𝙏𝙁𝘼𝙏𝘽 | Los días normales en el instituto comenzaron a desaparecer cuando las flores se hicieron presentes en la taquilla de Kim Yein.
El club de música, una pelea con su amigo de infancia y el misterio del dueño de los regalos diarios, darían...
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Fue imposible hablar con Wooyoung para arreglar las cosas. Nos mataba con los ojos cada vez que nos veía, repeliéndonos solo con eso. Y aparte, esas dos chicas no se separaban de él en ningún momento y siempre que intentábamos acercarnos lanzaban indirectas haciendo que el pelinegro prefiriera alejarse de nosotros. Yeosang a pesar de tener la oportunidad de acercarse en clase, donde quizás ellas no harían tanto escándalo, no lo hacía por miedo a lo que su ---¿mejor?--- amigo pudiera decirle.
Sunha siguió separándose cada vez más y más de nosotros, ignorando cada una de nuestras palabras donde le hacíamos saber que podía contar con nosotros si esas tipas la estaban molestando. Parecía querer resolver eso por su cuenta, pero yo no estaba segura de que fuera la mejor de las ideas.
Aún con los bajos ánimos que ahora teníamos los chicos y yo, tratamos de sobrellevarlo los últimos días antes de las cortas vacaciones de mitad de año.
Por ejemplo, Yeosang nos había quitado el receso el día de hoy. Nos convenció de ayudarle con su trabajo de geometría, que básicamente consiste en formar pequeñas figuras con papel. Suena sencillo, pero no eran unas cinco o diez, no, son exactamente cuarenta y cinco. Se supone que acabaríamos rápido, pues somos ocho, pero Yeosang no contaba con nuestra nula habilidad para el origami.
He estado quince minutos tratando de hacer una pirámide de papel sin éxito. Me rindo.
Dejo la hoja amarilla ya inservible sobre la gran mesa en la que todos estábamos trabajando, estaba tan arrugada que ya era caso perdido seguir intentando con esa. La biblioteca estaba en total silencio ---gracias a la mujer detrás del escritorio que callaba a todo el mundo por el más mínimo ruido--- y habían varios estudiantes estudiando o leyendo libros en las otras mesas y sillones. El castaño propuso venir aquí porque tendríamos más tranquilidad, según él, pero yo creo que es porque pensó que en un ambiente más estricto todos nos concentraríamos más.
Luego de estirar un poco la espalda y el cuello, mis ojos quedan justo en Seonghwa que estaba frente a mí. Se me escapa una pequeña risa nasal cuando lo veo con el ceño fruncido intentando armar un dodecaedro de color negro. La sonrisa se me desaparece de golpe al ver que coge un pegamento en barra y pega una parte de la figura.
ㅡEso es trampa. ㅡdigo en voz baja sin dejar de verlo, entonces él levanta la cabeza inmediatamente cuando me escucha, seguramente preguntándose si le hablaba a él. ㅡNo puedes usar pegamento en el origami.
ㅡYeosang dijo que estaba bien. ㅡse excusa mientras arquea las cejas hacia arriba.
Miro al causante de todo esto y él levanta los hombros con desinterés. ㅡTe van a bajar puntos. ㅡlo reto. Yeo de inmediato le quita el pegamento a Seonghwa y lo guarda en su bolsillo como si nada hubiera pasado, soltando un pequeño "ustedes no vieron nada" que me hace negar con la cabeza.
