IV.4 - Rosario + Vampire: Cosas de Mujeres

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Primera Persona – Astro

–A ver, cosita monona. ¡Di "AAAAHHH"!

–¡AAAAHHH! – Dinamita dio un alarido de terror.

–¡No! ¡No ese "AAAAHHH", sino un "AAAAHHH "de abrir mucho la boca!

–Ah, ese tipo de "AAAAHHH". Es que, como esto es literatura, no sé ver la diferencia.

–El autor nos va a pegar a los dos por estos chistes de cuarta pared. Abre la boca de una maldita vez, Dinamita.

–¡Sí, mi señor! – finalmente Dinamita abrió la boca y dejó entrar la cuchara.

Siempre quise alimentar a una loli, es que son muy mononas...

–Espera, ¿qué rayos es esto? ¿¡Por qué me siento discriminada!? –de repente se puso muy dramática.

–No sé, tú dime– respondí cruzándome de brazos y fingiendo no saber nada; mientras Dinamita se levantaba ofendida y comenzaba a dar vueltas por mi cuarto.

–¡Traicionas mis esperanzas! ¡Fui secuestrada como botín de guerra por mi enemigo letal! ¿Adivina qué esperaba? – el tono de su voz iba subiendo más y más, y yo empezaba a alegrarme que las paredes de mi habitación fueran a prueba de ruidos...

–No sé, ¿unas caricias? ¿Quieres que te pase la mano un poquito? Ven, acuéstate en mi regazo– entre risas, opté por mosquearla un tantito más.

–¡Que me dieras duro contra cada muro de esta maldita habitación! ¿Tienes idea de la fama que tienes entre nosotras? ¡Mi prima masoquista se hubiera desmayado de felicidad si te la hubieras llevado como me hiciste a mí!

–Hostia, es que... Eres una loli. Te veo como a una hijita, o una hermana menor.

–Es porque soy una Olvidada, ¿verdad? –enarcó las cejas, furiosa– Esto es peor que el racismo y el machismo combinados: a la angelita, a la gata y a la maguita les diste lo suyo, pero a mí me dejas aquí comiendo compota como si tuviera dos años. ¡Exijo justicia!

Creo que hasta Blue se estaba riendo. Si esto no os da tanta gracia, imagináoslo bien con las caras que pone la pobre loli mientras habla.

–¿Qué justicia? – disimuladamente me senté en mi cama. Dinamita, como cazándome, saltó sobre mí.

–Ahora te voy a violar como la loli esclava de aquel juego raro, y más te vale no resistirme porque si no, voy a explotar, ¡y allá en el infierno les diré a todos que eres mari-...!

–¡Eh! ¡Esa palabrota! – Blue apareció de repente, con un silbato y una tarjeta roja. Pero Dinamita no terminó jamás su frase, pues en un instante inmovilicé su lengua con la mía. Tras un chupeteo tremendo con manoseo incluido –durante el cual llegué a comprobar que, en efecto, Dinamita tenía más pecho que la loli estándar–, la muchacha se quedó con la cara tan roja que su pelo tenía casi el mismo color.

–¿Por qué no hiciste eso desde el principio? –me contestó mientras jadeaba y sentía su corazón acelerarse. Su voz tenía un tono de lujuria que hizo subir un escalofrío morboso por mi espalda.

–Quería que tú misma me lo pidieras– susurré en su oído, haciéndole cosquillas con el viento de mi voz, y luego mordí su oreja sensualmente. Ella dejó salir un gemidito, y fui descendiendo a besos hasta lugares que no pienso contaros...

Primera Persona – Dinamita

–¿Dinamita? ¿Ya tienes un reporte que entregar? – Ishtar sonaba súper emocionada al otro lado del teléfono.

–¿Qué reporte ni qué reporte, boba? Esta guerra está más perdida que el hermano de un calcetín que sale solo de la lavadora, ¡así que déjate de pendejadas! – Ishtar hizo silencio, un poquito deprimida. Siempre fue muy patriótica, tanto que no le importó enfrentar las secuelas de una reaparición forzada– Bueno, escúchame, Ti: ¡hace un momento, el Enviado de los Guardianes me ha hecho el amor siete veces y me ha puesto fina!

