Parte 23

2 0 0
                                    


-Made: ¿Quién lo dice?, explicame por favor quién dice que no puedo hacer tal cosa. - Dije mientras Jesús me iba a tomar, para "calmarme"

- ¡Ya! Dejen de tratarme como si fuera una niña, no me interesa estar embarazada, supongo que podré con esto, ya dejen de sentir lastima por mi, no necesito eso.

-Omar: Pero Made...

No hice caso a más, y me fui caminando, tome el colectivo de nuevo, llegué a mi casa, mi papá estaba abajo con la señora Anabel, me saludaron pero los ignoré, subí a mi cuarto, tome un bolso grande, metí ropa y zapatos. Sí, quería salir de aquí por un tiempo, me molestaba que sintieran lastima por mi, y más que lo demostrarán, más que querer salir de aquí, lo necesito mucho, intento de superar un poco todo esto, pero ellos lo hacen muy difícil, me miran esperando que lloré o que hable de ello.

 Además, todos están esperando mucho de mi, esperan que yo sea super fuerte, tenga a este bebé y continué con mi vida, pero no, no quiero decepcionarlos, no quiero que interfieran en mi decisión, por eso, me tengo que ir para aclarar mis pensamientos. Tengo una cuenta de banco en la que mi mamá me deposita dinero, y en la que me depositaron hace un tiempo un dinero por una contratación que me hicieron, no había tenido necesidad de gastar ese dinero, aquí lo tengo todo, pero me iré a Caracas, alquilaré alguna pensión, y no sé, pensaré que hacer con mi vida.

En fin, tome otro bolso más, y metí más ropa, tenía 2 bolsos en total, me guinde uno y llevaba otro en la mano, deje una simple nota en mi cama, decía: "Necesito tiempo para pensar, no me extrañen". Salí de la casa, nadie me vio nuevamente, aunque cuando estaba por montarme en el autobús para Caracas, escuché que alguien dijo mi nombre, pero ni volteé me hice la demente.

 Salí de la casa, nadie me vio nuevamente, aunque cuando estaba por montarme en el autobús para Caracas, escuché que alguien dijo mi nombre, pero ni volteé me hice la demente

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

                                                                                       (...)

2 semanas después

Estoy aquí en Caracas, en una residencia de Palo Verde, no salgo de la residencia, sólo cuando necesito comprar comida, de resto siempre estoy viendo televisión, leyendo un libro que parece interminable y que cada vez me sorprende e intriga más, de momento hago ejercicio y bailo levemente, mi teléfono permanece apagado y desactive todas mis redes sociales, no tengo contacto con mi familia ni amigos, de vez en cuando salgo a hablar con los vecinos, que sólo saben conversar sobre política, clima, sobre otros vecinos, sobre la inseguridad o cualquier otro tema que nunca me interesa. Tengo un mes y unos cuantos días de embarazo, no eh ido al médico a hacerme algún tipo de control de embarazo, a saber como esta ese bebé, ni ninguna cosa parecida.

Tengo un diminuto crecimiento de vientre, y por fin me eh decidido en ir al médico, para mi sarcástica fortuna, al entrar con el ginecólogo, estaba aquella señora que conocí en el parque, la psicóloga entrometida, no recordaba su nombre, pero ella me saludo sonriéndome, yo hice lo mismo.

-Daniela: Hola chica, ¿Cómo estás?, ¿Qué haces aquí en Caracas?- Preguntó.

-Made: Bien ¿Y usted?- Mentí una vez más, tenía unas ganas de lanzarme de un séptimo piso, pero si, seguía diciendo estar bien. Además, no me importaba como estaba aquella mujer, ni siquiera recordaba su nombre, y realmente no me importaba nada, ni su bienestar, ni mi bienestar, nada, yo estaba ahí por estar ahí, y ya. Estaba viviendo por vivir.

-Daniela: Muy bien cariño.

-Doctor: Bueno querida, ahí esta el baño - Apunta a una puerta blanca- Daniela, pasame la bata...

- Le dice a la muchacha, sí, se llamaba Daniela. Me dan una bata.

Entré en el baño me puse la bata, me sentía avergonzada, no por estar prácticamente desnuda, no, por eso no, por estar embarazada sin siquiera haber cumplido mis 18 años, avergonzada por no querer al bebé, avergonzada por haber huido de mi casa, avergonzada de mi vida. Pero salí del baño, y me acosté en la camilla como si nada.


El doctor me echo ese gel frío en mi vientre, me entro una sensación extraña, puse el aparato ese en mi vientre, y allí en el monitor observé una sombra negra, era un bebé dentro de mi, parecía una semilla, un saco, algo muy delicado dentro de mi estaba creciendo, y ahora lo podía observar, solté lágrimas recordando tanto a Alberto, pensando en su cara al ver a nuestro bebé, me secaba las lágrimas para seguir viendo la ecografía, era grandioso ver aquello, aquello dentro de mi. 

Termino la ecografía, pedí que imprimieran el primer eco, pero no para mi, no, para nada, quería enviarlo a mi familia y amigos, para que tuvieran al menos algo de mi y de mi bebé.

Escribí una pequeña carta, la metí en un sobre junto al eco y la envíe. Mi mamá no sabía de mi embarazo, ella no sabía prácticamente nada de mi, dado a que estamos muy alejadas, pero recordé que un día Beto me dijo que le atendiera a mi mamá y todo lo que me dijo, así que fui a un centro de comunicaciones y la llame de un teléfono público para que no pudiera tener contacto conmigo, y no pudiera decirle a nadie de mi.

-Llama telefónica-

-Made: Hola.

-Mamá (Yelitza): ¿Alo? ¿Quién es?

-Made: Mamá, soy Madeline.

-Mamá (Yelitza): Hija, que sorpresa. Dios te bendiga, ¿Cómo estás? ¿Donde estás? Tú papá me llamo diciendo que te habías ido de casa, preguntó si sabía de ti, te intente contactar pero no pude, todos están preocupados por ti cariño.

-Made: Si, si, si, como digas- Dije para que dejará el parloteo- Sólo quería decirte por si no sabías, que estoy embarazada, estoy apunto de cumplir 5 semanas de embarazo, adiós.

-Fin de llamada-

Colgué el teléfono, eso era lo única que quería decirle, pagué la llamada y me devolví a casa, converse con la vecina de al lado, que hablaba de la inseguridad, le seguí la corriente, y por fin al entrar a la casa me dormí.

                                                                                              -Narra Omar-

Madeline se fue de la casa con tan sólo dejar una nota diciendo que necesitaba pensar, y que no la extrañáramos, hoy recibimos un sobre de ella por afuera decía: "Para: Mi papá Omar, la señora Anabel, Omar, José, Kike, Aniuska, Gabriela (Abby) y Jesús. Leanlo todos juntos, por favor".

~~
Madeline es mi heronìa ¿sabìan? jaskasja.

Experimento de Lágrimas (Beto & Madeline) TerminadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora