21º Alumbramiento

1.4K 96 17
                                    

21º Alumbramiento

Dentro del carruaje, Lizzy permanecía sentada, con una mano sobre su vientre y la otra tomando la de su esposo, que temblaba sin cesar. Él la miraba, su rostro estaba tenso, sus ojos llorosos, parecía al borde de un ataque de pánico.

Darcy se sentía igual, aunque el alumbramiento estaba próximo, pensaba que aun tenía algunas semanas para meditar y planear como sería todo, y aunque nadie podía prever lo sucedido, no estaba preparado para la llegada inminente de su hijo.

Su mujer se puso recta de repente, apretándole la mano con fuerza, mientras cerraba los ojos y apretaba los labios, intentando contener un fuerte lamento. Darcy comprendió que aquello era una contracción, así que se arrimó a ella, la rodeó con uno de sus brazos mientras seguía sujetando su mano, intentando que el dolor fuera más llevadero. Poco a poco dejó de hacer fuerza y respiró con algo de dificultad.

-¿Estás bien?

-No- Le dijo, con la voz rasgada por el llanto contenido- No estoy bien.

-¿Puedo hacer algo?

-Abrázame, por favor- Le rogó, girándose a mirarlo. Él no dudó en complacerla- Tengo miedo Will.

-¿De qué tienes miedo?

-¿Y si no llegamos a tiempo a Pemberley? ¿Y si no tengo fuerzas para hacer esto? ¿Y si no soy una buena madre para nuestro hijo?- Empezó a preguntar de manera atolondrada, y él no pudo evitar empezar a reír- ¿Te ríes de mí?

-No cariño, no me río de ti- Le aseguró, dejando la risa para no molestarla- Pero me hace gracia que temas eso cuando has permanecido serena mientras estabas cautiva de esos dos lunáticos- Besó su mejilla.

-Soy una tonta, lo sé.

-No eres tonta- Le acarició la mejilla- Eres una mujer muy fuerte, siempre lo has sido, y mientras la vida de tus seres queridos corre peligro no muestras ninguna debilidad- La ensalzó- Pero esto es diferente, esta situación es algo desconocido, y no sabes como afrontarla- La besó en la frente- No es malo tener miedo.

-¿No estás enfadado conmigo?

-¿Enfadado?- Preguntó sorprendido, para después sonreír- Lydia me ha hecho la misma pregunta cuando las he sacado del escondite de la cabaña de caza, y por cierto, muy inteligente al esconderlas allí.

-Era lo único que se me ocurrió en ese momento- Dijo con calma, antes de volver a tensarse y sujetar de nuevo con fuerza la mano de su marido ante otra contracción- Háblame, por favor, intenta distraerme.

-¿Por qué me has preguntado si estaba enfadado?

-Por haber ido al encuentro de Collins sola- Respondió con dificultad.

-No estoy enfadado, entiendo que no tenías más remedio, tus hermanas estaban en peligro, y si se hubiera tratado de Georgiana, yo hubiera hecho lo mismo- Le comentó mientras le acariciaba la espalda- Hubiera preferido que me lo hubieras contado y haber buscado una solución diferente, pero lo comprendo y no puedo enfadarme contigo por eso- Le confesó- Además, ya no hay nada que hacer al respecto, y me niego a que nuestro hijo nazca estando enfadados.

-Me parece un buen punto de vista.

La contracción pasó, y durante la siguiente media hora de trayecto, las fueron superando una a una. Darcy era comprensivo y atento a cuanto ella necesitaba, ignorando el dolor de su mano cuando ella la apretaba intentando superar una de aquellas dolorosas contracciones. Y Lizzy, a pesar de todo, hacía esfuerzos por no ponerse a gritar con cada nuevo dolor que llegaba.

Bingley conducía el carruaje lo más rápido que podía sin poner en peligro la estabilidad del vehículo, temiendo volcar si se excedía demasiado. Pero le preocupaba el estado de los caminos, pues con las últimas lluvias, estaban todos embarrados y bastante inaccesibles para un carruaje.

Matrimonio de ConvenienciaOnde histórias criam vida. Descubra agora