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En cuestión de minutos Taehyung había recobrado un estado tranquilo, respirando lenta y fluidamente. Era capaz de sentir las leves caricias en su cabello, estimulado por aquel medicamento lo que había traído a la conciencia horas antes después de ver... todo lo que había visto en aquella camilla.

Ahora estaba realizando su mayor esfuerzo para enfocarse en lo que tenía a su alrededor. Se convenció en que era mejor mantener los ojos cerrados para evitar los mareos, aunque fuera incapaz de conciliar el sueño, se quedó quieto, atento a cualquier sonido en medio de esa atmósfera de silencio en la habitación. Al menos podía estar seguro de que Jungkook no le había abandonado cuando una nueva caricia cayó sobre su cabello.

No sabía cómo era que Jungkook había llegado ahí, pero tampoco tenía ninguna intención de preguntar encontrándose en ese estado. Estaba totalmente confundido cuando este había aparecido y no sabía que tanto había mejorado la situación en su sistema como para comprender qué era lo que estaba pasando.

Quería salir de ahí, pero al menos esa urgencia ya no le quemaba en el interior como cuando fue arrastrado hasta esa habitación en una camilla.

—¿Cuánto tenemos que esperar? —escuchó la voz de Jungkook, se encontraba justo a un lado de la camilla, su mano seguía en el pertinente trabajo de tranquilizarlo mientras que Taehyung aún no estaba seguro de sí debería abrir los ojos.

—No mucho, el laboratorio está lejos de la ciudad, pero Seokjin no tardará.

Taehyung no mostró ningún movimiento, aun así se encontró sorprendido y confundido al escuchar el nombre del empresario. Sentía que volvía a tomar control de sus sentidos al escucharlos hablar pero la incertidumbre de si esa voz era real o no le mantenía dentro de la inseguridad que los efectos de la medicina le proporcionaban.

—Puede que sepan que estamos aquí.

—Ellos lo saben. No tengo duda.

Después de ello todo volvió a quedar en silencio, cada uno volvió a sus tareas, Taehyung regulando su respiración, Jungkook acariciándole la cabeza y Hoseok manteniéndose en un silencio que le volvía invisible. Todo se volvió un remolino de tensión a la espera del milagro que los sacaría de ahí. Y esa tensión no hacía más que aumentar la incertidumbre en el castaño.

Sí, esa voz era real, debía saberlo.

—¿Quien... —comenzó hablando despacio, apenas en un susurro que Jungkook fue capaz de percibir por la cercanía que mantenían.

—¿Tae? —se levantó de la silla en la que se había establecido los últimos minutos para acercarse más al contrario quien se negaba a abrir los ojos—. ¿Estás bien?

—¿Quién es? —siguió con sus propias palabras ignorando totalmente las de Jungkook—. ¿Quién más está aquí?

—Un chico que trabaja para Seokjin —inmediatamente contestó, siendo transparente con la preocupación que bombeaba en su interior—, se llama Hoseok.

Con eso último Taehyung por fin abrió los ojos, sus párpados pesados se movían de forma lenta mientras que buscaba enfocar su visión en el rostro de su compañero. Jungkook estaba ahí, justo a un lado suyo, había ido a buscarlo después de todo. El pelinegro quitó su mano de la cabeza del contrario cuando sus miradas se unieron, volvió a sentarse en la silla a corta distancia y una ligera sonrisa hizo aparición en sus facciones, estaba aliviado, mucho más de lo que había pensado que estaría.

Los dos compañeros se mantuvieron en silencio mientras que Hoseok, recargado en una de las paredes a la otra orilla de la habitación, veía todo en completo silencio. Cualquier duda que había albergado en su sistema se estaba desvaneciendo con cada segundo en que los dos chicos se miraban de esa forma.

Entrelazados | KookVWhere stories live. Discover now