Hetalia One-shots (Reader x Hetalia)

Italia del Sur (Romano)/Lovino🇮🇹

~Mi chica~

Los automóviles lujosos llegaban a aquella gran residencia igualmente lujosa, en la gran ciudad de Roma, Italia. Las personas que llegaban a aquella gran fiesta portaban ropa de marca y joyas costosas; después de todo, el mundo en el que ellos vivían y sobretodo el ambiente donde se desenvolvían les daba acceso a todos esos lujosos, aunque aveces esos lujosos tenían un precio muy alto que el dinero no podía pagar.

Entre toda la multitud se encontraba un joven apuesto de ojos verdes, cabello castaño y la piel levemente bronceada; vestía un traje negro de diseñador, debajo de el saco de este llevaba una camisa blanca y una corbata roja, su calzado consistía en unos zapatos negros.

Era el centro de atención tanto para las mujeres como para los hombres y no exactamente por lo apuesto que era, sino que también era por que aquel joven era el líder de la mafia italiana y era un líder respetado y temido por todos. Si bien era todo un caballero con las damas y amable en sus "reuniones de trabajo" también podría ser el joven más despiadado y cruel, en especial si alguien se le ocurría intentar traicionarlo.

Según él, era un "lobo Alfa" y le quedaba ser lo.

Por ahora sólo estaba centrado en beber de su copa de vino, y pensó que eso sería lo más interesante de esa fiesta hasta que la vio:

Una chica de cabellos c/c, ojos c/c y piel c/p. Traía puesto un vestido negro con el escote en U y que le llegaba unos centímetros abajo de la rodilla. A simple vista se veía que ella no pertenecía a ese mundo; estaba incómoda, con ganas de irse pero algo la detenía, además el estar rodeada de "lobos" que sólo buscaban diversión para la noche no ayudaba en nada.

Él la miraba fijamente, pero no de mala manera. Simplemente la veía para saber si intervenir o no. Y eso fue buena idea. Alguien la estaba molestando y eso no lo iba a permitir. Con clase camino hasta donde estaba aquella chica y ese "lobo" molestándola.

-Te he estado esperando, amor -hablo él mientras le sonreía a la chica y rodeaba sus hombros con sus brazos, por otro lado miraba hostilmente al contrario, quien sin decir nada se retiró susurrando un pequeño "disculpe". -Bien, se fue -quito su mano -Ya no hay peligro-.

-Gracias -susurro ella sin mirarlo.

-No es nada -aun mantenía su sonrisa y le regalaba una mirada tierna -Ahora dime...¿qué haces en este mundo?-.

-¿A qué se refiere?-lo miró confusa.

-No te ves como la esposa de alguien, ni como una jefa y menos como una "dama de compañía" para uno de estos idiotas-explico con la mirada seria.

-Yo...estoy aquí por que una amiga me invitó pero me dejó sola-contesto con nerviosismo. Ahora él lo entendía todo; suspiro hondo y nuevamente le sonrió con ternura.

-¿Quieres ir a casa?-preguntó, ella asintió -Yo te llevaré -le extendió su mano, ella dudaba si darle la mano o no, después de todo no lo conocía y debía tener precaución con este tipo de persona -Tranquila, no te haré nada malo, te lo prometo -debía de admitirlo, esa sonrisa le encantaba y le hacia rendirse.