Sed de justicia

33.

Inevitablemente, la preparación para algo así era nula. Tratamos de contactarnos con la base de operaciones especiales, sin embargo la comunicación estaba cortada.

Sin más opciones disponibles, abrimos paso por aquellos mórbidos y oscuros pasillos de carne. De vez en cuando lográbamos observar algún pequeño mutante, quizás una rata o una lagartija transformada, algunas nos ignoraban, otras intentaban atacarnos; no era tan difícil matarlas, un solo disparo era necesario.

Avanzábamos con calma, tratando de hacer el menor ruido posible. Fue inevitable para mí observar hacia una de las paredes, la cual no se veía como las demás. Esta tenía un ojo, un ojo enorme que nos miraba y pestañeaba, a su vez una boca con dientes afilados sobresalía, era bastante grande e intentaba sacar su lengua hacia afuera como intentando agarrarnos. ¿Que carajos era eso?.

Realmente es difícil relatar lo que viene a continuación, pero el simple hecho se avanzar por aquellos oscuros y fríos pasillos, rodeados de sonidos y de los ojos de aquella masa carnosa, resultaba aterrador.

Realmente debo decir que(...)
Pfff. Mis dos compañeros murieron más adelante. Solo estuve con Vanessa. Ella sacrificaría su vida por mí.

(—El silencio se hizo presente en todos nosotros al escuchar aquella historia de Guapol. Estábamos simplemente atónitos).

Japo y Elgar fueron raptados por una criatura arácnida. Esta parecía ser una ballena de los cielos, pero estaba mal formada de una forma espantosa. Se le habían implantado patas metálicas y mecanismos para moverse.

La encontramos en un recóndito acantilado, fue una escena tétrica pasar por allí y correr. Correr y disparar. Elgar y Japo fueron consumidos por aquella criatura que trepaba por las paredes, de una forma arácnida.

Vanessa y yo logramos salir despavoridos al abrir una pequeña compuerta de metal que daba hacia una especie de hospital improvisado en aquel búnker. Al llegar allí, el maldito doctor, el maldito loco, nos estaba esperando, nos esperaba con sus tentáculos abiertos y su rostro inhumano. Jamás olvidaré esa sonrisa. Tomó a mi Vanessa, intenté sujetarla y jalarla hacía mí, sin embargo este ser era muy fuerte. Disparé. Las balas no le hicieron nada.

Abrió la boca de mi amada e introdujo en ella uno de sus tentáculos. Podía ver su vientre moviéndose, como si  re buscará o implantara algo en su estómago, luego de eso la soltó, le dejo caer hacia el suelo y desapareció en las sombras.

Vanessa convulsionó de una forma horrorosa y sus ojos se tornaron amarillos.

Realmente cuando se tiene una vida tan dura y una experiencia así, es imposible dejar a una persona y menos si es tu ser amado.

Sus vasos sanguíneos se dilataron de forma brutal, se veían de un color morado muy fuerte mientras pude notar como se hacía mas grande. Como si su piel se estirase. Mi mujer estaba mutando, sin embargo, ella sería quien me salvaría.