Capítulo 32

395 67 85
                                    

Narra Tobías

— ¿Y si le ha pasado algo?

— ¿Qué le iba a pasar? —le contesté mientras los guardias de seguridad nos dejaban pasar.

—Yo que sé. Quizá se ha perdido. —contestaba siguiéndome por los pasillos del estadio de Luna Park. Acabábamos de llegar al concierto. Llegábamos dos horas tarde por el atasco, pero lo importante es que habíamos llegado. Los primero cantantes ya se habían subido, pero sabía que Ari aún no había salido. —Quizá le han atracado o secuestrado. Recuerda que su padre ya ha salido de la cárcel. Quizá le hizo algo.

Miré a Alan con el ceño fruncido.

—O quizá haya coincido con el mismo atasco que nosotros, no tengas batería y esté llegando. —le tranquilicé. —Una vez no me contestó en 48 horas y apareció en la cocina. Es normal. No suele mirar el celular.

—Vos y yo no entendemos lo mismo por normal. —me volvió a insistir. Sacó mi celular del bolsillo trasero del pantalón y le volvió a llamar.

Puse los ojos en blanco y miré a mí alrededor. Le pregunté a la primera persona que vi donde podía encontrar el camerino de Ariadna Giménez. La chica, encantada, nos llevó hasta el lugar. Escuché las voces de Luz y John desde el pasillo.

—Que no. Que no puedo hacerlo. —habló Ariadna y yo fruncí el ceño. Alan también se extrañó. Llamé dos veces y me asomé por la puerta. —Que no voy a salir. No puedo. No puedo.

—Si puedes. Cariño, solo te está dando un ataque de nervios. —le intentó tranquilizar Luz. Las dos estaban enroscadas en una conversación de negación total y sólo John se dio cuenta de nuestra presencia.

—Pero mirar quien ha vuelto. —sonrió y se acercó para saludarme. — Cuanto tiempo, novio a la fuga. —fruncí el ceño. — ¿Qué? Siempre te vas a todos lados sin avisar.

—Lo siento. —contesté y miré a Ari. Y ella me miró a mí. Suspiró aliviada y se llevó las manos al cuello para tocar el colgante que debería de estar debajo de su vestido. Un vestido precioso, por cierto.

Luz se acercó a mí y me dio un abrazo.

—Gracias por volver. Por favor, intenta tranquilizarla. Le ha dado un ataque de nervios. —me susurró al oído. Asentí y se separó de mí para mirar a Alan. — ¿Y Óscar?

—Desaparecido. —miré mal a Alan. —Está desparecido digas lo que digas. Se ha ido a sacar dinero y no ha vuelto. Llevamos horas llamándole.

John y Luz acompañaron a Alan a fuera mientras hablaban sobre que le podría haber pasado a Óscar. Yo estaba convencido que se había perdido o estaba en el atasco. ¿Qué otra cosa podría ser?

— ¿Qué ocurre, pequeña? —pregunté cuando nos quedamos solos. No tardó ni un segundo en acercarse a mí y abrazarme.

—No puedo hacerlo, Tobías. —susurró contra mi pecho. Le acaricié la cabeza y ella suspiró. —Todo me recuerda a ellos. En este mismo lugar estaba el camerino de mi padre. En este mismo lugar ambos estuvieron preparándose para cantar "Ven junto a mí" mientras yo les miraba ilusionada. En este mismo lugar vi cumplir mi mayor sueño. Vi como mis padres cantaban una canción que marcó sus inicios y también como me los arrebataban. No puedo. Simplemente, no puedo.

—Eh. —la tomé la cara entre mis manos para que me mirara. —Claro que puedes hacerlo. —volvió a negar. —Sí que puedes. Tus padres, como todos los que estamos acá hoy, están muy orgullosos de vos, yo lo sé.

—No lo creo. Llevo dos años haciendo las cosas mal. Se podría considerar que ganaría el premio a la peor hija del mundo.

—Pero siempre podemos remediar nuestros errores. —le aparté el pelo de la cara. —Nadie es perfecto, pequeña. Ni vos, ni yo, ni las Kardashian. Has vivido muchísimas cosas, cosas que no son fáciles de superar y es normal que te hayas descarrilado. Pero ahora estás acá. Empezando de cero, haciendo lo que te gusta, cantar en un escenario. Aún me acuerdo de la sonrisa que tenías cuando eras la telonera de cada concierto de tu padre. Te sientes viva cuando subes arriba de un escenario. Es tu sitio. —se mordió el labio y yo la sonreí. —Sé que estás nerviosa. Crees que todo va a salir mal, pero no es cierto. Tu último recuerdo aquí no es muy bonito, pero no va a ser el último. Puedes hacer esto y muchas más cosas.

Ariadna, ¿Qué Hiciste?Where stories live. Discover now