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Me encontraba hablando con Leila sobre Elementalia. Esta gran nación mística se había aislado del resto para proteger a sus habitantes.

—Los Yender son considerados traidores puesto que ellos se han vinculado al mundo humano —dijo Leila.

<<Mi mirada entonces se dirigió hacia a Guapol, quien se encontraba ayudando a Rosa>>.

—¿Por que el mundo ha de terminar así?, Es simplemente irracional. Odio todo esto, odio ver a la gente sufrir y sin duda alguna detesto que se abran las fronteras nuevamente. El esfuerzo por destruir lo que nos atormenta ha sido en vano —repliqué con con furor.

Aunque no podía ver a Leila, pude sentir que ésta no supo que decir ante mis palabras.

<<Me dirigí hacia Guapol>>.

—Bueno sargento, me encantaría conocer tu historia y saber cómo es que terminaste a punto de ser ejecutado -Guapol agachó su cabeza reflejando tristeza. —No me creerías si te lo dijera -dijo con notable miedo —interrumpí—. Recuerda que ahora estamos bajo la misma causa. Además vivimos en un mundo mágico —rei.

—¡NO, NO LO SABES, NO SABES NADA. ESAS COSAS, ESAS MALDITAS COSAS, TRANSFORMARON A MI MUJER EN UNA MONSTRUOSIDAD!.

—¿A que te refieres? —La turbación se adueñó de mí.

Hubo un silencio incómodo.

<<Guapol suspiró>>.

—Disculpa—. La pena carga conmigo. Te contaré la historia de como terminé siendo un militar y como perdí a mi bella Vanessa.

<<Rosa abrió sus ojos lentamente, como queriendo prestar atención a la historia de algún abuelo>>.

—Chicos, distraigan mi mala fortuna porfavor —la miramos con una tenue sonrisa.

—Bueno pues verás. Cuando se realizó la toma a la primera capital humana, Bogotá. Me encontraba en mi país natal, Finlandia, mi infancia se mantuvo tranquila hasta los trece años; a esa edad mi madre viajó a Elementalia (nuestra capital mundial), para llevar a cabo una conferencia en la cual se defendería los derechos del pueblo Yender; se nos acusó de cooperar en grupos armados a favor de las guerrillas humanas -<<Guapol hizo una pausa para tomar aire>>. —Mi pueblo, al contar con ojos, el poder y el instinto de su animal indicado, era una de las razas que aún deseaba guerra y por hende se convirtieron en grandes aliados de las guerrillas. Esto almenos en la gran mayoría de pueblos que aún eran de costumbres primitivas.

—Los diplomáticos Yender, bajo una falsa esperanza, llevaron a cabo una gran cantidad de tratados con las guerrillas y los líderes de los pueblos Yender rupestres. Estos intentos fueron en vano. Mi madre murió en la masacre de Testdown mientras se encontraba en una reunión general con líderes de los pueblos primitivos.

—Testdown -interrumpí—. Yo conozco a quien lideró aquella masacre, esa misma persona comandó el ataque a las islas sagradas, El general Li. Eso fue hace más de trece años. Murió en el bombardeo consiguiente de la isla. —Guapol interrumpió—. ¿Murió?, Ese maldito fue el que dio la orden de llevarme a juicio hace unos días —dijo inyectado en rabia—. Todo mi cuerpo se tensó.

Sed de justiciaWhere stories live. Discover now