Entrelazados | KookV

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A Yoongi le había tomado por sorpresa esa llamada. Si bien se había sentido aliviado porque Jungkook le había llamado, toda esa tranquilidad que creyó sentiría se esfumó al escuchar la voz de Hoseok del otro lado. La llamada había llegado cuando estaba en medio de un pasillo, pero ahora se encontraba en una de las habitaciones vacías del edificio tratando de restablecer su compostura con respiraciones lentas.

Todo se le estaba yendo de las manos, pensaba que podría tener el control mientras que se encontrará en el laboratorio, pero la verdad es que lo había perdido tiempo atrás. No sabia cuales eran sus prioridades mientras su cabeza se estancaba entre la confusión y el cansancio.

Taehyung, a quien se supone debe cuidar, había tenido un colapso justo frente a él. Hoseok, quien había sido su aliado por tanto tiempo, ahora se estaba poniendo en peligro por el proyecto e incluso había llegado a ordenar que golpearan a Jungkook. Y este último hecho no salía de su mente torturándolo en un sentimiento de culpabilidad.

—Joder —se lamentó llevando sus manos hacia su rostro y sentándose en la cama de la habitación blanca.

Cada que cerraba los ojos podía ver como Jungkook era arrastrado hasta su edificio para ser noqueado, se intentaba recordar que lo que estaba haciendo tenía una razón pero muy en el fondo sabía que había perdido las riendas. Había prometido cuidar de Taehyung a toda costa, sin importar las consecuencias, pero no estaba lo suficientemente listo como para superar una prueba como esa.

—Vas a tener que perdonarme —susurro Yoongi en voz baja tomando aire para darse valor de salir de la habitación —después de todo tú mismo me lo pediste, Jungkook.

Con esto último salió del cuarto blanco y caminó en dirección al área médica, tenía que asegurarse de que Taehyung se encuentre bien y llevarlo a algún lugar más cómodo, después de eso se encargaría de Hoseok.

Cuando llegó al área, el médico se levantó de su silla de inmediato aún con el recuerdo de los gritos del psicólogo frescos en su mente. Taehyung se encontraba todavía en la camilla, estaba sentado con la mirada perdida en la sábana blanca que le cubría las piernas mientras divagaba en sus pensamientos. Yoongi se acercó con paso lento, el castaño parecía no haber notado su presencia, por lo que se asustó levemente cuando el mayor se sentó en la orilla de la camilla.

—¿Estas bien? —preguntó con voz suave, llamando la atención de Taehyung quien por fin levanta la mirada.

—Dijiste que no iba a pasarme nada.

—Se supone que debía ser así.

—¿Entonces qué diablos pasa conmigo? —su voz estaba más ronca de lo normal, Yoongi podía ver un cansancio latente en los ojos castaños, los cuales estaban cristalizados y brillantes, tal vez por la medicina que le habían dado para que volviera en sí mismo.

Yoongi no tenía respuesta que satisficiera al castaño por lo que optó por mantenerse en silencio, ese no era momento para hablar con Taehyung, tendría que hacerlo cuando este se encontrará en condiciones, sin ningún efecto de medicamentos en su sistema. Taehyung, por su parte, perdía la paciencia, había esperado más de dos horas al psicólogo desde que había despertado, aturdido y desorientado, el médico no le había querido responder absolutamente nada y lo único que hacía era evitar que se levantara de la cama.

—Quiero irme ya —sentenció el castaño retirando la sábana de sus piernas con movimientos torpes y lentos—, quiero irme.

—Este no es el momento, Tae.

—Dijiste que podía irme en cuanto termináramos, ¿no? —lo cuestionó, viendo a los ojos al mayor en forma de reto.

—Sí, al parecer dije muchas cosas que no soy capaz de cumplir —apartó la mirada de Taehyung sin poder soportar por mucho tiempo.