104 Lo que has dejado, a este rey también le gusta

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Jun Xuan Xiao apretó los dientes, era la primera vez que perdía los estribos en frente de Chen Yu.

"De acuerdo, si tú lo dices." El rey le contestó sombríamente. "En el futuro, este rey te dejará libre, no te restringirá de ninguna forma, te dará el poder y estatus que deseas. ¿Estás dispuesto a seguir a este rey?"

Chen Yu lo miró de reojo, este era el honorable Rey de Zhen Bei, ¿alguna vez se había reducido de esta manera?

Le dirigió una mirada helada como respuesta.

El rey respiraba pesadamente y sonaba como si fuera un león enojado. Había tomado la iniciativa de humillarse y pedir una reconciliación. ¡Le había ofrecido a Chen Yu lo que quería pero él realmente lo había rechazado!

Pero lo que él no sabía es que él también había rechazado las cosas más preciadas para Chen Yu.

"No tienes que mentirle a este rey." Jun Xuan Xiao continuaba enojado. "Incluso si amaras al emperador, nunca lo vas a amar tanto como a mí. Yu-er, lo mejor de todo tu cuerpo son tus ojos, nunca mienten."

Chen Yu gesticulo rápidamente. "¿Y qué? Yo le gusto y eso te gana."

Jun Xuan Xiao se quedó sin habla, sus ojos estaban extremadamente intrigantes y contenían intenciones sedientas de sangre y asesinas, que estaba intentando suprimir.

"¿Entonces por qué viniste a verme esta noche? No te puedes olvidar de este rey, ¿verdad?"

Chen Yu gesticuló libremente. "Le recomiendo a Su Alteza que no sea romántico y haga el ridículo. Estaba preocupado de que el rey muriera en la prisión y no tuviera forma de recuperar a mi madre."

Chen Yu abrió la caja y sacó un contenedor de comida que tenía un tazón frío de avena con aleta de tiburón.

"El rey no debe despreciar esta sopa fría, esto es lo que Chen Yu dejó."

Chen Yu originalmente pensó que el orgulloso Rey de Zhen Bei se enojaría por semejante humillación, pero le sorprendió que no sólo no se molestó sino que miró a Chen Yu y soltó una risa ahogada.

"Este rey está feliz de comerse lo que dejaste."

Chen Yu sintió una punzada en su corazón y comenzó a respirar entrecortadamente.

Inmediatamente sintió que estaba jugando con él, el rey siempre era frío y caliente, a veces era gentil como el agua y otras era frío como el hielo. Era claro que para él era solamente un juego de emociones y trataba a Chen Yu como un juguete, igual que las personas trataban a sus perros, gatos, aves y otras mascotas. Burlándose cuando se sentían felices y alejándolos si no les agradaban.

Chen Yu llenó una cucharada de sopa con descuido y la metió en la boca del rey con rudeza.

Jun Xuan Xiao lo tragó alegre y le sonrió engañosamente, como si Chen Yu no le estuviera dando de comer un guisado sino que se estuviera quitando las ropas para servirle.

Chen Yu contuvo la respiración y simplemente le entregó el tazón de comida, el rey sorbió unos cuantos tragos.

"Yu-er, ¿todavía quieres ahogarme con un tazón de comida?" El rey se rió, sacando la lengua y lamiendo las manchas en las comisuras de sus labios.

A pesar de que era un prisionero y había sido azotado por todas partes, aún tenía la actitud para coquetear y juguetear con él. Chen Yu agarró una porción grande de ungüento, lo presionó con fuerza en la herida que tenía en el pecho y comenzó a frotarlo desordenadamente.

"Yu-er, estas avergonzado y eso te hace ver tan adorable."

Jun Xuan Xiao habló cerca de la oreja de Chen Yu y su aliento caliente cubrió ese lado de su rostro. Su cara se puso roja y caliente, no estaba avergonzado, estaba enojado y lo evadió rápidamente.

¡¿Este hombre es capaz de sentir dolor?!

Las heridas habían perforado la carne, había mucha sangre y, en algunas partes, la piel se había desprendido. Las manos y pies de Chen Yu eran muy suaves pero apretó la boca con crueldad y presionó deliberadamente en una de las heridas del brazo de Jun Xuan Xiao. Le hizo gestos para preguntarle.

"¿Dónde está mi madre?"

Al rey no le importaba si la herida dolía o no, pero observó a Chen Yu pretendiendo ser rudo presionando sus heridas y estaba aturdido. Chen Yu lo miró a los ojos y vio dos resplandores rojos, esa expresión de enojo lo hacía ver un poco ridículo.

Chen Yu solía ser un gato persa dócil, bien portado y considerado, ahora tenía su carácter. Unas cuantas uñas se enterraron en la carne del rey, no lo lastimaban en lo absoluto, pero arañaban su corazón.

"¿Qué estás viendo? ¡Devuélveme a mi madre!" Chen Yu gesticuló más enojado.

"Ja, ja, ja, ja, ja" Jun Xuan Xiao asintió y dijo. "Está bien, te la devolveré, este rey dijo que te la iba a devolver."

Jun Xuan Xiao estaba indefenso, al igual que Chen Yu, realmente hacía insoportable rendirse y era difícil negarse.

El Amante Mudo (Parte 1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora