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ʟɪᴢᴢʏ

Cuando se acabaron las clases lo primero que hice fue correr, no porque yo quisiera, sino porque Mattia me había agarrado de la mano y había empezado a correr para no hablar con los chicos sobre a dónde íbamos a ir, arrastrándome con él. Así que ahora estamos en una cafetería tomando malteadas mientras contábamos cosas que habíamos hecho de chiquitos.

-Sigo yo, -dije y me quedé viendo el suelo un momento- hubo una vez en la que intenté pescar por el baño y terminé tapándolo.

-¿Por qué harías eso? -preguntó riéndose un poco y reí yo también.

-Mi papá tenía una caña de pescar y yo quería recuperar a mi pez que se me había caído por ahí, entonces...

-Alto, antes de que sigas, -me interrumpió- ¿por qué tú pez se cayó ahí y como?

-Estaba en el baño con el pez, la pecera estaba en el lavabo, al lado del baño, entonces tocaron la puerta del baño y me asusté, moví mi brazo y la pecera se cayó y se rompió, el pez cayó en el baño y lo iba a salvar pero se fue.

-¿Se fue? -me preguntó incrédulo y asentí.

-Simplemente nadó y se fue por la tubería en vez de esperarme para salvarlo. Pero sigamos, yo estaba intentando pescar por el baño, pero mi yo lista de 11 años le jaló a la cadena del baño, la cuerda de la caña se rompió y me quedé sólo con la caña pero sin la cuerda, luego el agua se estancó y ya no bajó más, tuve que llamar a mi papá y él tuvo que llamar a otro señor para que pudieran sacar eso del baño.

Se rió mientras yo tomaba de mi malteada intentando no pasar tanta vergüenza porque todos empezaban a voltear a vernos por su risa.

-Sigues tú. -lo apunté y se calmó poco a poco.

-Una vez me quedé atorado en la puerta de mi casa.

-¿Cómo pasó eso? -le pregunté aguantando mis ganas de reír.

-Tenía 6 y en ese momento la puerta de mi casa tenía una de esas puertas para perros, intenté pasar por ahí pero no pude, luego intenté salir de ahí pero me había atorado y empecé llorar hasta que mis papás me ayudaron a salir ahí. -me reí ahora yo al imaginarlo así- No te burles.

Me calmé un poco pero lo miré y se veía todo serio, entonces me empecé a reír otra vez hasta que me dolió la panza y tuve que calmarme. Mi celular empezó a sonar y contesté al ver que era mi mamá.

-Hol...

-Necesito que vengas a la casa. -me interrumpió.

-¿Qué pasó? -le pregunté.

-Voy a salir un rato para hacer algo en el trabajo y una de mis amigas me pidió que cuide a su bebé porque va a salir con su esposo y no tiene a quien cuide el niño.

-¿Yo que tengo que ver en eso? Que consiga una niñera y ya. -le dije simplemente.

-Es que no puede porque la que es su niñera tuvo un problema y no puede ir, entonces quiero ver si puedes venir a la casa y cuidar al niño, se llama Carlos.

-Pero... -miré a Mattia que estaba hablando por teléfono también y movió su cabeza un poco, indicándome que nos íbamos- Bien, llego en 10.

-Gracias, Lizzy.

-Pero me va a pagar, no voy a cuidar a su hijo gratis cuando no le caigo bien a los niños. -le dije antes de que colgara y la escuché suspirar para hacer un sonido de confirmación- Bien, adiós.

-Kairi me llamó pidiendo ayuda porque está cuidando a su hermana chiquita y no sabe que hacer. -dijo Mattia cuando colgó y lo miré confundida mientras pagaba y salíamos de ahí.

𝐅𝐑𝐈𝐄𝐍𝐃𝐒, mattia polibio (editada)Where stories live. Discover now