18º Acción y consecuencia

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18º Acción y consecuencia

El mes siguiente tras el regreso de Lizzy a Pemberley fue bastante tranquilo, el matrimonio Darcy empezaba a preparar la llegada del bebé, que se esperaba para principios del mes siguiente.

Mientras, Georgiana ya había acudido a su primer recital como intérprete, teniendo una gran acogida entre el público, y siempre con Mary a su lado como apoyo. Las dos eran como uña y carne, se habían convertido en las mejores amigas, y disfrutaban de la música y del tiempo que pasaban juntas.

Una mañana, apareció en Pemberley Charles Bingley, acompañado de las dos pequeñas Bennet, cada una cogida con fuerza intentando separarlas mientras reñían y se gritaban. Tanto Lizzy como Fitzwilliam acudieron a su encuentro, totalmente sorprendidos por su llegada.

-¡Charles!- Lo saludo su amigo, llegando donde él estaba- ¿A que debemos el placer de tu visita?

-Me temo que no es por placer por lo que estoy aquí- Respondió apenado- Sé que es injusto que os pida esto porque estáis apunto de tener al bebé, pero es que estoy desesperado.

-¿Le ocurre algo a Jane?- Preguntó Lizzy preocupada.

-Jane está bien, tiene muchas nauseas, pero por lo demás no tiene ningún problema- Le comentó para calmarla- El problema son estas dos- Señaló a sus pequeñas cuñadas con la mirada- Desde hace unas semanas se están comportando fatal, lo rompen todo, gritan todo el tiempo, gastan bromas pesadas al servicio, y Jane no sabe que más hacer con ellas- Su voz mostraba mucha frustración- Ayer Jane tuvo que recostarse un buen rato después de solucionar uno de los altercados que ellas provocaron, y me preocupa que la pongan de los nervios en su estado.

-No es de extrañar, los primeros meses son los más peligrosos- Comentó Lizzy, comprendiendo como se sentía su cuñado, pues ella misma había tratado con esos dos monstruitos durante mucho tiempo- ¿Quieres que nos las quedemos nosotros?

-Sé que no es justo, nos las llevamos para que tú pudieras descansar y pasaras un embarazo tranquilo, pero...

-No te preocupes, tan solo queda un mes de embarazo, podremos con ellas- Le aseguró sonriente- Jane necesita más calma que yo, a mi con estar sentada la mayor parte del día me basta.

-¿De verdad no os importa?

-Claro que no- Le aseguró su amigo- Hablaré seriamente con ellas, y estoy seguro de que llegaremos a entendernos, tal y como hicimos cuando comenzamos nuestra convivencia.

-Muchísimas gracias- Dijo aliviado- No sabéis cuanto os lo agradezco.

-No hay nada que agradecer- Le aseguró Lizzy, cogiendo a Lydia de la mano con fuerza, para que no pudiera escapar- Cuida de Jane.

-Exacto, no te preocupes por nada- Continuó su amigo, cogiendo a Kitty- Nosotros nos encargaremos.

De esa manera, Kitty y Lydia volvieron a vivir en Pemberley junto a su hermana Elizabeth y su hermana Mary. Pero lejos de lo que había sido el tiempo que habían convivido desde el incendio en Longbourn, las dos niñas estaban totalmente descontroladas, en más de una ocasión, las niñas se escapaban de la institutriz que tenían y salían a jugar al jardín sin supervisión, destrozando algunas de las flores que tenía el jardinero, otras veces iban a las cocinas y cambiaban las especias de sus botes, haciendo que la cocinera tuviera que tirar la comida en más de una ocasión, también ponían pequeños ratones entre las sábanas que tenían que doblar las doncellas, haciéndolas gritar y salir despavoridas, pero la gota que colmó el vaso de la paciencia del señor Darcy fue cuando se percató de que esas dos diablillas le habían estado cogiendo correspondencia importante para sus negocios y habían estado dibujando en ella y tirándola a las llamas de la chimenea de su habitación cuando se cansaban de los dibujos.

Matrimonio de ConvenienciaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora