19.

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ʟɪᴢᴢʏ

-Lizzy, Lizzy.

Alguien me empezó a hablar para despertarme, entonces moví mi mano para darle un manotazo, pero no le atiné así que seguí moviendo mi brazo para pegarle a alguien hasta que me agarraron de la muñeca y me estiraron para quedar sentada en la cama, abrí mis ojos un poco para ver a Mattia enfrente de mí intentando despertarme.

-¿Qué quieres, Mattia? -miré su reloj y me di cuenta de que eran las 2 de la madrugada, me volví a acostar pero me jaló del brazo otra vez, levantándome de la cama- Son las dos, déjame dormir. Tu también deberías de estar dormido.

-Es que nosotros no nos pudimos dormir y queremos salir -me empujó hasta llegar al baño en dónde me dió mi cepillo de dientes y me paró frente a su espejo-. Pero no te voy a dejar aquí, así que vienes con nosotros.

-Ya salimos en la tarde, Mattia.

Me quejé mientras empezaba a lavarme los dientes y él me decía que iba a empezar su vida en las calles, rodé los ojos y mojé mi cara, luego pasé mis manos por mi cabello, salí de ahí para ponerme mis tenis y agarré la pequeña mochila que siempre traigo para colgarla sobre mis hombros.

-¿Dónde están los otros dos? -le susurré para que su mamá no se despertara y viniera a ver qué pasaba- ¿Se fueron sin tí?

-Están afuera, salieron mientras intentaba despertarte.

-¿Y por dónde vamos a salir?

-Por la ventana -apuntó la ventana de su cuarto, negué y me acosté otra vez en su cama-. Vamos Liz, no quiero que te quedes aquí.

-No alcanzo tu ventana, está muy alta.

-Mi ventana no está alta, tu estás chiquita, aparte, si Kairi puede alcanzar mi ventana para salir, tu también puedes. Vamos Beth, Betty, Elizabeth.

-No me digas así.

Bufé, me paré de la cama, agarré mi celular y Mattia me ayudó a salir por la ventana, al salir empecé a caminar al lado de Kairi y segundos después nos alcanzó Mattia, me llevaron al mismo parque en dónde Alejandro le había pedido a Amelia que fuera su novia y mientras ellos se iban a los juegos yo me acosté en una banca como la vagabunda que soy, estaba en paz y casi dormida cuando Kairi llegó para agarrar mi mano y llevarme con ellos a los juegos, me senté en un columpio viéndolos jugar.

-¿Me pueden repetir, que hacemos aquí? -pregunté viéndolos colgados en uno de esos juegos raros que nunca entendí para que eran- ¿Y por qué están colgados ahí?

-Kairi se cree murciélago -dijo Mattia apuntando a Kairi que estaba colgado de cabeza-, y yo soy spiderman, trepo por las paredes.

-Se van a caer de ahí, los tres -dije y Mattia siguió escalando la cosa esa hasta llegar a la parte de arriba y sentarse-. Y cuando eso pase voy a golpearlos yo por no hacerme caso.

-Lizzy, eres una amargada -Alex se bajó de ahí mientras hablaba y se acercaba a mí, me jaló del brazo y me llevó con ellos para que me subiera a ese juego raro también-. Debes divertirte más. Eres como la mamá del grupo, una mamá amargada.

-Yo no soy la mamá del grupo -me quejé acomodándome para no caerme y Kairi me dió una mirada obvia-, no me mires así, Kairi, no lo soy.

-Lizzy, tengo hambre -dijo Mattia, entonces saqué un paquete de papitas de mi mochila y se la lancé-. ¿Lo ves? Eres la mamá del grupo.

-Los odio, ¿lo saben? -lo miré mal y me sonrió mientras se comía las papitas-, sólo saben dejarme en vergüenza.

-Sabes que eso no es cierto -Kairi negó-, me amas.

-No, Lizzy me ama a mí.

