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— ¡mamá! ¿Donde estás? — grito desesperada mientras trataba de encontrar la silueta de su madre .

Todo estaba en completa oscuridad, y por más que hiciera el mayor esfuerzo simplemente no veía nada.

— Jen por favor perdóname — apenas escucho la débil voz de su madre.

— m-mama... por favor... solo dime donde estás — ella  callo de rodillas mientras lloraba descontroladamente.

De pronto una luz alumbró el lugar, ella alzó la mirada y entre cerro los ojos para que su vista se acostumbrará a la luz, cuando sus ojos se adaptaron, vieron esa horrible escena.

— ¡mamá! — exclamó corriendo hacia ella y con desesperación tomo sus muñecas y las apretó, pero la sangre salía y salía de las heridas, las lágrimas corrían por las mejillas de la castaña quien veía como sus manos estaban manchadas de sangre.





— ¡mamá! — grito abriendo los ojos y sentandoce en su cama.

Su frente estaba empapada de sudor, su pecho subía y bajaba y la imagen se repetía una y otra vez en su cabeza, esa imagen que trataba de olvidar. Solto un suspiro de alivio al ver que solo fue una pesadilla.

Busco las pastillas que había dejado hace unos días en su mesita de noche pero no las encontró, pero no le dio tanta importancia ya que sabia que no eran tan importantes para su salud. Se dirijio al baño y se dio una ducha para despejar su mente.

Eran las 6 de la mañana así que se vistió con la ropa que traería ese día, se sentó en la pequeña mesa que tenía la terraza de su habitación y empezó a leer un libro mientras esperaba que fuera la hora de irse.

Leía tranquilamente hasta que sus ojos vieron las cicatrices, lentamente dejó al descubierto sus muñecas y las vio. Sintió pena de ella misma, eran tres cicatrices y una que aún tenía puntos. No quería acabar como su madre, no queria dejar solo a su padre, no quería dejar a sus amigos, no quería dejar solo a... Tae, pero los ataques eran muy fuertes y simplemente no los podía controlar.

Cubrió de nuevo sus muñecas y rápidamente limpió alguna lagrimas que salieron. Entro a su habitación y arreglo sus cosas para acto seguido ir al comedor. Tomo una manzana y las llaves de su auto y salió de su casa. Grande fue su sorpresa cuando vio a un auto estacionado a un costado, era Taehyung.

— ¿qué haces aquí? — pregunto Jennie extrañada.

— se que hace tiempo no vamos juntos, y quiero recompensartelo así que sube al auto — el pelinegro se bajó y le abrió la puerta del copiloto.

— gracias — murmuró entrando al vehículo junto a el.

— Jen ¿estás bien? — ella asintió algo insegura.

Taehyung en la mitad del camino había notado algo distraída a Jennie y era raro ya que el que siempre estaba distraído era el. Y por otro lado, por más que Jennie hiciera cualquier cosa, ese sueño le inquietaba pero no lo quería decir a nadie.

— en pocos días será el cumpleaños de tu mamá ¿hará una fiesta? — Jennie cambio de tema para prevenir que Taehyung profundizará en el tema.

— de eso quería hablarte — se estacionó y saco de un compartimento una invitación y se la entrego a la castaña — es en dos días, en el lugar donde fue la fiesta de Rosie hace tiempo.

It's you ♡ (Editando) Where stories live. Discover now