112 Pagoda Qibao

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Xiao Xiye parpadeó y tomó un sorbo de la taza de té, estaba frío.

"Ya sabes que no lo voy a aceptar."

Chen Yu esperaba que dijera eso, ya lo había rechazado varias veces, pero siguió insistiendo con gesticulaciones. "El emperador ha encontrado el Mausoleo Junshan, no puedo hacer nada más en contra de la rebelión del Rey de Zhen Bei. ¿Qué más quiere el emperador? Chen Yu accedió a ayudarlo siempre y cuando lo dejara ir."

Xiao Xiye se acercó a Chen Yu con una expresión de tristeza y con una mano acarició el rostro perfecto de Chen Yu.

"Te quiero a ti." Xiao Xiye habló apasionadamente. "Yu-er, siempre piensas que sólo estoy usándote pero lo que he querido todo el tiempo es a ti."

Xiao Xiye miró sus labios rojos tentadores y la urgencia en su corazón de probarlos se encendió, igual de intensa que cuando estaba al fondo del acantilado en la Montaña Lang Juxu.

Chen Yu giró la cabeza para evitarlo y retrocedió para esconderse.

"Eso es lo único que Chen Yu no puede darle, el emperador debe perdonarlo."

"¿Por qué? ¿No te he tratado mucho mejor que Jun Xuan Xiao? Haz hecho todo por él, ¿por qué no me das tu corazón? ¡Aunque sea un poco!"

Xiao Xiye se sintió invadido de emociones y abrazó a Chen Yu, ignorando su forcejeo, enterró su rostro en su cuello y comenzó a besarlo a la fuerza, absorbiendo el calor de su cuerpo y la fragancia de su piel. Apresurado, Chen Yu agarró la taza de té y la estrelló contra la mesa, apoyando un pedazo contra su propia garganta.

"Yu-er, ¡no seas impulsivo!" Xiao Xiye vio los ojos rojos de Chen Yu y se detuvo. "De acuerdo, de acuerdo, no te obligaré, ¿puedes bajar eso?"

El pedazo de porcelana se cayó de la mano de Chen Yu y gesticuló. "El emperador dijo que nunca me forzaría."

"De acuerdo, ¡lo dije!" Xiao Xiye habló con dolor. "Yu-er, te has cortado la mano, te ayudaré a vendarla."

Chen Yu miró sus dedos y había una gran cantidad de sangre fluyendo de una herida. No sentía mucho dolor. No dejó que Xiao Xiye sostuviera su mano y la envolvió él solo con un pedazo de tela.

"Si el emperador no tiene nada más que hablar conmigo, por favor retírese."

La débil expresión ausente de Chen Yu es la brecha que Xiao Xiye nunca había podido cruzar. Alguna vez, Chen Yu fue una persona tolerante y gentil, Xiao Xiye había pensado que algún día sería capaz de impresionarlo. Ahora, se daba cuenta que la terquedad de Chen Yu estaba enterrada en sus huesos, nunca iba a cambiar la persona por la que se había enamorado, ni la vida ni la muerte lo cambiarían.

"Te mudaras del Pabellón Qilin en unos días y cambiaras de residencia." Xiao Xiye habló decepcionado. "No pienses al respecto, ya casi has terminado de leer todos los libros del pabellón, has estado siempre incomodo aquí así que te ayudé a encontrar una nueva residencia."

A Chen Yu no le importaba, de hecho, no importaba donde estuviera porque sufría en todos lados.

La residencia a la que el emperador se refería era la nueva pagoda del palacio.

Cualquiera que fuera el deseo del emperador, ¿acaso el supervisor de la prisión Qin Tian lo iba a descuidar? Reclutó personalmente a cientos de trabajadores y, dentro de diez días, construyó la Pagoda Qibao, o de los Siete Tesoros, dentro del palacio. La pagoda era de siete pisos, lucía majestuosa e imponente, y tenía el doble de altura que el Templo Jin Luan. Con acabados hechos con papel de oro, parecía que la luz de Buda iluminaba a todos los seres vivos.

