Una brisa helada, no lo suficiente como para darte un resfriado si no llevas suéter pero si para darte un pequeño escalofrío en el cuerpo. Aún bajo ese viejo árbol se encontraban dos jóvenes de 14 años, sentados escuchando el ruido de la carretera cercana y la respiración del otro. No hablan, no se mueven... Sólo disfrutan el momento tan hermoso que están viviendo. Estuvieron sentados por horas, desde la mañana hasta por la tarde, teniendo una que otra pequeña conversación estúpida pero no muy larga. Siendo ya las 4 p.m decidieron levantarse e ir por algo sencillo de comer en la esquina; donde habían vendedores en la calle. El pelirrojo se levantó con agilidad a pesar de tener el trasero entumecido y le extendió su mano al peliceleste; quien aún estaba sentado en el duro suelo.
Nagisa se tardó un poco en ver la mano del menor pero tan pronto la vio la agarró con fuerza, pero no espero que este lo halaria con facilidad levantandole de un golpe. Por consecuencia cayó al suelo nuevamente debido a que su trasero y piernas aún se encontraban despertando, así que Nagisa tuvo que añadir una herida más a su lista. El menor por su parte al ver como su amigo cayó al suelo de lleno se largó a reír a unos 6 pies lejos del ojiazul. Ya saben, si no está en su rango de alcance no puede hacerle nada por reírse.
-¿estas.. Bien?- preguntó el pelirrojo secando una lágrima que había escapado de su ojo por el mini ataque de risa que acababa de tener, pero sólo recibió una mirada enojada en respuesta.-ay ya, te ayudo~- canturreo acercándose al mayor y extendiendo esta vez ambos brazos para atraparlo si se llegará a caer nuevamente.
-Sabias que me caería, ¿verdad?- en un susurro avergonzado el ojiazul cuestionó mientras tomaba las manos delante suyo.
El pelirrojo volvió a hacer fuerza para levantar el delgado cuerpo que yacia en el suelo y lo atrajo a él para que no volviera a caer. Luego de tener al mas bajo cerca puso una de sus manos en su pecho a la par que lo inflaba creando una pose ofendida por la acusación que se le había dado.
-¿cómo te atreves a acusarme a mi de tal cosa, Nagisa?- habló en un tono chillón y exagerado mirando directo a los zafiros ojos del mas bajo- yo pensaba que me querías, que equivocado estaba- hacerse la víctima era algo que a Akabane Karma se le daba muy bien sin duda alguna.
-¡¿eh?! N-no te he acusado, sólo pregunte- a medida que hablaba su voz se iba bajando cada vez más- y-yo si te q-quiero, Karma- apenas logró articular mas palabras dichas, su rostro estaba bastante sonrojado por la cercanía ajena de por si pero al menos logró "confesarse" a medias.
-¿Hmm?,te creeré~- canturreo despegando su cuerpo del contrario mientras comenzaba a caminar fuera del parque.
El peliceleste no tuvo de otra más que correr para alcanzar al menor e ir a comer algo antes de ir a su "hogar". Ambos llegaron a un pequeño carrito que vendía diferentes frituras que probablemente estaban mas frías que los polos del mundo pero, aún así las compraron ya que había hambre. Entre lindas bromas y pequeños insultos terminaron de comer las frituras. Miraron la hora en el celular del mayor dando las 5:37 p.m. de la tarde, siendo ya bastante tarde ambos estudiantes debían ir a sus respectivas casas aunque no quisieran; ademas de pensar una escusa por si alguno de sus maestros llamo a sus padres.
Un suspiro frustrado salió de los labios rosados del menor, no quería ir a casa pero al mismo tiempo si. Algo en el le decia que su padre estaba tratando de demostrar un poco de amor a su persona pero de igual forma le dice lo peligroso que puede ser que su padre se porte de tal manera, no lo entiende. Hasta hace unos días llegaba a casa, recibía la paliza mas grande del mundo, comía algo e iba a dormir. Ese era el itinerario pero su padre lo estaba rompiendo bastante, es preocupante para el pero le hace feliz.
-Supongo que debo irme a... casa- el de cabellos celestes interrumpió los pensamientos del menor al hablar, tenía miedo de llegar a su hogar pero no tenía de otra- ¿nos vemos mañana?- a pesar de ello lo oculto y sonrió inocentemente mientras se despedía.
-Si, mañana te veo bajo el arbol- el ojimercurio sonrió alegré y, mientras se alejaba del mayor le gritó un "adiós".
-No digas adiós- susurro para si mismo con la voz temblorosa- porque eso significa que no habrá una próxima vez- dejo caer una lágrima mientras partía su camino a él lugar donde vivía, llegó con sus manos temblorosas y cabeza baja mientras tragaba seco...
-Ya estoy en casa-
🦊
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HEYOOO~ llegué io.
Espero les guste este capitulito~ tiene a penas 800 palabras pero al menos volví a actualizar jaja.
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Hey.. Me dicen, ¿quien rayos está leyendo esto desde Francia?
Como que wattpad se está fumando y no está compartiendo ah.
Espero para mañana igual subir el siguiente capi y ver que onda con mis tareas xD
Por cierto, si son armys y estan aburriditas si quieren le echan un ojito a mi nueva historia "My dear zumba instructor" es del shipp vmin y pues nada, apenas tiene un capítulo pero es bastante larguito creo que tiene casi dos mil palabras. Eso seria todo por hoy i guess, chao~