-Tu ya tienes novia, Alejandro -dije y luego él fingió que le dolía, poniendo una mano en su pecho -, no puedo amarte.

-No, ella no los ama a ustedes, porque yo soy su favorito y me ama a mí -Mattia se bajó de ahí y vino a abrazarme-. ¿Verdad, Liz?

-No.

-¿Lo ven? Soy su favorito, me ama a mí -se burló Mattia y voltee confundida a ver a Kairi y a Alex que estaban tan confundidos como yo-. Yo soy su favorito, y ustedes no.

-Mattia, Lizzy acaba de decir que no -dijo Kairi y Mattia dejó de dar vueltas para mirarme triste-. No eres su favorito, jaja.

-Lizzy no me hagas sufrir, por favor -se tiró de rodillas al piso y empezó a hacer drama-. Me voy a matar, Lizzy, y todo va a ser tu culpa porque no me quieres.

-Si lo haces me voy a robar todas tus cosas -le dije y se levantó del piso, limpiando la suciedad de sus pantalones-, y las voy a vender.

-Por eso digo que mejor no.

Unos diez minutos después de eso nos encontrábamos acostados en el pasto, yo no me quería acostar pero después de asegurarme de que no había hormigueros cerca me acosté ahí con ellos y nos pusimos a ver las estrellas.

-¿No se les hace raro como nos dejamos gobernar por el dinero? Dejamos que un pedazo de papel con números y unas monedas definan que tan poderosos somos, cuál es nuestra posición social, cuántas cosas podemos comprar o como deben tratarnos.

-Wow, Lizzy, no sabía que tenías pensamientos tan profundos -dijo Mattia y voltee a mirarlo-. ¿Qué otras cosas piensas?

-Pienso que deberíamos irnos a dormir ya -dije mientras me paraba del piso y quitaba la suciedad de mi pants y de mi suéter-, porque ya son las cuatro de la madrugada y tenemos escuela en ¿qué? ¿3 horas?

-Pero sigo sin tener sueño -Kairi se quejó como bebé en el piso-. Lizzy, no tenemos nada que hacer en la casa de Mattia.

-Bueno, yo, a diferencia de ustedes tres, sí tengo algo que hacer en la casa de Mattia, y eso es dormir. Así que vámonos ya.

Después de obligarlos a regresar a la casa de Mattia y entrar a su cuarto, ellos fueron los que me obligaron a quedarme despierta, de nuevo, entonces como no me dejaban dormir les puse mascarillas.

-Lizzy, mi pelo se pega a la mascarilla -se quejó Mattia-, ya quítame esto.

-Tiene que secarse primero -Kairi le dijo obvio y asentí-. Tu pelo no se pegaría a la mascarilla si lo tuvieras corto.

Los interrumpí antes de que se pusieran a gritar y despertaran a todos, agarré una de mis bandas para el pelo y se la puse en la cabeza, cuando las mascarillas se secaron se las quité mientras lloraban y luego me quité la mía, me lavé la cara para quitar lo que quedaba y me acosté otra vez en la cama, eran las 5 y algo de la mañana y yo sólo dormí un poco más de 2 horas, me quedé viendo mi celular y lo puse a cargar 15 minutos antes de las 6, me paré de la cama y agarré mi mochila con mi ropa.

-¿Qué haces, Lizzy? -preguntó Alejandro y lo miré como si fuera obvio- No me mires así, no sé lo que haces, por eso te pregunto.

-Me voy a arreglar, se supone que debería estar despertándome.

Entré al baño para cambiarme, luego me maquillé, cuando terminé salí del baño, me tiré en la cama otra vez y me estaba quedando dormida cuando Kairi me movió y me dijo que ya nos íbamos, entonces entré al baño otra vez para lavarme los dientes, agarré mi mochila, salimos de su cuarto, nos despedimos de los papás de Mattia y de su hermano y caminamos a la escuela.

𝐅𝐑𝐈𝐄𝐍𝐃𝐒, mattia polibio (editada)Onde histórias criam vida. Descubra agora