16º Descubriendo la verdad

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16º Descubriendo la verdad

Darcy caminaba por el pasillo en dirección a su habitación, estaba realmente agotado después de todo lo sucedido. Hacía un rato que los Bingley se habían marchado con las dos pequeñas a su hogar, deseando poder descansar un poco, Georgiana se había marchado con Mary, queriendo las dos permanecer juntas, y él se había asegurado de que estuvieran en la habitación de Mary durmiendo.

Con nerviosismo llegó a la entrada del dormitorio que compartía con su esposa, estaba preocupado por ella, había estado sometida a mucha presión y no sabía como podía haberle afectado todo lo sucedido con Mary y Wickham. Esperando que ella estuviera ya dormida, se adentró en la estancia.

-Elizabeth- La llamó nada más entrar y comprobar que permanecía en pie, con el camisón puesto, mirando por la ventana- ¿Qué haces levantada todavía? ¡Vas a enfermar de frío si no te metes en la cama!- La regañó levemente, caminando hasta ella y abrazándola- Acuéstate, por favor.

-No quería dormirme hasta que llegaras tú- Le comentó, recostándose en él- Necesitaba sentir tus brazos a mi alrededor.

-Mi amor, ya estoy aquí, así que entra en la cama, yo me cambio y voy a tu lado.

-Está bien- Accedió dando un gran bostezo- No tardes.

Lizzy obedeció y se recostó en el interior de la cama, Darcy se apresuró en quitar sus ropas y acomodarse la camisa de dormir, después se tumbó junto a su mujer y la abrazó, dándole calor y pequeños besos en el rostro.

-¿Estás bien? ¿Has sentido alguna molestia?

-Nada preocupante, no te apures- Le aseguró- El bebé ha estado muy inquieto, pero no he sentido molestias.

-Que alivio- Suspiró más tranquilo- Después de ver como te habías puesto al leer la nota de Mary temí que hubieran vuelto los dolores que tuviste anteriormente- Se recostó, colocándola sobre su pecho- Durmamos, los dos lo necesitamos.

-Desde luego, mereces un buen descanso- Le sonrió acurrucándose entre sus brazos- Duerme mi amor, descansa- Besó su pecho levemente, haciendo que él sintiera una corriente eléctrica recorrerle por entero- Eres mi héroe.

Con una sonrisa en los labios, se durmió, sintiendo una tranquilidad inmensa al haber escuchado esas últimas palabras de su esposa antes de dormirse.

Todos los miembros de la familia durmieron muchas horas, recuperándose del cansancio acumulado. La primera en despertar fue Elizabeth, que se levantó y arregló en silencio, no queriendo despertar a su marido bajo ninguna circunstancia, se merecía descansar. Necesitando comer algo, bajó a desayunar, y tras llenar su estómago, decidió hacer algo que sabía que su esposo no le permitiría una vez despierto, ir a ver a ese tal Wickham y saber porque había hecho aquello.

Con decisión, se encaminó a la despensa, donde el mayordomo estaba ante la puerta, haciendo guardia. Lizzy le dijo que fuera a realizar sus tareas, que ella se quedaría con el sirviente que estaba dentro, para después cruzar el umbral y encontrarse cara a cara con aquel hombre.

-¿Puede quitarle la mordaza?- Le pidió a su empleado.

-Por supuesto, señora.

-Cuando lo haya hecho no se marche, ¿de acuerdo?- Le dijo, no queriendo quedarse a solas con él. El sirviente asintió, después obedeció la orden de su patrona y se quedó a un lado de la estancia tras quitar la mordaza al prisionero.

-Usted debe ser Lizzy, la hermana de Mary que está casada con Darcy- Comentó el hombre, mirándola con una sonrisa- Debo reconocer que ese estúpido orgulloso tiene buen gusto, es usted preciosa.

Matrimonio de ConvenienciaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora