XXXII

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Pov L.

Desperté lentamente mientras sentía la inmovilidad de mis piernas y brazos, también me era imposible hablar, había un paño en mi boca que me lo impedía.

- Ya despertó la dormilona.

Habían voces a mi alrededor.

- Pensé que tardaría más, que bueno que me equivoqué.

Mi vista se comenzó a aclarar, pero mi cabeza seguía adolorida.

Levanté levemente mi rostro, delante mío se hallaban 2 figuras, dos mujeres que con el paso de los segundos reconocí perfectamente.

Mierda.

- Dejaré que se despidan, estaré afuera.

Ella, Mariana, mi propia sangre, se alió con esa estúpida como era de esperarse y me tenía atada como a un animal.

- Sé lo que debes estar pensando - Se inclinó con una sonrisa arrogante - Debes odiarme, estamos a mano porque yo también te odio a ti.

- Mmph...!

- ¿Qué? - se hizo la sorda - ¡Lo olvidaba! El paño... - Me bajó la molesta tela y tomé aire - Ahora sí, ¿Qué me ibas a decir?

- Quiero que te grabes algo muy bien en tu pequeña cabezita - Disimule mi enfado, no le seguiría la corriente - Es verdad que algunas veces me dan ganas de darte la paliza que mereces, pero porque eres muy irresponsable e idiota, más nunca podría odiarte.

- Lucy - Rio - no me hagas reír.

- Es más, te amo - Ella eliminó esa expresión divertida - Tú tal vez me odies con todo tu corazón, y tienes derecho a hacerlo, pero yo nunca podría odiarte como quieres que lo haga. Eres mi hermana te guste o no, me importas mucho, ¿Por qué no lo ves?

- ¿Te importo? - Asentí, ella tenía la ceja levantada - ¿En serio te importo?

- Eres mi sangre - Ella me dio la espalda y empezó a... ¿meditar?

Su silencio me hizo sentir escalofríos.

- No tienes porqué hacer esto, no tienes porqué ayudar a Lisanna con sus planes de deshacerse de mi - Ella seguía dándome la espalda - Salgamos las dos de aquí, yo tengo a mi familia que me espera y tú tienes a la tuya que de seguro te está buscando de forma desesperada.

-...

- Piensa en Lucas, si tú continúas con esta locura te meterán a la cárcel. Tú creciste parte de tu vida con tu madre en la prisión, ¿Acaso quieres la misma vida para tu hijo?

- No trates de confundirme.

- ¡Pero tengo razón!

- ¡No es cierto! - En una fracción de segundos se volteó apuntándome con un arma a la cabeza - ¡Tú lo único que buscas es salir y correr a los brazos de Natsu!

- ¡Lo que hubo entre él y yo acabó hace mucho tiempo! - Cuestioné enojada - ¡¿Por qué te empeñas en creer lo contrario?! ¡Es absurdo!

- ¡Absurdo es que tú intentes creer que tus sentimientos por él cambiaron! - El arma presionó mi frente haciéndome sudar - Nunca en mi vida me había enamorado. Natsu es el primer hombre que me hizo sonreír de verdad, es el único que me ha hecho feliz ¡Y no pienso perderlo por tu culpa!

- ¡Estoy casada con un hombre maravilloso y tengo una hermosa bebé con él! ¡¿Tú crees que renunciare a la familia feliz que formé por esa estupidez?!

- Tú no eres feliz con el doctorcito - gruñó furiosa - Si lo amaras como dices no me mirarías con odio cada vez que me ves con Natsu.

- Estás enferma.

- Tal vez - le quitó el seguro al arma - Pero me curare una vez que te quite de mi camino.

- Entonces hazlo - La invité a hacerlo - dispara si eso te hará feliz.

- Eso haré - Apretó la mandíbula.

No borré la seguridad de mi rostro, seguí con mis ojos fijamente en los suyos. Pude ver algo de miedo en ellos, temblores leves, estaba dudando, y pues dentro de mi sentía y creía que ella no era mala realmente, que no lo era tanto.

- ¿Qué esperas? dispara - Entró Lisanna - ¿A que le tienes miedo?

- No le tengo miedo a nada - Mariana bajó el arma - Es solo que antes quiero verla sufrir un poco más.

- No hay tiempo para eso, hay que matarla de una vez - Lisanna sacó un revolver que ocultaba bajo su abrigo - Primero será ella, luego el bastardo de su amor, y por último acabaré con la malparida de Mily. Todos ellos sufrirán y pagarán todo el daño que me han hecho.

- Espera - Mariana la detuvo - Quedamos que no le haríamos nada a Natsu, él no tiene nada que ver en esto.

- Deja de babear por él, no cometas mi mismo error - Lisanna la empujó para apartarla - Ese infeliz siempre estará bajo los pies de esta imbécil, no importa que le hayas dado un hijo, él siempre la preferirá a ella.

- ¡No quiero que Natsu se vea afectado! - Lisanna arrugó la nariz - ¡Él ya está sufriendo bastante! ¡No puedo matar al padre de mi hijo!

- ¡No tienes que hacerlo tú! - Lisanna se dirigió a ella y en una fracción de segundos la golpeó con el arma tirándola al suelo - ¡Si no vas a cooperar entonces no estorbes!

- ¡Mariana! - Ella se levantó tapándose la nariz, tenía sangre.

- No dejaré que le hagas daño - Mi hermana tomó valor y le devolvió el golpe, Lisanna terminó por impactarse contra un estante y calló adolorida al suelo.

- Mariana - Sentí un gran alivio cuando se apresuró en quitarme las cuerdas de mis pies y manos.

- Rápido, tenemos que salir de aquí - Me ayudó a levantarme y nos dirigimos rápidamente a la puerta.

La puerta sin embargo estaba con llave, ella buscó rápidamente en sus bolsillos. Los nervios me comían, quería solamente salir de ese lugar horrible y llamar a la policía.

Mariana encontró la llave, la metió en la cerradura y antes de abrir, como si fuera una película de horror, se escuchó un estruendoso disparo.

- ¡No! - La agarré a tiempo evitando que se desplome en el suelo - ¡Mariana resiste! - Ella se cubrió inmediatamente la abertura que le causó la bala - ¡Maldita zorra! - Observé con odio a Lisanna.

Ella sonrió de lado ya puesta de pie, mirando como mi hermana se quejaba de dolor en mis brazos.

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Continuará***

" En esa habitación contigo " || EL PERDEDOR || #Wattpad Onde histórias criam vida. Descubra agora