Diciembre 24,2024
Tokyo,Japón
Llegó a su casa, aún es muy temprano para llegar pero no puede llegar mas tarde. No tiene con quien estar, entra por la puerta blanca de su hogar e intenta caminar con rapidez hasta su cuarto pero fue un intento fallido. Papá lo escuchó y llamó por el.
-¡Kar~ma!- la voz de el señor Akabane resonó por la silenciosa pero enorme casa, una voz borracha y enojada.
Al escuchar la voz de su padre, el pelirrojo se encogió cegado por completo por el miedo de ser lastimado nuevamente. Se acercó a la cocina con cuidado, viendo a su padre sentado en una silla junto a la mesa leyendo un comic de Miraculous Ladybug. Al ver que su hijo llegó a la puerta de la cocina el pelinegro levantó la vista con el ceño fruncido.
-¿Porqué rayos estas llegando a esta hora?- enojado le gritó tirandole su comic al rostro- tu maldito demonio, ¿no te puedes morir simplemente?- tras lo dicho se puso de pie y se acercó al mejor con toda la intención de golpearlo.
El pelirrojo se limitó a cerrar los ojos fuertemente y a apretar su mochila con fuerza, dejando sus nudillos rojos. El esperaba un puñetazo o alguna patada pero su padre sólo le dio una cachetada, no es que no le doliese ya que después de todo su padre tenía una fuerza increíble y esa bofetada le había volteado el rostro. Pero, ¿Porqué? Sólo le dio una bofetada y siguió de largo, tomando sus llaves junto a un abrigo... Se detuvo en seco y miro hacia atrás para luego mirar hacia las escaleras.
-Más vale que comas algo rápido,vayas a tu habitación y no salgas hasta mañana- Dicho esto abrió la puerta y salió por ella, dejando al chico sólo en su hogar.
Con confusión el pelirrojo seco las lágrimas que habían salido de sus ojos y se dispuso a hacerce un pan con mantequilla de maní e ir a su cuarto. Cerró con llave al llegar, comió su "cena" y se metió a bañar. No entendía el porque su padre no le había dañado como antes o el porque mostró preocupación al hablarle pero muy en el fondo el esperaba que eso haya sido el comienzo del cariño de su padre.
Al terminar de ducharse se puso sus pijamas y se acostó un rato mirando al techo pensando sobre lo que habia sucedido en el día y lo que haría al día siguiente, estaba ansioso por conocer a Shiota aunque no lo pareciera.
Pero sin duda, ese día sería uno de los mejores de su vida, una pequeña luz de esperanza se encendió en él pues conocería a un amigo el mismo día de su cumpleaños y su padre tal vez le muestre un poco de cariño.
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