Es un jueves 31 de octubre normal, el día era nublado y oscuro pero aún así mantenía esa brillante vibra de felicidad. Niños desde la mañana llevando sus disfraces a la escuela y jóvenes preparando sus fiestas o casas embrujadas. Otros aún están en clases, igual que un chico de cabellos celestes como el cielo y ojos cual zafiro. Este chico de pálida piel y facciones finas miraba el reloj dichoso de que sólo faltarán diez minutos de clase, ese día habría una reunión en un parque cerca de un mini bosque.
El timbre suena anunciando el final de las clases y los jóvenes recogen sus pertenencias de forma brusca y ajorada para luego de forma rápida desalojar el salón de clases. El joven de cabellos celestes no tenía prisa, se tomó su tiempo para guardar sus lápices y libreta. Camino hacia la puerta con su mochila colgando de su espalda y sus manos en los bolsillos. Tenía una sonrisa de oreja a oreja, sus ojos estaban achicados por tal acto y por ende sus mejillas tomaron un tono carmesí claro.
Al salir de la escuela se encontró con sus amigos quienes planeaban comprar sus disfraces luego de salir y lo invitaron, pero el ya tenía todo lo necesario. Rechaza amablemente la oferta de sus amigos y asegura verlos a la noche en la reunión que se haría. Luego de esperar a que sus amigos se fueran él partió rumbo a su casa para preparar lo que le faltara. Ya estando en su habitación sacó su ropa de la percha y la acomodo con cuidado sobre la cama, observando que no tenía ni un rasguño.
Dejó todo preparado para cuando llegase la noche vestirse y partir al parque, se dio una ducha rápida y esperó sentado en una silla de escritorio que tenía. Al peliazul le encantaba Halloween, no sólo por los dulces que obtienes si no por las buenas historias y leyendas que surgen en esa epoca. Hace poco se creó una leyenda nueva en el mini bosque, por eso es que la reunión se llevará a cabo tan cerca de el. Aunque de igual forma crearon una leyenda cerca a un río abandonado, planeaban pasar por el más adelante en la noche pero lo primordial era el bosque debido a las "desapariciones" que han habido.
En su entusiasmo creó mil historias en su cabeza sobre lo que sucedería esa noche y sin darse cuenta las horas pasaron volando, siendo hora de salir a la calle. El de tez pálida se vistió con su disfraz, este año sería un vampiro. Llevaba una camisa de vestir blanca,un chaleco verde oscuro y por encima de este otro tipo de chaleco pero abierto. Se acomodó su cabello con gel y pinto en su rostro sangre bajando por sus labios y un pequeño dibujo de una media Luna en su frente.
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Estaba listo, solo faltaba llegar a la reunión antes de que empezará. Corrió como pudo en esas botas de cuero hasta el parque encontrando a sus amigos sentados en el suelo portando diversos disfraces. Kayano; su mejor amiga, llevaba un lindo traje de bruja color café claro con detalles oro y un sombrero ancho de mismo color haciendo relucir su verdoso cabello. Sugino llevaba orejas de lobo al igual que guantes en forma de patas, incluso se pegó cabello en su pecho y rostro para darle un toque más realista. Luego estaba Itona, él solo tenía metal pegado al cuerpo simulando ser un robot reciclado y por último Isogai, quien vestía de príncipe. Traía una corona falsa y ropa de los años antiguos dando a entender ser un príncipe de hace siglos. El oji celeste se sentó junto a ellos a la par que los saludaba con una dulce sonrisa.
