34.

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ʟɪᴢᴢʏ

La otra cena con los papás de Mattia es en unas horas o no sé, no me dijo a qué hora tenía que estar ahí, pero siento que me va a dejar en vergüenza otra vez.

Estaba en mi camino a la casa de Kairi porque estaba aburrida y mis papás habían salido con Max a no sé dónde, creo que fueron al dentista, da igual, a llegar a casa de Kairi intenté abrir la puerta pero estaba cerrada, así que saqué mis llaves y voilà, puerta abierta, entré caminando directamente al cuarto de Kairi, saludando a Maiya y a su mamá en camino.

Me habían dado una copia de las llaves de su casa porque, la verdad no sé, pero hay confianza entre nosotros, creo que su mamá me dió la llave cuando se hartó de que tocara la puerta cada vez que venía, aclaro que era muy seguido, Kairi, Mattia y Alejandro también tienen una llave de mi casa porque se las dió mi mamá pero Alejandro es un grosero y no me quiere dar una de su casa, al entrar al cuarto de Kairi lo ví sentado en su cama jugando a GTA junto a Alejandro, así que caminé hacia ellos y me tiré a su lado.

-¿Qué haces aquí? -preguntó Alejandro- Mattia me dijo que sus papás te habían invitado a cenar.

-Lo hicieron, -dije y le quité el control a Kairi para jugar yo- pero todavía no es hora y estoy aburrida.

-Yo estaba jugando. -se quejó Kairi y le saqué la lengua.

No miento cuando digo que estuve jugando 10 minutos y choqué el doble de veces, no sé jugar este juego, le devolví el control a Kairi cuando me rendí y me acosté en el piso.

-Aprende a jugar, Lizzy. -me dijo Alex y lo miré mal.

-Aprende a jugar, Lizzy. -lo imité y Kairi rió- No es mi culpa no saber jugar.

-No es mi culpa no saber jugar. -ahora fue el turno de Kairi de imitarne y Alejandro y yo lo miramos sorprendidos cuando sonó igual a mi- ¿Por qué me miran así?

-Sonaste igual que Lizzy. -dijo Alejandro y asentí- A ver, di algo más.

-Soy Lizzy, me la paso llorando todo el día.

Alejandro y yo reímos cuando volvió a sonar igual que yo y justo en ese momento me llamó Mattia por facetime, así que contesté y acomodé mi celular para que solo se viera de mi nariz para arriba mientras Alejandro le hacía señas a Kairi de que hablara él y yo asentía.

-Hola Liz, ¿dónde estás?

-Estoy en casa de Kairi, Alejandro está aquí también. ¿Quieres hablar con ellos? -le pregunté mientras empujaba a Kairi con una mano para que hablara él.

-¿Qué estás haciendo? -preguntó Mattia y miré la pantalla solo para verlo con el ceño fruncido- ¿Por qué la cámara se mueve tanto?

-Estoy molestando a Kairi. -habló Kairi por fin y sonreí- Me caes mal, Mattia, quiero terminar contigo.

Mi sonrisa se borró y miré mal a Kairi mientras Alejandro solo nos miraba sorprendido, intentando no reír, miré la pantalla solo para darme cuenta de que Mattia estaba entre confundido y triste.

-No te creas Mattia. -intenté salvarme mientras empujaba a Kairi por haber dicho eso- Eso lo dijo Kairi, no quiero terminar contigo.

-No es cierto, eso lo dijo Kairi, -volvió a hablar con mi voz y lo seguí golpeando para que se callara- terminamos, quiero que seas libre con Kairi.

-Noo, -le dije a Mattia y le pasé mi celular a Alejandro para que saliéramos Kairi y yo- eso lo está diciendo Kairi, te prometo que no es cierto.

-No le creas, es Kairi que no quiere que terminemos pero yo ya no quiero estar contigo. -Alejandro empezó a reír y creo que pude escuchar un suspiro de Mattia.

