Entrelazados | KookV

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—No, claro que no —reclamó el chico pelinegro mientras se sentaba en una de las mesas del comedor—, no formaré parte de esto, olvídenlo.

Namjoon suspiró cansado ante las negativas de los «individuos» que no paraban de reclamar y gritar cada vez que tenían la oportunidad. Había pensado en llevar aquella charla con tranquilidad, explicando paso a paso lo que se estaba haciendo, pero su paciencia se estaba agotando con cada interrupción por parte de los dos chicos. Yoongi casi quería reír al ver a Namjoon apretar los puños.

—Secuestro, eso es lo que están haciendo —siguió hablando Jungkook con indignación—, me largo.

Taehyung, quien se había sentado en otra mesa, vio cómo el pelinegro se levantaba de su lugar para caminar hacia el más alto y levantar su muñeca. Ahí tenía un brazalete metálico idéntico al que tenía él mismo y no pudo evitar que la curiosidad despertara dentro suyo como un hormigueo incesante.

—Quítalo —ordenó Jungkook con voz severa, pero Namjoon solo pasó la mano por su rostro, realmente se estaba cansando.

—No se puede, al menos no hasta que el proyecto concluya.

—¿Qué es esta cosa? —preguntó Taehyung uniéndose a la conversación después de varios minutos, señalando su propio brazalete—. ¿Por qué no podríamos quitárnoslo?

—Resumiéndolo en palabras sencillas, es un artefacto que nos permite leer la estimulación emocional y...

—¡No me importa, solo quítalo! —gritó Jungkook golpeando la mesa con fuerza.

Estaba confundido y estresado por todo aquello. Además, ¿pareja predestinada? Esas no eran más que tonterías. No había ni una sola razón para seguir ahí, y estaba más que claro que no se quedaría.

—¡Solo deja que termine de hablar! —le gritó de regreso Taehyung, exasperado, levantándose también. Ese tipo lo comenzaba a frustrar al igual que sus intentos por conseguir información—. Lo tienes en tu jodida muñeca. ¿Cómo es posible que no te importe?

—Ya no lo tendré en poco tiempo —habló amenazante—, quítalo ahora.

—Escúchame bien, idiota —esta vez fue Yoongi quien se unió, intentando detener la discusión. Era divertido ver a Namjoon perder la paciencia, pero él mismo comenzaba a perderla—. Estás confundido y también quieres saber las respuestas, lo sé mejor que todos aquí, pero no vamos a darte ni una mierda si sigues con tu espectáculo. Así que mueve tu culo a la silla otra vez para escuchar el resto o lárgate ahora mismo.

—Yoongi... —rápidamente reclamó Namjoon, él era su sujeto de prueba y no podía dejarlo ir por ahí sin saber la información. Eso no era más que una locura.

—Está bien, Namjoon. Deja que haga lo que quiera. —Se cruzó de brazos, mirando al pelinegro de forma desafiante—. La puerta está ahí, giras a la derecha y encontrarás la salida, pero te irás con eso. —Señaló el brazalete y mostró una sonrisa, sabía cuáles eran los puntos que tenía que presionar en alguien como el pelinegro—. No volverás a vernos.

Jungkook bufó sintiéndose subestimado completamente por el rubio. Si la puerta estaba ahí, no había razón para quedarse, y su instinto le decía que debía tomar esa oportunidad ahora, pero su subconsciente le advertía que todo era demasiado fácil. Debía haber alguna trampa en todo esto.

Y, aun así, caminó.

Se dirigió a la salida dispuesto a hacerle caso a su instinto cuando las palabras del otro chico lo golpearon con fuerza. Irse ahora significaba llevarse el brazalete consigo. No sabía qué era, ni si sería capaz de quitarlo por su cuenta, y la preocupación comenzó a crecer en él.