28 | Artísticamente hablando

42.2K 5.4K 10.9K
                                    

28 | Artísticamente hablando

Holland

Mil y una veces alcanza su primer millón de reproducciones durante las vacaciones de primavera.

Desde que discutí con mi madre la noche del baile, no hemos vuelto a hablar y el ambiente en casa es muy tenso. Papá y ella aplican el «castigo del silencio» siempre que estamos juntos en la misma habitación. Me duele que me ignoren tan descaradamente, así que me paso todas las mañanas encerrada en mi cuarto, estudiando o haciendo deberes, y salgo todas las tardes con mis amigos, todo con un único objetivo: estar tan lejos de ellos como me sea posible.

Sin embargo, esto no significa que estas no sean las mejores de vacaciones de mi vida.

Me encanta pasar tiempo con los chicos. Vamos al cine y a cenar a locales de comida rápida, quedamos en la casa de Alex y me adentro por primera vez en «los dominios» de Mason y de Finn. También nos reunimos en el Brandom muy a menudo, sobre todo las tardes en las que Alex tiene que trabajar, y organizamos una fiesta sorpresa de bienvenida para Bill cuando sale del hospital.

3 A. M. sigue actuando todos los viernes por la noche y el público los conoce cada vez mejor. Ya incluso hay quienes cantan con ellos sus canciones. Dos días después de que volvamos a clase, cuando estamos sentados en nuestra mesa habitual del Brandom, Finn aparece dando saltos y nos anuncia que, en efecto, su canción ya ha sido reproducida más de un millón de veces. Gritamos tanto que Bill amenaza con echarnos, pero se une a nuestro escándalo en cuanto oye la noticia.

Fue un subidón para Finn, que se había pasado una semana lloriqueando porque Rebecca ya no respondía a sus mensajes.

Esa misma noche, graban It's yours y Mason me envía el vídeo para que lo edite y lo suba a YouTube. Sus fans reaccionan con un sorprendente entusiasmo y nos llenan de comentarios pidiendo más. No puedo culparlas. Es una canción increíble. Sin embargo, tengo que admitir escucharla me afecta mucho más ahora que sé que Alex la escribió para mí.

Cada vez que oigo su voz entonando esos versos, mi corazón da un vuelco. Intento actuar con normalidad delante de los chicos, pero me paso escuchándola en bucle durante horas esa noche. Alex me dijo una vez que soñaba con que sus canciones hicieran sentir algo a quien las escucha. Supongo que algún día tendré que decirle que al menos conmigo lo ha conseguido.

Las cosas entre nosotros van cada vez mejor. Tenemos una conversación pendiente desde la noche del baile, pero forzar que nos sentemos a hablar sobre lo «nuestro» es un paso difícil que ninguno se atreve a dar. Cuando hablo con Sam sobre esto, dice que estamos «dejándonos llevar» y, honestamente, no creo que haya un término que lo describa mejor. Los chicos han ido acostumbrándose a vernos juntos y ahora es Finn el único que sigue bromeando al respecto, pero no le damos importancia porque, bueno, es Finn.

Mis padres deciden planear otro viaje exprés que dura todo un fin de semana. Esta vez, mamá no se molesta en preguntarme si quiero acompañarlos. Se marchan un viernes y esa misma tarde llegan mis amigos. Su compañía hace que mi humor mejore durante esos dos días. La noche del sábado, vemos una película, Alex se sienta a mi lado y se dedica a juguetear con mis manos durante casi treinta minutos, hasta que ya no lo aguanto más y lo arrastro hasta otra habitación. Resulta ser una sala de estar en la que nunca antes había entrado, pero no dejo que aprecie los detalles porque no separo mi boca de la suya en ningún momento.

Tenemos que soportar las miradas burlonas de nuestros amigos después, pero merece totalmente la pena. Nunca antes me había sentido tan viva.

Me encanta estar con él. Siempre que estamos juntos, hace que me duelan las mejillas de tanto sonreír. Tiene un sentido del humor penoso y nos peleamos constantemente, pero siempre acabamos riéndonos a carcajadas. Me parece un chico tan interesante que podría estar escuchándole hablar durante horas sin aburrirme y, siempre que me pasa cualquier cosa, es el primero a quien quiero contárselo.

Cántame al oído | EN LIBRERÍASDonde viven las historias. Descúbrelo ahora