Call Boy (Moon Taeil)

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La alarma suena y de forma perezosa cojo el móvil a ciegas desde la mesita de noche pasando por encima del cuerpo del chico que duerme a mi lado. La paro y cuando me reincorporo el grito de Taeil me asusta causando que mi corazón se detenga por un momento. El por su parte acaba reculando tanto que se cae de la cama con un ruido sordo. 

- ¿Estas bien?- Le pregunto mirándole apenada. 

Ya se que no soy una belleza al despertarme pero tampoco estoy tan horrible como para que reaccione así... 

- Si.. Si.. ¿Qué haces... Que hago yo aquí? - Pregunta algo desorientado.

- Te quedaste dormido... Y me daba pena despertarte, lo siento.- Me disculpo.- Pero... 

- No... No. Yo lo siento, no hice bien. Siento de veras haberte incomodado, pagare por las molestias.- Se apresura a decir mientras se levanta para recoger su ropa que descansa en la silla de mi escritorio. 

Su cabello revuelto y la manera como frunce los labios me genera un sentimiento de ternura, es como si su fachada sensual se hubiese desvanecido dando paso una versión mas normal de si mismo. Le veo muy agobiado y con la mirada de estar pensando en mil cosas, seguramente de arrepentirse de estar aquí conmigo. 

- Eh, de verdad que no pasa nada. Estabas cansando y te quedaste dormido, y ya. No fue ninguna molestia... Ni siquiera roncas así que no tuve problemas para dormir.- Digo tratando de quitarle importancia.- Esta bien compartir mi cama con alguien despues de tanto tiempo. 

- Pero....- Se opone indeciso. 

- ¿Esta bien, si?- Trato de convencerlo. 

Asiente no muy seguro de mis palabras antes de ponerse su jersey  aun algo nervioso. 

- ¿Puedes decirme la hora?- Pregunta.

- Las nueve y media de la mañana.- Contesto. 

Suspira algo aliviado y veo que deja de vestirse a tanta velocidad, no se que decirle y tampoco creo que el a mi. 

- ¿Hay algún modo de llegar rápidamente Sinsa desde aquí?-Me pregunta. 

- Si, con la línea tres solo hay cinco paradas.- Respondo haciendo memoria. - Siento hacerte llegar tarde a... Bueno, la cita o lo que sea que le llames a esto.

Probablemente tenga otra sesión como dijo Sukjo y tenga que estar ya en camino, puede que por mi culpa vaya a llegar tarde y eso me genera un cargo de conciencia. 

- No es algo de trabajo, es... un asunto familiar.- Responde incomodo. 

Ahora soy yo la que me siento mal por haber hablado casi sin tener en cuenta de que quizás todo no gire entorno a su trabajo.  Se posiciona bien las punta del flequillo pero sigue teniendo el cabello algo desastrado así que le ofrezco lo siguiente. 

- ¿Quieres darte una ducha antes de irte?- Pregunto con cautela. 

- ¿En serio?- Inquiere de manera inocente. 

- Si, bueno... Imagino que querrás ir aseado a donde sea que vayas.- Le digo.- Preparare mientras tanto el desayuno.

- Pues me iría genial...- Acuerda.-Si no te sabe mal, claro. 

Me levanto y busco en uno de los armarios del pasillo toallas limpias mientras el se limita a observarme con algo de curiosidad. 

- Toma, el baño esta ahí.- Le indico señalando la estancia. - Aunque voy a entrar un momento para arreglarme.

Asiente y justo cuando se da la vuelta veo claramente su espalda llena de arañazos y aunque no estoy segura de que todos sean míos no puedo evitar sentirme mal por ello. Me lavo los dientes, peino mi pelo con rapidez, antes de salir del baño busco una crema para aliviar las rozaduras y agresiones cutáneas.