11º Desavenencias

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11º Desavenencias

Tras la boda de los Bingley, en Pemberley se preparó la Navidad de manera bastante austera, pues Darcy no pensaba permitir que su esposa tuviera ningún sobresalto ni se esforzara más de lo necesario. En otras ocasiones se habría celebrado el baile de Lady Anne, como era costumbre desde hacía muchos años, pero en esas circunstancias, no hubo baile, ni una gran comida de Navidad.

Darcy, sabiendo lo sencilla que había sido la vida de su esposa y sus hermanas en Longbourn, decidió que quería preparar un ambiente del mismo estilo, para que pudieran rememorar aquellos momentos, puesto que no tenían posibilidad de ir a la casa hasta dentro de bastante tiempo.

Así que se compinchó con Charles para darles a las hermanas Bennet una Navidad inolvidable. En el salón de baile colocaron el árbol de Navidad, que las dos pequeñas junto a Mary y Georgiana se encargaron de decorar a escondidas de sus dos hermanas mayores. Después dieron orden de preparar el menú que solían preparar para esas fechas: sopa blanca, pavo asado, pastel de manzana y pastas navideñas. La decoración también se limitó al salón de baile, que quedó muy hermoso y festivo.

De esa forma, la mañana de Navidad, Fitzwilliam despertó primero, y observó a su esposa dormir plácidamente a su lado. Sabiendo que en poco tiempo tendrían visitas, decidió despertarla de manera muy dulce, se acercó a ella y comenzó a besar su rostro con pequeños besos que eran como caricias, besó sus pómulos, sus ojos, su nariz, bajó a su cuello, besó su nuca, haciendo que se estremeciera un poco y sonriera.

-Que despertar más agradable- Comentó removiéndose un poco en la cama- ¿A que se deben tantas atenciones?

-A que hoy es Navidad- Le respondió, dándole un pequeño mordisco en el lóbulo de su oreja.

-¿Navidad?- Eso pareció despejarla, porque se incorporó de inmediato y miró a su alrededor- Se me había olvidado por completo, con la boda y lo sucedido con Caroline Bingley, no me había acordado- Parecía apenada- No he hecho ningún regalo para nadie, ni he comprado nada, ni he preparado nada...

-Cálmate, está todo controlado- Le dijo, abrazándola con cariño- Yo he comprado regalos, y lo demás da igual, lo importante de la Navidad es estar con nuestros seres queridos.

-Tienes razón- Sonrió, girando hacia él y besándole los labios.

Ese beso era muy dulce y lento, pero de pronto, Lizzy sintió la necesidad de apoderarse con más intensidad de los labios de su marido, así que profundizó el beso y enroscó sus manos alrededor del cuello de su marido. Darcy no dudó en responderle, hasta que comprobó como intentaba quitarle la camisa de dormir.

-¿Qué haces?

-¿No es obvio?- Preguntó mientras conseguía desabrocharle los primeros botones- Voy a celebrar de manera privada la Navidad contigo.

-Elizabeth, no- Le dijo en tono serio y firme.

-¿Por qué?

-¿Cómo que por qué? ¿Has olvidado lo sucedido hace unos días en Green Park?- Preguntó intentando apartarla- Necesitas descansar.

-Estoy bien.

-¡He dicho que no!- Dijo tajante, apartándose de ella y girándose para no mirarla.

-Will...- Su voz sonó llorosa y dolida- Por favor, te necesito- Él no le respondió- Will. ¿es que ya no me deseas?

-El deseo no tiene nada que ver.

-Te pido por favor que vuelvas a la cama a mi lado y me ames como has hecho siempre- Le suplicó con la voz llorosa.

Matrimonio de ConvenienciaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora