Capítulo 43

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Luego de salir de la cita con su doctor, abrió el sobre se sintió emocionada, quería ver a su pequeño , su bebé, quería oír sus llantos despertandola por las noches, quería ver a Fernando aprendiendo a cambiar pañales, aprendiendo a darle la mamila, quería que ese pequeñín naciera lo más pronto posible, esperaba que esos nueve meses pasaran pronto .

Fue a preparar todo para la gran sorpresa de mañana, mañana el gran amor de su vida, Fernando Colunga se enteraría que sería papá por primera vez.

Fue a la tienda de bebés del centro comercial dónde había visto aquella cuna blanca con unos bordados finos estampados alrededor, estaba emocionada compraría unos zapatitos rosa y otros azules, los pondría dentro de una caja junto a la ecografía que le había dado su médico, escribiría un mensaje dedicado a Fernando, prepararía una pasta italiana, compraría el mejor vino...

Estaba emocionada, que nada podía salir mal.

Salió de la tienda con una bolsa de papel con el logotipo de la tienda impreso en aquella bolsa, escrito con brillantes y elegantes letras, salió con la firme convicción que pronto estaría allí de vuelta, comprando la ropa para su bebé.

Llegó a la oficina, un par de horas tarde, le había dicho a Fernando que tenía que arreglar unos asuntos de nuevo, el como siempre no puso resistencia ni pregunto que asuntos eran los que necesitaban su presencia, aunque por dentro moría por preguntarle

Luego de un rato frente a la computadora, el intercomunicador reclamo su atención.

Fernando: Amor de mi vida ya llegaste ??

Lucero sonrió, instantáneamente imagino su expresión mañana diciéndole que sería papá.

Lucero: Mi vida, recién acabo de llegar.

Fernando: Me alegro, puedes venir?.

Lucero: Voy en un momento

Lucero tomó su inseparable agenda, junto con la tableta electrónica. Entró directo a la oficina sin tocar para anunciarse.

Lo próximo que sintió fueron unas manos fuertes y grandes tomandola por la cintura , alzandola y dándole vueltas por toda la oficina.

Lucero grito del susto, dejo caer si agenda, menos la tableta que sabía que si caía al piso todos sus apuntes se irían a la basura. Esa tableta era como su ayuda, su soporte en la oficina.

Fernando la bajo, luego de unas vueltas más, sintiéndose aliviada al pisar de nuevo el suelo. Se aferró a su dulce boca, ambos se besaban como acostumbraban a hacerlo, Fernando devoró sus labios sin piedad alguna, mientras que Lucero sentía el sabor exquisito de sus labios junto con los de ella.

En aquel ambiente reinaba la humedad, gemidos y respiraciones agitadas, Fernando invadió como siempre lo hacia la boca de Lucero, con su lengua recorrió cada parte de la boca de ella, la lengua de ella pronto se unió a la exquisita y embriagante faena de húmedad . Por primera vez Lucero tomo el labio inferior de Fernando en sus dientes y le dió una pequeña mordida lo que hizo que el mounstro del deseo en Fernando despertara , apoderandose de el, Fernando se quitó la chaqueta y la tiró por algún lugar de su oficina, alzó de nuevo a Lucero en brazos, ella lo abrazo con las piernas rodeandole la ancha y bien trabajada cintura.

Fernando la sentó sobre aquel pedazo de madera fina que tenía como escritorio se colocó enmedio de sus piernas lo que hizo que por inercia la falda se arremangara hasta la cintura.Fernando comenzó acariciarle la piel que ahora estaba expuesta en todo su esplendor delante de él.

Mientras que Fernando seguía acariciandola bajo la falda, la cordura se apoderó de Lucero, en realidad no sabía que riesgos implicarian para el bebé hacer el amor cuando recién se encontraba en su etapa de crecimiento.

RELACIONES PROHIBIDAS ®Donde viven las historias. Descúbrelo ahora