–¡Hostia! ¿Entonces los rumores eran ciertos? ¿¡Estuvo rico!? – preguntó mi amiga, interesadísima.

–¡Riquísimo! –respondí, aunque por algún motivo usar este adjetivo en superlativo me daba penita– Mira, primero me besó las... –el gato Blue sonó su silbato, negándoos la capacidad de escuchar esta palabra–, y luego me agarró y me cargó y me... – sonó otro silbato, más fuerte que el anterior– ... Entonces me puso de cuatro patas y...

–¡Que nos van a censurar la historia! ¿Es que no te inmutan los sonidos agudos? –el gato azul censurador terminó gritando, porque no le quedó de otra. Le iba a responder, pero...

–¡Bajen el volumen, hostia, que estoy tratando de dormir aquí! – Astro nos regañó entre sueños, molesto– ¡Seguro que ustedes no tuvieron que atender a media docena de mujeres y luego acabar con un ejército entero en la misma mañana!

El gato azul Blue bajó la cabeza, pidió disculpas y se fue algo tristón a dormir sobre un libro de Física Cuántica más grande que él. Pobrecito, seguramente sea el felino más responsable del universo conocido.

–Vale, vale, perdona, cariño. Voy a hablar más bajito– yo también le pedí disculpas, suavemente mientras le pasaba la manito por el pelo, y se tranquilizó enseguida. Soltó un gruñidito, luego me agarró por la cintura y me abrazó como un peluche, haciéndome algo difícil continuar conversando.

–Oye, Dinamita, crees que si se lo pido, ¿él también me...? – empezó a decir Ishtar del otro lado del móvil, muy interesada.

–Ni se te ocurra, pinche loca. Puede que su harén de waifus pintadas me lleve la delantera, pero en lo que Olvidadas se refiere, yo soy su única loli.

–Ah, ¡qué mala! Justo cuando pensaba meditar toda la semana para conseguir un cuerpo material como el tuyo... – Ishtar hacía pucheros. Me sentí mal por ella, pero entonces recordé a nuestro General, o a las dos mitades combinadas de lo que una vez fue nuestro general.

–Y... ¿qué tal Abduzcan? A veces hace unos chistes muy raros y cuando le coges confianza te empieza a hablar de un tal Raúl, pero es fuerte, alto y relativamente apuesto. Creo.

–Vaya, no me lo había pensado – admitió, y luego exclamó de repente– ¡Mira, si está viniendo hacia acá! Quizás sea cosa del destino, Dina. ¡Te dejo, quizás para mañana ya sea una mujer!

–Venga, cuídate mucho – negando con la cabeza mientras reía, me despedí.

–Ah, y una cosa más– añadió, un instante antes de que colgara.

–¿Sí? – volví a acercar el teléfono a mi oreja, muy confundida.

–Cuídate mucho de una tal Ciel: dicen que es una loli, pero también es un pollo gigante. Esa desgraciada me comió enterita solo porque "olía a Olvido" aunque debo decir que probablemente me lo merecía. Quizás a ti te dé el visto bueno, pero...

–Oh... Gracias por preocuparte, Ti. Pero estoy sola con Astro ahora, no debería haber problemas. ¡Cuídate! –finalmente nos despedimos, y me volteé hacia mi mesita de noche para poner a cargar mi celular. Sentí un pequeño movimiento mientras movía los cables, pero terminé rápido sin hacerle mucho caso.

Cuando me volví a voltear, un escalofrío me subió por la espalda al ver que estaba compartiendo el pecho de Astro con otra loli que también lo usaba de almohada, desde el otro lado de la cama. Ella, como si me estuviera esperando, me miró con unos ojos tremendamente azules que brillaban como linternas.

–Hola, Dinamita. Mi nombre es Ciel. ¿Crees que podamos ser amigas? – su voz era fría, demasiado fría. Aunque su rostro no lo demostraba, a su alrededor tenía un aura maligna que expresaba su deseo de matarme mientras dormía.

–Eh... –realmente no sabía cómo responder, así que sonreí y fingí no haber visto nada raro– ¡Sí, claro! Será un placer.

Juraría por el Dios Malvado Zaratrás, y por todos los Guardianes, que esa fue la sonrisa más incómoda de mi vida.

el HARÉN de ASTRO Vol. 0Hikayelerin yaşadığı yer. Şimdi keşfedin