O.O - Recuerdos de antaño: La última noche

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Primera Persona - Astro

-¡Feliz cumpleaños, New! Aerya sonrió y me abrazó, alegre como siempre. Tras ella, todos comenzaron a cantar la típica canción de cumpleaños:
-...¡Feliz cumpleaños, Astro! ¡Feliz cumpleaños a ti!...

Incluso cuando la solté, ella se aferró a mi brazo derecho y se quedó junto a mí, fijando en mí sus hermosos ojos azules, mientras cantaba alegremente al ritmo de los aplausos.
Me sentía tan feliz de tenerla junto a mí siempre. La única familia que me quedaba en este mundo...

Mi querida hermana menor.

-New, bésame.
-¿¡Eh!?
La fiesta había terminado unas pocas horas antes. Todos mis amigos ya deberían estar en sus casas, y la luna llena se alzaba en el cielo añil de la medianoche.

Aerya me empujó sobre el sofá, y gateó sobre mí con su rostro sonrojado. Podía sentir su respiración alterada sobre mi cuello, la suavidad de sus pechos rozando con mi camiseta.
Se acercó aún más, casi juntando sus labios con los míos. No sabía cómo reaccionar, apenas pude balbucear algo cuando susurró:

-Quiero ser solo tuya, Astro... ¿No puedes hacer eso por mí?
Aún no lograba salir del estado de shock, cuando Aerya hizo una sonrisa estúpida, se sentó sobre mi regazo y comenzó a reírse a carcajadas, tanto que se cayó al suelo y aún así continuó riéndose, con las manos en el estómago mientras daba vueltas por el piso.

Me levanté, con el rostro ardiendo, los cachetes rojos y los ojos cargados de ironía.
-Ja ja ja... Astro... ¡Deberías haber visto tu cara!-se sentó por un segundo, haciendo un rostro inocente-¿Siempre has visto así a tu pequeña hermana?

-... Vaya, Aerya, qué ocurrencias tienes... -me puse de pie, sonriendo maliciosamente-... ¡VEN ACÁ, QUE TE VIOLO PENDEJA!

-¡Nooo! ¡Mi hermano pervertido me está persiguiendo!-gritó ella, mientras corría por la casa con una sonrisa juguetona.

-¡Nunca te podrás casar cuando termine contigo! ¡MUAHAHAHAHA!

Así, con una increíble competición de parkoureros profesionales, estuvimos corriendo como idiotas hasta que no pudimos más y nos quedamos dormidos en la alfombra de la sala, abrazados.

Acaricié su cabello una vez más, antes de quedarme dormido, y ella me susurró:
-Hermanito...
-¿Sí?-contesté, con la voz adormecida.
-¿Por qué siento algo duro contra mi trasero?

-Es el suelo-dije, levantándola estilo princesa y subiendo las escaleras hacia su cuarto-Sólo el suelo.

Ella se reía a carcajadas y yo solo podía mentir descaradamente, con el rostro rojo como un tomate. Sabía que era inevitable, porque estábamos durmiendo en la posición de la cucharita. Pero viendo que mis instintos una vez más me traicionaron, la llevé silenciosamente hasta su cuarto mientras ella no paraba de reír como una descosida.

-Buenas noches, hermana pervertida-me despedí mientras cerraba la puerta, sonriente.
-Buenas noches, Astro-contestó ella, con una tierna sonrisa.

Por suerte, somos hermanos de sangre. Con un relación como esta...
No me quiero imaginar qué ocurriría si no lo fuéramos.

Varias horas más tarde.

De repente, sentí un escalofrío que me sacó del sueño y me trajo de vuelta a la realidad.

Mi primer pensamiento fue que debería dejar de bañarme con agua fría...

Aunque eso es una estupidez.

el HARÉN de ASTRO Vol. 0Where stories live. Discover now