𝙏𝙁𝘼𝙏𝘽 | Los días normales en el instituto comenzaron a desaparecer cuando las flores se hicieron presentes en la taquilla de Kim Yein.
El club de música, una pelea con su amigo de infancia y el misterio del dueño de los regalos diarios, darían...
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La música era tan fuerte que me sorprendía que los vecinos de Wooyoung no hubieran llamado ya a la policía. Habían varios autos estacionados frente a la casa y eso hizo darme cuenta de la enorme cantidad de invitados que habría dentro. El jardín frontal ---bastante grande, ya que esta zona es costosa y las casas son enormes--- estaba repleto de personas que tomaban y fumaban sin prestar una mínima atención de lo que pasaba a su alrededor.
Los chicos y yo nos abrimos paso hacia dentro, teniendo que sujetar la mano de San para no perderlo y la de Sunha para que no fuera empujada por todos los que bailaban en la sala de estar. De alguna forma hemos encontrado un sofá vacío cerca de la cocina, y no demoramos en sentarnos para evitar que alguien más lo tomara. Yunho y Mingi se ofrecen para ir en busca de algo de tomar para todos y desaparecen entre la gente. Traté de seguirlos para no perderlos de vista tan pronto, y aproveché para buscar a Wooyoung, pero no lo veía por ninguna parte.
ㅡ¿Esto siempre es así, unnie? ㅡSunha se inclina hacia mí y me habla al oído, teniendo que gritar para que la escuchase.
Niego con la cabeza, apenas logrando ver su rostro por la oscuridad y luces parpadeantes de colores. ㅡÉsta es la primera vez que veo tanta gente.
ㅡ¿Y solo se emborrachan y ya? ㅡvuelve a preguntarme la castaña, mirando con una mueca todo el lugar. Sabía bien que era su primera vez en una fiesta de este tipo, pero lo que no sé eran las expectativas que tenía.
ㅡPuedes ir a bailar como todos, o quedarte aquí con Yein. ㅡde alguna forma Yunho ha logrado escucharla cuando ha vuelto. En sus manos trae varios vasos con un líquido que apenas se ve, los cuales reparte junto a Mingi a cada uno de nosotros.
La castaña me mira luego de haber agitado la bebida de su vaso, y yo decido complementar lo que dijo el alto. ㅡYo soy más de quedarme a platicar, pero si quieres ir a bailar no hay ningún problema.
Ella parece pensarlo un poco. Veo como gira la cabeza y detalla todo el lugar, seguramente buscando a la misma persona que yo. Luego, devuelve sus ojos a mí y me hace saber que se quedaría conmigo.
Espero a que de su primer trago, solo para ver su reacción. Los ojos de ella se cierran y sus cejas se unen en una mueca, logrando que yo y los chicos sacáramos una carcajada. Nos da el visto malo sobre eso y sin pensarlo dos veces deja el vaso sobre la mesa de café que teníamos enfrente. No hubo que esperar más para ver al gigante peliazul señalarnos el montón de gente que bailaba, indicándonos que iba a ir allí. Lo seguí con la mirada de nuevo y me fue imposible contener las risas al verlo tan animado, metiéndose entre la gente para llegar al lugar donde más fuerte se escuchaba la música.
Me llevo el vaso de vidrio a los labios y doy un sorbo a lo que sea que fuera eso mientras escucho por encima la conversación de los chicos. El alcohol me quema la garganta y me deja un sabor amargo en la boca, haciéndome también hacer una mala cara sin quererlo, eso parecía la combinación de muchas cosas.
