The flower and the bee ✧ Park Seonghwa

veinte

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"No, no te voy a pasar la tarea" fue el mensaje del pequeño Choi que me arruinó toda la noche del lunes.

Dein me había hablado de ver una película nueva, así que, en lugar de terminar el larguísimo taller lleno de ejercicios que la maestra de cálculo nos dejó hoy en clase ---el cual debemos de entregar mañana---, me he sentado en la sala junto a mi hermano toda la tarde y noche. Mamá ya se había ido a dormir un par de horas atrás y nos pidió no quedarnos hasta tarde, pues yo tenía que levantarme temprano para la escuela, y Dein para ir a su universidad y luego a sus prácticas.

La película nos decepcionó, pues no era más que la típica película de terror donde tienen que descubrir como deshacer la maldición, y bueno, no lo logran. Eso sí, los dos dimos varios brincos en el sofá por los sustos espontáneos que aparecían en la pantalla.

Cuando decidimos finalmente ir a dormir, apagamos todas las luces del primero piso y nos dirigimos a las escaleras. Me despido de mi hermano dándole unas palmaditas en la espalda mientras él entra a su cuarto y ya en el mío no demoro en buscar mi pijama, con la idea de acostarme a dormir de una vez.

Luego me acuerdo de la tarea.

Iba a escribirle a Nanhee o Hayeong, para saber si estaban despiertas y preguntarles si podían ayudarme con lo de cálculo, pero una parte de mí dice que es mejor no molestarlas. Decido sentarme en el escritorio y sacar todo para comenzar a hacer ese taller, pero entonces, tengo la maravillosa idea de revisar mis redes sociales antes de empezar.

Y cuando vuelvo a mirar la hora falta poco para las doce, y yo estoy muerta de la risa viendo videos de gente cayéndose.

"Sigues despierta"

Leo en las notificaciones el mensaje que acababa de llegar de Seonghwa. Me sorprende que él también siga despierto a esta hora. Le respondo con un breve "no" y él envía un "Acabas de compartir el video de un gato". Suelto una risa nasal al recordar el video del felino cayéndose de la cama y luego le envío otro mensaje al rubio, diciéndole que estaba a punto de empezar a hacer mi tarea de cálculo. A lo que responde con un "¿Tan tarde?" y sin esperar nada le digo "define tarde".

Me imagino que se está riendo, esa risa suavecita que suelta a veces.

Me pregunta que es lo que tengo que hacer para ayudarme y yo me obligo a bajar los pies del escritorio y volver a acercar las cosas al borde, las cuales había empujado hasta la pared para poder apoyar los brazos y por ende mi celular. Le mando foto de algunos ejercicios para que tuviera una idea del tema que era. Obviamente los de último año ya vieron todo eso así que no demoró en decirme que el proceso era largo, pero no muy complicado, y me empieza a explicar cómo hacerlos.