Diciembre 23, 2024
Tokyo,Japón
Un golpe, dos golpes, tres golpes.... Así sigue la cuenta hasta dejar el cuerpo del chico lleno de marcas rojas que con el pasar del día se harán violeta. Se va a dormir con los ojos rojos del llanto pero, ¿acaso a alguien en esa casa le importa? Claro que no, el es un error, el está roto. El sol sale, con deseos de iluminar el día, de hacer brillar el agua. Ese pelirrojo se levanta como cualquier otro día, con dolor en el cuerpo, con dolor de cabeza, el cabello alborotado, ojeras bajo sus ojos y la piel pálida.
Mira el reloj, son las 7:30 de la madrugada, debía prepararse para la escuela. Luego de bañarse se pone su uniforme color gris, mientras en su hermoso rostro pone maquillaje para ocultar sus Dos bolsas negras bajo los ojos y aquel moretón en su mejilla derecha.
Toma su mochila en mano y sale rumbo a el colegio sin desayunar. Con una sonrisa "honesta" llega al colegio, todos lo saludan pero nadie se acerca. Porque así era, todos lo amaban pero no lo suficiente como para ser su amigo.
Llega a su aula, donde sólo se encuentra su alma. No hay nadie, nunca hay alguien. Siempre es el primero en llegar, siempre es el único idiota en el salón mientras los demás comparten entre amigos.
Pero,¿qué hay en su pupitre? Es un sobre de carta color celeste claro, la abre con pereza mientras se sienta con dolor en esa vieja silla marrón. Al leer con cuidado sus ojos se abren de par en par, alguien quería verlo. Alguien lo quería ver luego de clases, un tal Shiota. Sin poder evitarlo se posa en sus delgados labios;
↪una sonrisa sincera↩
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