-¿Ves? ¡No soy yo! ¡Es Kairi! -le grité a mi teléfono y Kairi y yo nos pusimos a pelear- ¡Suéltame!

Lo empujé y se calló de la cama, me reí cuando lo oí quejarse y lo ayudé a qué se parara del piso. Antes de que pudiera hacerme algo le quité mi celular a Alejandro y salí corriendo del cuarto, me despedí de Maiya y de su mamá, agarré mis llaves que había dejado en la mesita al lado de la puerta y salí corriendo de ahí, cuando estuve una calle lejos miré mi celular solo para ver a Mattia riendo.

-¿De que te ríes?

-De nada, nada. -negó- Llamaba para preguntarte si ya venías a mi casa, mi mamá ya hizo la cena.

-Sí, diles que ya voy, llego en 20 minutos o algo así, voy por mi casa y camino lento así que quizás sean más.

Seguimos hablando por un rato hasta que colgué porque ya estaba en la calle de su casa, al llegar ahí saqué mis llaves y abrí la puerta.

-¡Hola familia! -grité cuando entré y Mattia, que estaba sentado en el sillón, me miró mal, su papá entró a la sala y nos miró.

-No, sal y toca la puerta como persona normal. -apuntó la puerta y abrí la boca para hablar pero se paró del sillón y caminó hacia mí para empujarme y sacarme de su casa- Ahora toca la puerta y yo abriré.

Cerró la puerta en mi cara y suspiré, toque el timbre esperando que abriera la puerta pero en vez de eso escuché su voz del otro lado.

-¿Quién es?

-Soy de la iglesia y vengo a hablarte de Dios. ¿Me puedes abrir la puerta para darte un folleto y que sepas de nosotros? -le pregunté sarcástica y escuché su risa.

-Lo siento, no nos interesa.

-Mattia, ábreme la puerta o me voy.

-Ya, ya, -abrió la puerta y me dejó pasar- bienvenida a mi humilde morada, te estábamos esperando, pasa a la cocina, por favor.

Habló de una forma rara y rodé los ojos sonriendo, saludé a su papá y entré a la cocina para saludar a Gianluca y a su mamá.

-Hola Lizzy, -me saludó su mamá abrazándome- siéntate, la comida ya está servida.

-Hola, gracias por invitarme.

Me senté junto a Mattia y después de hablar un rato mientras comíamos el papá de Mattia decidió interrumpirlo mientras contaba la historia de como nos conocimos, otra vez.

-Entonces ese día Kairi nos dijo a Alejandro y a mí "Oigan, les voy a presentar a alguien, es mi mejor amiga" y después llegó con Lizzy diciendo "Ella es Lizzy, mi mejor amiga" y mientras ella caminaba hacia nosotros se calló y la tuve que ayudar a pararse porque me necesita en su vida, y desde ahí nos convertimos en mejores amigos y ahora somos...

-Pudiste elegir a alguien mejor, -lo interrumpió su papá viendo su plato y por alguna razón supe que me lo estaba diciendo a mí, así que sonreí y Mattia abrió la boca ofendido.

-Papá, no le hables así, te está escuchando. Que vergüenza. -se tapó la cara con sus manos.

-Lo sé, -le respondí, Mattia me miró confundido y puse una mano en su hombro mientras lo veía a los ojos- pero así se le quiere. A veces es divertido cuando dramatiza.

Me reí junto a su papá y Gianluca mientras su mamá intentaba no reír y Mattia me miraba negando con la cabeza.

-Que graciosa Lizzy, ¿ahora eres comediante?

Asentí y seguimos comiendo, luego de hablar un rato más y terminar de comer me iba a despedir pero Kairi y Alejandro entraron a la casa gritando, así que supuse que me quedaría otro rato aquí.

Y yo que tengo sueño.

𝐅𝐑𝐈𝐄𝐍𝐃𝐒, mattia polibio (editada)Opowieści tętniące życiem. Odkryj je teraz