Capítulo 36

Mulai dari awal
                                    

»Ambos lo sabemos.

»Ayer en el club, cuando bailamos, me la pusiste dura.

»Cuando pusiste tu mano en mi pierna, me la pusiste dura. Tuve que ir al baño a acomodarme.

»Con esta foto, me la pusiste dura.

»¿No quieres mostrar un poco más?

Estoy completamente en shock con esos mensajes de Charlie. No imaginé que lo suyo fuese tan lejos.

¿Será que a pesar de haberlo rechazado, Charlie mantiene alguna esperanza de que yo le dé una oportunidad? ¿Será que he sido yo quien le ha dado motivos para pensar algo así?

Jonah: Estás mal, Benson. Solo quería ayudarte con tus problemas, que conocieras más personas aparte de la iglesia, que enfrentes tu realidad y sexualidad, pero no así, no conmigo.

»Por el bien de ambos, no me escribas o llames. Tampoco vengas a mi casa la semana que viene, ni más nunca mientras yo esté aquí.

»O le diré a Kelvin que me acosas y él no es amable con los acosadores. Un plus el hecho de que no le agradas.

Charlie: Es un riesgo que estoy dispuesto a correr. Si me pasa algo, muestro estos mensajes.

¡Qué hombre tan intenso!

Jonah: Perfecto, lo muestras. Que tú papá va a terminar lo que Kelvin empiece.

»Adiós, Charlie Benson.

Bloqueo su contacto antes de que me responda nuevamente.

Ahora, la cuestión es que yo puse le foto solo para compartir con él y peleo con él por lo que me responde.

No le veo lógica.

Tal vez si no hubiese hecho eso, él no me escribe y esa conversación no se hubiese dado.

Estaba tan absorto en la conversación con Charlie, que no me había fijado en que Kelvin al fin respondió, solo que lo hizo igual con una foto, con menos tela. De hecho, con nada de ella.

Necesito despejar la mente, así que llamo para hablar con él. Me encanta escuchar su gruesa voz, aunque es suave cuando me habla. La gente no creería lo dulce que es Kelvin cuando me habla, si se fijarán solo en su apariencia física y tono de voz frecuente.

Después de hablar un buen rato sobre tonterías, sobre como la pasamos anoche, Kelvin recordando cómo le bailaba, las ganas que tenemos de vernos, nos despedimos.

Quisiera poder ir a su casa o que él venga a la mía sin que mi mamá se ponga intensa.

                                            🎶

Desde que llegué al colegio, Stephanie está que me quiere contar algo. Primero, fue interrumpida por Kelvin. Luego, por Ariadna, en el desayuno estábamos juntos los seis y no me pudo contar nada. Así que quedamos en irnos juntos a casa caminando, a pesar de que Kelvin últimamente nos lleva con el chófer de su mamá.

Nos detenemos en un sitio que vende batidos cerca del colegio y compro dos para escuchar el cuento de Stephanie. Ella sabe que no me gustan los chismes, pero ya sé cuándo es uno de pasillo y cuando es algo que realmente debería saber.

—Jonah, es importante que me prometas que esto que te voy a contar quede así. No quiero que inventes más allá de lo que debes —comienza.

—Ok —me limito a responder.

—¡Que lo prometas te he dicho! —palmea mi cabeza.

—¡Auch! Lo prometo —paso la mano por la zona golpeada—. Termina de hablar.

—Ariadna me llamó ayer en la tarde para preguntarme qué había entre tu y Charlie.

Sus palabras me hacen detener en el acto. Nos quedamos viendo y ella prosigue:

—Yo también me quedé con cara de que te importa. Sin embargo, le dije que nada y pregunté a qué se debía su pregunta. Y...

—Y contesto que a Nicola le gusta Kelvin y quiere ver si usa eso en mi contra para que terminemos y él quedarse con Kelvin —continuo caminando y le doy otro sorbo a mi batido.

—¿Quién habló con Ariadna? ¿Tú o yo?

—Tú, pero es predecible —respondo.

—Alejado de la realidad, amigo. Eso no fue lo que pasó. Resulta que tus amigotes que se quedaron en mi casa el sábado, se fueron temprano al apartamento de Ariadna.

Me detengo de nuevo, totalmente sorprendido.

—¿Piensas hacer eso en cada parte del chisme? Vamos a sentarnos de una vez, porque capaz y terminas desmayado con la parte que viene.

Estamos cerca de una plaza y buscamos un banco bajo una árbol disponible.

—Bueno, como te estaba diciendo, Julio y Charlie llegaron a casa de Ariadna a esa hora. Ella estaba dormida y quién les abrió fue Nicola, que se estaba mensajeando con Julio.

Se suponía que era Charlie con quién debía quedar.

—Se sentaron en la sala a hablar tonterías y Julii le dijo a Charlie que los disculpara, que iría a jugar con Nicola.

A este punto, ya no tomo de mi batido porque siento que me voy a ahogar con una parte del cuento o que me perderé alguna detalle interesante.

—Cuando iban camino a la habitación de Nicola, este le toca la puerta a la habitación de Marcelo y le dijo que atendiera a Charlie mientras él se iba con Julio. Marcelo le preguntó si...

—Quería ver una película —le interrumpo.

—¡¿Quieres escuchar en silencio?! —pregunta alterada—. Le preguntó si quería jugar un videojuego y Charlie aceptó. Pero, tu amiguito entró en la habitación fue besando a Marcelo y quitándole la ropa.

No era con quien esperaba, pero es un avance.

—Quién lo viera —me río—. A todas estas, ¿en qué entro yo?

Stephanie suspira antes de proseguir y le da un trago a su batido.

—¿No vas a tomar más? —me pregunta.

—Termina de hablar —le exijo y tomo un poco de mi bebida.

—Charlie llamó a Marcelo por tu nombre mientras follaban.

El frío batido se devuelve de mi garganta, congelando mi cerebro y saliendo por la nariz.

Me ahogué.

Stephanie se acerca a mí preocupada, dándome golpecitos en la espalda de manera reiterada.

—¿Me estás jodiendo? —digo, cuando me logro recomponer.

Stephanie no responde, su cara se mantiene seria. Cuando un chisme es serio, es la cara que usa.

Le paso mi teléfono y le muestro con la conversación con Charlie, me quita lo que queda de mi batido para tomárselo mientras lee.

—¿Qué foto es esa que yo no ví? —me devuelve el teléfono.

—Una foto que puse el sábado en la mañana. La borré después que él la comentó —miento.

—Ese chico tiene una clase de... obsesión, no sé. Eso no es sano, Jonah. Yo te dije el sábado que te manipula y lo mantengo.

—No creo que me manipule ni esté obsesionado, Stephanie. Tiene es un problema de aceptación, necesidad de amor.

—No, Jonah. Está obsesionado contigo. No puede estar teniendo relaciones con otro y llamarlo por tu nombre... varias veces. Imagínate, además, cómo quedó la autoestima de Marcelo después de eso.

Nos levantamos del banco porque el sol se está moviendo y la sombra está desapareciendo. Caminamos en busca del transporte público, hablando del tema aún y Stephanie insiste en que debería decirle a Kelvin.

—Menos mal que no ha pasado más de un beso entre ustedes. Eso facilitará la conversación con Kelvin.

Lleva algo de razón. Lo que no estoy seguro es de darle detalles a Kelvin y cómo reaccionaría si lo hago.

Enséñame a SoñarTempat cerita menjadi hidup. Temukan sekarang