Parte 27

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Nos subimos al helicóptero, y en poco ya estábamos en Caracas, ella no tenía a donde ir, así que como agradecimiento por su enorme ayuda, le pedí que fuera conmigo a casa, y luego buscará que hacer con su vida.

En poco tiempo me vinieron a buscar el papá de Madeline, mi tía Anabel, y Omar quién me pidió disculpas y se alegraba de verme. Yo estaba completamente emocionado por ver a Madeline, fuimos a casa, y estaban todo los chicos: Jesús, Kike, José, Abby, Aniuska, tal cual como los recordaba, estaba tan contento de estar aquí luego de 10 meses, Madeline no estaba en casa, y yo sólo podía estar ansioso por verla. Le presenté a los chicos a Ana, mientras Abby tenía una muy linda bebé en brazos.

-Beto: ¿De quién es?- Pregunté impresionado mientras la cargaba.

-Abby: Se llama Madison Adela... Aranguren Sabino...- Respondió, y pensé por mucho tiempo, ¿Aranguren Sabino? Pensé que era una broma, y a la vez no entendía. Así que ignore la situación, y cargaba a la bebé, Ana le hacia cariños, era muy encantadora.

-Ana: ¿Así qué es tu hija?- Me pregunta.

-Beto: No..

-Ana: ¿Tu sobrina?- Vuelve a preguntar y niego de nuevo- Entonces porque tiene tu apellido.-

-José: Es tú hija Alberto, mi sobrina.- Expresó José, y me quedé de nuevo pensando.... Y entró ella, era Madeline, tan bella como siempre, con sus ojos encantadores, y su boca provocativa, era ella, y raramente se me salieron las lágrimas.

Le di la bebé a Ana, caminé hacia Madeline, ella me veía impresionada, pero yo aún más, nos paramos frente a frente, toque su rostro, y la abracé con demasiadas ganas, la abracé sintiendo que ya todo estaba excelente, la abracé sintiendo su perfume, su olor, su fragancia, su presencia. La abracé y no podía pensar en otra cosa más que en tenerla por siempre, en nunca separarme de ella, la abracé y el tiempo se detuvo.

                                                                     -Narra Madeline-

No podía dejar de llorar mientras lo abrazaba, era tan perfecto e increíble, lloraba y lloraba, de emoción supongo, porque él estaba allí, abrazándome, no estaba muerto, no, era un milagro, era algo maravilloso. Pero, sin embargo mis lágrimas también eran de tristeza, porque tendría que decirle que yo moriría, aunque realmente no lo tomé en cuenta, sólo tome el momento y lo hice sensacional junto a él.

-Beto: ¡TE AMO!- Me gritó seguido de besarme.

-Made: Te amo más.- Le respondo entre el beso. Nos dejamos de besar, lo tomé de la mano, y caminé hasta donde estaba mi bebé, que lo tenía cargado una extraña, por cierto.

-Beto: Madeline, ella es Ana Muñoz , quién me ayudo a sobrevivir... Ana ella es de quién te hablaba, mi Madeline Sabino.- Dijo presentándonos.

-Ana: Mucho gusto, eres cómo te describía cada segundo... Te ama. - Dijo ella, y le sonreí, parecía ser amable, pero... Estuvo con Alberto, haciendo quién sabe qué. En fin, tomé a mi hija, y me senté en el mueble.

-Made: Mira... Mi hija... Tu hija... Nuestra hija.

-Beto: ¿QUÉ?- Expresó impresionado- ¿Nuestra hi... hija?

-Made: Sí, nuestra hija. -Respondí.

Él se quedo impactado, y cargo a nuestra hija, la miraba y sus ojos se iluminaban de una forma demasiado hermosa. Allí estaban ellos, los amores de mi corta vida, nuevamente pensé en todo lo que puede suceder en el futuro, cuando ya no este. Todos se veían tan alegres, y no quería arruinarles su felicidad diciéndole sobre mi enfermedad y mi cercana muerte. Así que no dije nada, y seguí observando a Alberto y nuestra hija.

Experimento de Lágrimas (Beto & Madeline) TerminadaWhere stories live. Discover now