Entrelazados | KookV

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Taehyung apenas empezaba a despertar; el dolor en su cabeza era molesto, pero no tan fuerte como para impedirle enderezarse en el colchón. Estaba ahí de nuevo, en la misma habitación blanca que lo había visto despertar el día anterior, en las mismas condiciones, incluyendo al chico rubio sentado en una de las esquinas, quien dormitaba tranquilamente, pareciendo un guardián, al igual que ayer.

Se levantó lentamente, tratando de no hacer ruido para no despertar al mayor, pero detuvo sus movimientos al escuchar un gruñido de él justo antes de que abriera los ojos.

—Hey —dijo Taehyung con voz suave—, buenos días.

Yoongi volvió a gruñir y pasó una mano por su rostro ante el cansancio que le exigía volver a dormir, pero no se lo permitió. Estiró sus músculos mientras seguía recostado en la silla y observó a Taehyung, quien parecía temer hacer algún movimiento bajo la vigilancia del psicólogo.

—Al fin despiertas —dijo el mayor, poniéndose de pie y estirándose nuevamente para alejar el deseo de dormir.

—Desperté antes que tú —señaló un tanto confundido.

—Y dormiste antes que yo —susurró, una pequeña sonrisa logró escaparse por sus labios—. Muévete rápido, te llevaré a tu departamento de nuevo.

Estaban a punto de salir de la habitación cuando Yoongi sintió una de las mangas de su abrigo era tomada por el suave tacto del menor. Cuando dirigió su mirada a la de Taehyung, soltó un suspiro al ver sus ojos brillantes opacando cualquier cosa a su alrededor. Sintió la punta de sus dedos hormiguear, pero se forzó a sí mismo a mantenerse quieto en la misma posición.

—Gracias —pronunció el castaño en un susurro apenas audible para el rubio—, por lo de ayer.

Yoongi estaba a punto de contestar, pero sus palabras se atascaron en el nudo que se formó en su garganta. Había tantas cosas que quería decir, que se amontonaron en su mente, dejándolo en blanco durante más segundos de lo que hubiera deseado.

—Claro.

Tomó la muñeca de Taehyung, haciendo que soltara el agarre en su abrigo, y sin decir más, salió de la habitación, cerrando la puerta tras de sí. Dejó escapar otro suspiro y se obligó a tomar bocanadas de aire para controlarse; bajo ninguna circunstancia quería que el castaño lo viera de esa forma, al menos no por ahora.

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Una vez llegaron al edificio de departamentos, Namjoon fue el primero en bajar del auto, seguido por el castaño, quien se quedó unos segundos observando el imponente edificio frente a él. Necesitó repetirse en su mente que tenía que relajarse.

—Camina —le indicó Yoongi, empujándolo levemente en la espalda baja, dándole los ánimos que necesitaba para continuar.

Los tres se dirigieron hasta el piso donde se encontraban los departamentos y se detuvieron frente a las puertas que les pertenecían a ambos sujetos de prueba.

—Bien, tengo que irme —avisó Yoongi, observando cómo el castaño volteaba a mirarlo al escuchar esas palabras—. Suerte con los sermones —dijo mientras palmoteaba dos veces el hombro de Taehyung en tono de broma.

—¿No te quedarás para la explicación? —preguntó rápidamente el castaño, casi implorando con la mirada que se quedara, ya que por alguna razón se sentía mejor estando junto al psicólogo.

Quizás era la impresión que le había dado durante el día anterior, cuando lo había ayudado en todo momento. Cuando despertó en el laboratorio, cuando llegó a su departamento durante el día y cuando se encontraba completamente confundido y perdido la noche anterior; había sido Yoongi quien lo había ayudado.