Algunas de las estatuas de Buda fueron ofrendadas por los monjes para iluminarlas con velas y otras fueron extraídas de los templos que se encontraban fuera del palacio. En resumen, el supervisor estaba tratando de complacer la orden imperial de la mejor manera posible.

Cuando Chen Yu se mudó, observó la pérgola que se encontraba en lo más alto de la pagoda y sonrío. Como era posible que pudiera vivir en una pagoda tan majestuosa, con la compañía de tantas estatuas de Buda, pero no tocó el pez de madera para leer las escrituras, no sabía si Buda lo culparía.

Xiao Xiye observaba sus gestos y vio que la expresión de su rostro era extraña, como si estuviera tan avergonzado que se ruborizó.

La pagoda no tenía eunucos ni sirvientes, el supervisor había dicho que el demonio debía ser purgado de sus pecados y que debía liberarse de todos los espíritus malignos para poder evitar que los desastres cayeran sobre la Dinastía Jing. La gente del palacio y de la capital parecía estar aliviada por el método de suprimir al demonio con Buda. Fue una pena que Buda no los bendijo. El día en que Chen Yu se mudó a la pagoda, el frente del Paso de Juyong avisó que había sido derrotado y que la avanzada del Rey de Zhen Bei había pasado casi sin obstáculos, la ciudad ya no tenía la barrera de defensa contra el rey.

La única defensa que quedaba era la muralla de la ciudad, pero desafortunadamente el emperador ya no tenía tropas para defenderla. El Ejército de Defensa de la Capital y la Guardia del Palacio Imperial fueron enviados a proteger la torre donde se guarecía la Familia Imperial, esta iba a ser la última batalla y sería una pelea uno a uno.

La gente de la capital entró en pánico, el Ejército del Rey de Zhen Bei acostumbraba proteger el norte y pelear contra los hunos, todas las personas ya habían escuchado sobre su valentía y ferocidad. ¿Qué pasaría cuando esta cabalgata de acero pasará por sus cabezas? La gente escuchaba los violentos tambores de guerra fuera de los muros de la ciudad y en el pánico surgieron los disturbios. Algunas personas querían escapar de la ciudad, la pelea entre el emperador y el Rey de Zhen Bei no tenía nada que ver con ellos, ellos eran inocentes. ¡¿Por qué tenían que sufrir esa catástrofe?! No era su maldito asunto, ¡el demonio en el palacio era el culpable!

Todo había sido causado por la belleza del rostro de ese demonio, si ese demonio no hubiera confundido al Rey del Norte para que empezara la rebelión y, al mismo tiempo, provocado los sentimientos del emperador para crear conflicto entre ellos, ¿por qué estarían en la situación de ahora?

Xiao Xiye se puso la armadura él solo y se posicionó al pie de la torre para formar una línea de defensa.

Tomando ventaja del abandono del palacio, bajo el liderazgo del supervisor de la Prisión Qin Tian y algunos de los más respetados eruditos, cientos de personas de la capital irrumpieron por la puerta oeste del palacio para matar al demonio con sus propias manos y salvar el día.

Chen Yu estaba sentado en el piso más alto de la Pagoda de los Siete Tesoros, donde podía ver toda la superficie del Palacio Imperial, vio a unos eunucos que escapaban en pánico. Incluso podía ver casi la mitad de la capital.

"Bum, bum, bum."

El sonido del ariete de madera golpeando la puerta resonaba e, incluso la pagoda, se estremecía un poco.

¿Acaso era el Rey de Zhen Bei atacando la capital?

Chen Yu escuchó el sonido de los tambores de guerra y los soldados peleando, aunque no podía ver la escena, estaba seguro de que la sangre estaba fluyendo al río, con cuerpos tirados por todos lados.

El Amante Mudo (Parte 1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora