91 Haz feliz a este hermano

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En la dirección en que había desaparecido el rey, Chen Yu hizo sus últimas reverencias golpeando su cabeza en el suelo.

El primer golpe. 'Agradezco al rey por tratarme con respeto, por darme ropas, joyas, comida y haberme enseñado a través del libro el Arte de la Guerra.'

El segundo golpe. 'Agradezco al rey por concederme mi nombre y título, me permitió soñar con la idea viviremos y moriremos juntos, y construir un espejismo de mi vida hasta la vejez.'

El tercer golpe. 'Agradezco al rey por tomar la iniciativa y despedazar mi falsedad, para que despertara y no le debiera nada.'

El bolso de Chen Yu se sentía pesado porque llevaba el lingote de plata, sin embargo, aparte de eso, sentía que había recogido su autoestima del suelo sucio.

Su dignidad de esclavo era pequeña, pero ya no se sentía solo.

Cuando el rey gustaba de él, era como si fuera su deidad, protegiéndolo y dejándolo sentir en paz y sin preocupaciones, tenía ropa y comida. Cuando al rey no le gustaba, era su pesadilla, lo pisoteaba dejándolo golpeado y amoratado.

Cuando Chen Yu abandonó el palacio era marzo en primavera, el invierno inclemente había terminado, las obscuras flores del sauce brillaban y podía oler su fragancia floral.

Caminando entre los peatones y comerciantes, entrecerró sus ojos incómodos. Siempre había sido una persona invisible y ahora, de repente, era libre. Sentía como si hubiera irrumpido en otro mundo.

Un caballo apareció galopando entre las calles y se paró en frente de Chen Yu, era Song Qing.

"¿A dónde vas?" Song Qing estaba preocupado.

Chen Yu se recuperó del susto y le contestó con señas. "De regreso a la Residencia del Magistrado Chen, Su Alteza me dio mucha plata, debería ser suficiente para poder comprar la libertad de mi madre y la mía."

"Alguna vez has caminado en la Ciudad del Norte, ¿sabes cómo llegar a la Residencia Chen?"

Chen Yu estaba confundido, no tenía la menor idea de que las calles eran como laberintos. Se sentía muy desconcertado y no podía hacer nada.

"Súbete al caballo, ¡yo te llevaré!"

Song Qing le ofreció su mano, detrás de él llegó una enredadera llena de flores y le gritó sin aliento.

"¡Tío Song! ¿Sabes cómo sentir lástima por este jade fragante? Montando un caballo desbocado y escapándote tan rápido, ¡dejando que este esclavo te tenga que perseguir!"

El Loto Rojo apoyó sus manos en sus caderas y tenía mucho trabajo para respirar, su rostro estaba sonrojado y sudaba indiscriminadamente.

"¡Este esclavo no ha corrido en un año todo lo que ha tenido que correr hoy!"

"¿Qué haces aquí?"

Song Qing estaba impaciente, Chen Yu ya no estaba en el palacio y Hong Lian seguía acosándolo.

"Te estoy buscando a ti, me temo que quieras huir. Si este esclavo tardara más en llegar, ¿te habrías ido con él?"

El Loto Rojo miró a Chen Yu como si fuera el culpable de haberse robado a su esposo.

"¡Tonterías!" Song Qing estaba molesto. "A donde sea que vaya, ¿necesito que tú me controles?"

Hong Lian habló con una actitud sarcástica. "¿Crees que te quiero como cliente? Adivina, si te vas con él, ¿por cuántos días los dejará vivir el rey?"

Song Qing estaba sorprendido, él no lo había considerado tan exhaustivamente. Con el temperamento del rey, nunca dejaría ir a los que lo traicionaran, era demasiado impulsivo y podría terminar lastimando a Chen Yu.

"Lo siento, Yu-er yo..."

"Está bien." Chen Yu le contestó gesticulando. "Gracias hermano Song por cuidarme siempre."

"Si encuentras cualquier dificultad en la Residencia del Magistrado, ¡ven a buscarme!" Song Qing le dijo rápidamente.

Chen Yu le sonrió y asintió. Si todo salía bien, convencería a su madre de que se fueran del Norte. Entre más lejos mejor, lo mejor sería regresar a Yunmeng, a su tierra natal. "No sean tan empalagosos enfrente de este esclavo, no quiero desilusionarlos, sin embargo, ¡este esclavo se siente asqueado!"

Los ojos del Loto Rojo brillaron.

Song Qing fue muy perezoso para prestarle atención y ayudó a Chen Yu a contratar un carruaje y lo vio marcharse. Después se calmó y regresó al palacio.

"¡Song Qing! ¿Se han comido los perros tu conciencia? Dejando a este esclavo corretearte y ¡¿aún esperas que este esclavo camine de regreso?! "

El Loto Rojo estaba furioso y le gritó lleno de enojo.

Cuando el carruaje se acercó a la Residencia del Magistrado, Chen Yu comenzó a sentirse inquieto.

Apeándose rápidamente, sintiendo los latidos de su corazón en la garganta, corrió hasta la puerta y tocó la campana de cobre.

Chen Yu reconoció a la persona que abrió, era un esclavo de nombre Gui Zi, nunca lo había olvidado. Este hombre era uno de los esclavos que lo había querido obligar a que se quitara sus ropas cuando era muy joven, claro que lo recordaba.

Gui Zi lo miró y se quedó pasmado por un momento, recordó que era el pequeño mudo que vivía en el cuarto de leña del patio trasero. Su apariencia era cada más sorprendente. Gui Zi lo miró directo pensando que era un hada llamando a la puerta durante el día.

"¿No eres el mudo? Que obediente, realmente tomaste la condena de casarte en lugar de nuestra joven Dama."

Gui Zi sonrió enseñando un diente negro, miró a Chen Yu de arriba abajo y sus ojos estaban llenos de lujuria.

"Estoy buscando a mi madre."

Chen Yu le hizo gestos.

"¿No te volviste el hombre favorito del Rey de Zhen Bei? ¿Cómo es que te dejaron salir?"

Gui Zi lo miró fijamente, como si quisiera desvestirlo con la mirada. Había fallado en cumplir su deseo hace unos años y, ahora que Chen Yu era más atractivo, tenía muchos pensamientos lascivos. Probablemente prevenido por los consejos del rey, Chen Yu se tambaleó al darse cuenta de que el cerebro de Gui Zi estaba tan excitado que se había descarado.

"¡Estoy buscando a mi madre!" Chen Yu volvió a gesticular.

"Te refieres a tu madre, ¿verdad?" Gui Zi trató de adivinar lo que decía. "No hay problema, mientras dejes a este hermano ser feliz, ¡este hermano te llevará con tu madre!"

Gui Zi no podía evitar fantasear, ¿qué tipo de éxtasis provocaría esta belleza que es amada incluso por el Rey de Zhen Bei? Si el pudiera probarlo una o dos veces, sería suficiente para morir feliz.

Chen Yu ya no era ese pequeño esclavo que no entendía nada del mundo, de la significativa expresión de Gui Zi, ya sabía qué tipo de cosas estaba pensando.

"¡¿Te atreves a actuar en contra de la gente del Rey de Zhen Bei?!"

ChenYu gesticuló con una expresión tranquila, pero sentía el corazón amargo,incluso si dejaba el palacio tenía que vivir bajo la protección del rey.

El Amante Mudo (Parte 1)Where stories live. Discover now