Capítulo 50: A cargo.

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Aiden se pasó una mano por su cabello negro, húmedo ya que aparentemente se baño en el gimnasio antes de venir, y se aclaró la voz antes de hablar.

–Si quieres puedes venir a mi departamento, a vivir conmigo.

"¡¿Qué?!"

–¿Qué? –por poco me ahogo con lo que me quedaba de sandwich –¿Bromeas, verdad?

–Nop, habló en serio.

Se puso de pie con saltito enérgico y caminó hasta mí, me volteé a verlo de frente sorprendiendome una vez más de lo alto y fuerte que se veía. Extendió una mano hacia mi rostro y sin ningún permiso limpió una mancha de mayonesa en la comisura de mis labios, e inmediatamente sentí como un rubor se apoderaba de mis mejillas.

–Tengo un departamento enorme, tú ya lo has visto –limpió la mancha de mayonesa, de sus dedos, sobre un trapo cercano –Y vivo aburridamente solo, así que puedes quedarte ahí, ya que como haz dicho no sabemos cuándo vuelva mi padre.

Retrocedí nerviosa porque de pronto sentía un calor grande en mi cuerpo y tan solo al mirar el rostro se Aiden oía una vocecita en mi cabeza que gritaba lo lindo que era.

–¿Pe, pero qué dices? ¿Qué sucederá si me voy y Elián vuelve? No puedo hacer eso.

Aiden ladeó la cabeza a un lado, algunos de sus cabellos cafés acariciaron sus pómulos dejando leves rastros húmedos sobre su piel.

–Mi padre sabrá que estás conmigo, se lo haré saber –se cruzó de brazos, noté que incluso bajo la sudadera gris se podía ver claramente el grosor de sus músculos y la tensión de ellos.

"De seguro si abraza un tronco lo rompe" exclamó la voz de mi conciencia "No seas exagerada" respondí mentalmente.

Al ver que no respondía Aiden puso una mirada de curiosidad y se inclinó hacia mí, volví a retroceder nerviosa pero no pude moverme nada ya que el refrigerador estaba detrás de mí y mi talón chocó con el. Podía jurar que en aquellos ojos azules había una mirada de provocación y diversión como si en verdad le gustará verme ruborizada.

–¿O es que acaso tienes miedo de mí?

–Claro que no –agradecí no haber tartamudeado.

–Entonces ven conmigo –se irguió con una sonrisa de triunfo como si el momento de tensión no hubiese ocurrido recién –No tendrás que preocuparte por pagar la mensualidad y yo me sentiré mucho más tranquilo sabiendo que estás a salvó.

Se volvió hacia la puerta como para irse al living pero aquello último que dijo me dejó confundida y no pude evitar tomarlo por la muñeca, eso lo detuvo y me observó por sobre su hombro derecho.

–¿Te... preocupas por mí?

Aiden sonreía pero era una sonrisa cálida no burlona. Se giró a verme y apoyó su mano izquierda sobre mi cabello.

–¿Por qué no lo haría? Tú eres importante para mí.

Badum! Es el sonido de mi corazón ¿Lo oyes?"

Deje ir a Aiden y lo seguí lentamente sin poder quitar esas palabras de mi mente.

Lo vi tomar su bolso deportivo color negro, colgarselo al hombro y observar la hora en su reloj de muñeca.

–Ya debo irme, solo quería pasar a ver si estabas bien.

Asentí acercándome a la puerta principal y abriéndola para que pueda irse, pero no lograba mirarlo a los ojos, me sentía extrañamente incómoda. No era una emoción desagradable sino que se sentía bien, pero me causaba algo de ansiedad y preferí apartar la mirada. No obstante Aiden notó mi nerviosismo y en vez de ignorarlo se detuvo ante la puerta, frente a frente conmigo e hizo lo que hubiese deseado que no haga.

Aiden.Wo Geschichten leben. Entdecke jetzt