06

25 2 0
                                    

  —Soy el general  mayor Orgar —exclamó aquel gran hombre.

Su pecho estaba decorado con muchas medallas y su bigote como el de un caballero de Clash Royale. Se veía un poco raro, era calvo, tan calvo que parecía que su cabeza brillaba. Tal vez usaba algún tipo de brillo para la cabeza  o algo por el estilo. Tenía mucho pelo en las cejas. Me encontraba analizando su porte. En eso, este señor camino hacia Li y le tomó del cuello de la camisa, extendió su brazo y le dio una gran bofetada.

Este gran sonido impactando la cara del general Li cortó mi pensamiento.

—¡GENERAL LI, DESPIERTE ENDEBLUCHO!. —Joder, este hombre  grita como un barco zarpando.

El general Li despertó un poco atontado, observó confuso a su alrededor, como preguntándose ¿como llegue aquí? o ¿que carajos paso?. 

Aquel hombre comenzó a reprender y a regañar con toda una furia militar. El general Li solo se mantenía firme, con la mirada puesta  en un punto que no parecía existir y que solo él veía, quizá  tenía miedo pero no lo demostraba.

  —¡LIIIIIII BASTARDO! ¡¿CUALES ERAN SUS ORDENES?! —preguntó Orgar con gran furia.

  —Señor, sus ordenes fueron claras, destruir esta isla, ¿por qué?  porque son una amenaza para "La causa".

—Muy bien parece no ser tan estúpido como pensé. 

Me sentía un poco mal por Li, si yo fuese un soldado me sentiría exprimido si un calvo con bigote de libertador  y un apestoso aliento a alcohol adulterado me gritara abriendo sus grandes  ojos desorbitados prácticamente sobre mi cara, claro que también Li no era una persona de sentir lastima.

Orgar de pronto se tiñó de un color plateado  grisáceo, muy parecido al hierro,  incluso su su ropa tomó este color.

  —Yo soy poseedor del poder de la transformación. Puedo convertir mi cuerpo en metal, el que yo desee y fácilmente voy a acabar con ustedes.

Con sus manos creo una larga espada y  un escudo enorme con  púas; sus agigantados pasos hacían resonar la tierra.

Lao no se quedo atrás, desde su traje desplegó unas enormes alas de color negro, estas vislumbraban la mirada de quien mostrará la vista sobre estos brillos plateados. Poseía una envergadura de al menos tres metros, tres metros de bellas alas.

la expresión y el color de Lao cambio, su  piel se volvió  entre blanca amarilla  pero con un gran brillo como si estuviera hecho de cobre y sus ojos tomaron un  color rojo, como llamaradas de fuego.

En ese momento una batalla de titanes estaba a punto de comenzar.

  —Ahora señor Orgar, va a conocer el verdadero  poder de la raza de los demonios tengú —dijo Lao  tranquilamente

Lao se envolvió en sus alas  y comenzó a girar chocando contra Orgar.

Sus alas parecían estar re cubiertas de  un metal o de algún material mas duro que el mismo acero,  ya que corto el escudo de Orgar y su abdomen. 

Fue  algo tan rápido que la idea de la pelea de titanes  se derrumbo ante mis ojos.

Lao se dispone a pisar la cara de Orgar para así matarlo, pero Orgar lo sujeta de la pierna. Con esta simple acción Lao gritó de dolor. El general mayor soltó una pequeña carcajada y  le dice:

  —En trece años morirás por mi maldición, nadie puede herirme a esta gravedad sin antes llevar un castigo
—Tose y se ríe con  una suavidad maldadosa digna de odiar.

Lao  pisa su cabeza  y esta  queda completamente abollada, como cuando golpeas un trozo de plastilina. Realmente estaba hecho de metal.

Al mirarse la pierna, Lao tenia una mancha negra en forma de mano.

  

Sed de justiciaWhere stories live. Discover now