8/Febrero/2025
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Era sábado, un día libre de la escuela en el cual los estudiantes pueden hacer lo que quieran. El peli azul como la mayoría de adolescentes se encontraba tirado en su cama mirando el techo. Se preguntaba cuando su madre se iría al trabajo y él se quedaría solo. Poco después la puerta de la casa se cerró con un fuerte golpe, como si su madre escuchase sus pensamientos encendió su carro y se fue.
Con una ligera sonrisa en sus labios el joven saco su celular y le mandó un mensaje al pelirrojo preguntando que estaría haciendo en el día. No mucho después llego su respuesta, como si hubiese estado esperando a que el mayor le escribiera todo el día.
"Mi primo volvió a casa, no puedo salir hoy :c"
Al leer el mensaje el joven dio una risa baja sabiendo que el otro estaba irritado a mas no poder y lloraba internamente por estar juntos. Desde su salida al parque de diversiones las cosas han estado algo ambiguas entre ambos chicos, pero, eso no era malo. O ese se dice Nagisa internamente, piensa que si han logrado ser ambiguos definitivamente podrán subir de nivel rápidamente. Aunque solo ha habido besos leves, tomadas de manos y abrazos eso era suficiente, para él eso era básicamente una relación confirmada y solo faltaba confirmarla.
Como ya sabía que el menor no tendría tiempo para llamarlo o buscarlo en todo el día suspiro aliviado y se puso de pie con entusiasmo, se acercó a su closet y con cuidado saco una mochila negra de él. Se la puso en su espalda, tomo sus llaves y camino sin prisa hasta la puerta principal. Sabía que su madre no llegaría hasta pasadas las 9 de la noche por lo que se tomó su tiempo en salir y caminar hasta la escuela, una vez allí se aseguró de que nadie veía como se escabullía hacia el monte.
Salto, corrió, trepo y arrastro hasta poder ver el familiar edificio de madera vieja y el pastizal frente a este. Dio un suspiro pesado y se quitó su camisa de botones, quedándose en una camisilla azul oscuro. Puso todas sus cosas en el salón de la clase E y luego salió al patio para arrancar las malezas que habían crecido por la inactividad. Cuando llego eran apenas las 10 de la mañana así que no hacia tanto calor y el sol aún se escondía tras las nubes.
Como era un trabajo de una sola persona con cero herramientas el pastizal no desapareció hasta las 2 de la tarde, el peli azul arranco pasto por pasto con sus delicadas manos dejando arañazos y cortaduras en estas pero al ver el camino limpio su ardor se alivió levemente. Con una sonrisa satisfecha entro a pasos ligeros al salón de clases mientras se limpiaba las manos con un trapo húmedo, a pesar de que el lugar había estado deshabitado por tanto tiempo aun había una pluma de agua funcionando; cosa que fue un total alivio para el joven. Eso significaba que no tendría que bajar a los edificios escolares en uso para buscar agua.
Ya que era tan tarde decidió comer un sándwich que había traído con un poco de agua a temperatura ambiente y reposar un rato leyendo los libros viejos de la clase. Tomo uno con letras en inglés y mientras lo abría cerro sus ojos y rezo para que no fuera sobe el verbo 'to be', abrió una página al azar y abrió sus ojos lentamente. Los dioses lo escucharon, esta página trataba sobre las biografías.
En las páginas del libro se podían ver como quedaban uno que otro rayón o dibujo de los anteriores estudiantes o; tal vez eran del maestro ya que eran pulpos pequeños. El joven sonrió al imaginarse a el Shinigami dibujando pulpitos con mucha concentración en su escritorio mientras los estudiantes pensaban que estaba anotando cosas importantes. Llego hasta la última página y se sorprendió al ver que había una lista de nombres escritos en tinta negra.
Esta tinta estaba algo gastada y varios caracteres no podían leerse bien pero, según lo que vio era la lista de estudiantes ya que vio el de Nakamura Rio. De un salto se sentó derecho mientras intento leer los otros de abajo hacia arriba, al notar que podía leer algunos se puso de pie y saco de su mochila una libreta con un lápiz. Escribió todos los nombres que logro descifrar, entre ellos estaban: Itona Horibe, Ritsu, Yoshida, Ryoma y Sugino. A medida que escribía sentía una emoción indescriptible, sentía que con tantos nombres definitivamente podría saber la verdad de esta clase.
