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La noche se había pasado pacífica y reparadora para Jungkook, quien nunca hubiera imaginado que tener un aliado en todo aquello sería tan reconfortante. A la mañana siguiente, el sonido del celular lo despertó de lo que parecía ser un profundo sueño, así que simplemente rechazó la llamada para seguir durmiendo. Una segunda llamada entró en el celular y Jungkook, en mitad de un bufido de inconformidad, tomó el aparato y contestó sin siquiera ver el nombre.

—Estoy durmiendo, llame después

—¿Durmiendo? ¿Me estás jodiendo? —La voz de la llamada era extraña y Jungkook no lograba reconocerla, separó el aparato de su oído para ver que no tenía registrado aquel número—. Debiste llegar hace media hora.

—Disculpe, creo que se equivocó de número.

—No, no lo hice. Estoy seguro de que eres Jeon Jungkook. —El nombrado hizo una mueca y se sentó en el colchón, ahora estaba un poco más despierto y más atento—. ¿Qué? ¿No piensas venir?

—¿A dónde? —preguntó con cautela y un sonido de desaprobación del otro lado de la línea lo hizo dudar aún más.

—Al trabajo, imbécil.

Entonces Jungkook se levantó de golpe de la cama, donde, por cierto, dormía por primera vez. Miró el reloj en la mesa de noche que decía «9:00». Susurró una maldición antes de acercar nuevamente el celular a su oído.

—Voy en camino —dijo con voz suave, mas otra maldición fue su única respuesta antes de que la llamada se cortara.

Sin pensarlo mucho buscó entre sus contactos hasta dar con el de su único aliado y marcó, esperó a que Taehyung tomara la llamada con el celular entre el oído y el hombro, pues sus manos estaban ocupadas buscando algo de ropa. Volvió a maldecir cuando lo envió a buzón de voz.

No sabía por qué hacía aquello, el trabajo se lo habían dado los científicos y si fuera por él preferiría conseguir uno por sus propios medios, uno donde muy probablemente no lo tendrían vigilado toda la jornada, pero sabía que no podía hacer eso. Por muy incómodo que sea debía estar tan cerca de los científicos como se le fuera posible, al menos por ahora.

Cuando regresó la noche anterior a su departamento, después de la charla con Taehyung, pasó un buen rato pensando en la actitud de su compañero. Durante todo ese tiempo había estado tranquilo y cooperando, pero su actitud de ayer le hizo saber que no se sentía tan seguro como aparentaba. Entonces recordó su ofrecimiento por comprobar cómo deshacerse del chip disfrazado de curiosidad por el proyecto. Taehyung también quería salir y estaba haciendo uso de la estrategia más antigua para eso.

«Mantener a tus amigos cerca y a tus enemigos más cerca aún».

O al menos eso creía.

Tomó todo lo que pensó que llegaría necesitar y en adición una barra energética que había comprado de la tienda de servicio el día anterior, mientras que el GPS buscaba la dirección de su nuevo trabajo. Apenas estaba de camino a la puerta del departamento cuando otra llamada fue a dar hasta su celular.

—Taehyung —dice al apenas contestar— ¿Dónde estás?

—¿Qué? Estoy en el trabajo. ¿Qué pasa? —preguntó el castaño totalmente confundido, si ya era raro el hecho de que Jungkook lo llamara, ahora esto era mucho más extraño—. ¿Todo bien?

—¿Fuiste a trabajar?

—Por supuesto. —El silencio se hizo en la llamada por un par de segundo y solo eso fue suficiente para que Taehyung sintiera la curiosidad cosquillear en su interior, sus labios listos para preguntar—. ¿No estás tú en algún trabajo?

Entrelazados | KookVWo Geschichten leben. Entdecke jetzt