Matrimonio de Conveniencia

17º Reencuentros

17º Reencuentros

Las siguientes semanas desde la partida de Lizzy fueron un auténtico calvario para Darcy, que había abandonado todo para encontrarla. Mary y Georgiana lloraban en la casa, devastadas por lo sucedido, pues ambas se sentían culpables por haberle ocultado la verdad.

En Green Park, Jane no estaba mejor, ella conocía a su hermana mejor que nadie, sabía que era imposible que se tomara bien todo aquello una vez lo averiguara, sobre todo si no se lo habían contado ninguno de sus seres queridos, aunque tampoco había esperado una reacción tan drástica.

Bingley había partido en el acto para ayudar a su amigo en la búsqueda, no aguantaba ver a su cuñado y a su mujer tan abatidos. Buscaron en los pueblos de alrededor sin conseguir ni una sola pista, el único que había dicho algo fue un cochero que la había visto bajar cerca del cuartel, pero nada más.

Sin mucho ánimo, los dos caballeros se encaminaron al cuartel, donde estaba destinado el coronel Fitzwilliam, los tres se reunieron en una pequeña posada. El coronel, cuando se sentó frente a ellos, se preocupó al ver el rostro de su primo.

-¿Estás bien?- Le preguntó con seriedad- Tu aspecto es terrible.

-No tengo tiempo para preocuparme por mi aspecto.

-Está bien, ¿y que es lo que puedo hacer por ti?- Preguntó cambiando de tema- La última vez que nos vimos no acabamos en muy buenos términos.

-Lo sé, pero necesito preguntarte algo- Le dijo con seriedad- ¿Has visto a Elizabeth estas últimas semanas?

-¿A tu esposa?- Preguntó nervioso, pensando que quizá sabía que él la había ayudado a esconderse- ¿Qué haría tu esposa por aquí? Ella tampoco acabó en muy buenos términos conmigo.

-Lo sé- Suspiró derrotado, sabiendo que tenía que contar la verdad- Tuvimos una seria discusión y hace unas semanas se marchó sola de casa, un cochero de uno de los pueblos colindantes a Pemberley nos dijo que la llevó hasta un punto cerca de aquí- Levantó la mirada hacia su primo- Tenía la esperanza de que hubiera venido a verte por algún motivo, aunque se que esa posibilidad es muy remota.

-¿A si?- Es lo único que pudo decir, no sabiendo como actuar- ¿Tan mala fue la discusión?

Entre Bingley y Darcy le pusieron al tanto de todo lo ocurrido con Collins y de la conversación que Lizzy había mantenido con Wickham, continuando con la discusión con Darcy, y con cada cosa que conocía, el coronel se sentía más miserable por ocultarle la verdad a su primo.

-No te molestamos más, tendrás cosas que hacer- Le comentó su primo con pesar- Si sabes algo de ella, por favor, háznoslo saber.

El coronel vio ponerse en pie a los dos hombres, y sintió un pinchazo en el corazón al ver tan derrotado a su primo, a pesar de lo sucedido en su última visita a Pemberley, él lo admiraba y lo apreciaba, y se sentía como un auténtico miserable. Cerró con fuerza los ojos, y pensó que la mujer que tenía oculta en su pequeña propiedad de Matlock, en lo que significaba para su primo, y también en su terrible estado de ánimo en el que la había visto en su última visita. Viendo el sufrimiento de todos ellos, tomó una decisión.

-¡Espera primo!- Lo llamó cuando apenas se había alejado unos pasos de la mesa- Si que he visto a tu esposa.

-¿La has visto? ¿Dónde? ¿Cuándo?

-¿Y por qué no nos lo ha dicho antes?- Añadió Bingley un poco molesto.

-Porque me hayo en una situación complicada- Les aseguró- Antes de abandonar Pemberley le prometí a tu esposa que si alguna vez necesitaba algo podía venir a pedirme ayuda y yo se la prestaría, bien lo sabes- Darcy asintió, recordando aquel momento- Bien, pues hace dos semanas llegó hasta aquí y me pidió que la ocultara de vosotros por una temporada- Les narró- Le había dado mi palabra, así que no tuve más remedio que acceder, a pesar de que no compartía el motivo ni la forma de actuar de ella- Con tristeza en la mirada, vio como su primo intentaba contener su ira- Pero aunque le diera mi palabra, no puedo quedarme impasible viendo como estás, y sabiendo que ella también está sufriendo.