesito hacer una llamada Bruno.

Bruno:Claro ve, mientras yo me quedaré con tan buena compañia-observando a Lucero.

-El mesero llegó con el whisky, Fernando lo tomó y salió a la terraza, necesitaba aire y pensar razonablemente.

Fernando:No estoy celoso, no estoy celoso, que demonios me ocurre?? Ella es mi empleada y yo soy el jefe.

Los vió a través de la ventana, reían y charlaban de lo más cómodo pareciera como si se conocieran de toda la vida, Bruno no paraba de coquetearle mientras que ella reía y veía que disfrutaba de la compañía del magnate. Tenía que regresar pero antes debería de calmarse respiro y se calmó lo más que pudo, luego regresó a la mesa...

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