Hetalia One-shots (Reader x Hetalia)

Japón/Kiku🇯🇵

~¡ALEJEN SE DE EL!~

Corriste rápidamente. Necesitabas llegar junto a el lo más rápido posible.
El era una persona importante para ti. Te había apoyado siempre,te cuidaba y era "más cariñoso" contigo. No podías dejarlo solo en la guerra,menos ahora que lo habían atacado. Y no un ataque cualquiera,un ataqué con bombas nucleares. ¡NUCLEARES!

-América...idiota -susurraste entre dientes. Lo querías ahorcar y lo harías en cuanto lo vieras.
Paraste tus pasos al ver su cuerpo en el suelo. Su cuerpo tenía varias quemaduras,sus ropas estaban rotas. Parecía estar muerto y esperabas que no lo estuviera.
Evitaste gritar,pero las lágrimas fueron bajando por tu rostro. Lágrimas de tristeza,impotencia y coraje. Lo habían lastimado,a el,a la persona que tanto amabas en esta eterna vida. Presionaste los dientes y corriste a el. Rápidamente te pusiste de rodillas he inspeccionaste su cuerpo.

-Japón...-hablaste con la voz quebrada. Acariciaste su rostro con cuidado -Por favor...despierta -juntaste ambas frentes mientras las lágrimas salían.

-T/N-san -hablo débil. Se intentó levantar pero no pudo,estaba muy débil.

-No -pusiste su cabeza en tus rodillas -Debes descansar -seguiste acariciando su cabello negro.

-Aun la tienes -toco la funda de aquella katana que te había regalado hace muchos años atrás.

-Es algo preciado para mi -sonreiste, intentando parecer fuerte. Acomodaste su cuerpo en tu pecho mientras lo abrazabas. Al menos todavía estaba vivo,solo débil.
-Necesito llevarte a un médico -dijiste suavemente,el japonés asintió levemente. Pero antes de que pudieras hacer aquello,escuchaste pasos acercándose. Frunciste el ceño con irá y apretaste la mandíbula. Con maestría desenfundaste aquella espada,para apuntalar a la persona que había provocado esto.

-No hagas esto más difícil T/N -dijo serio pero tranquilo el rubio. Junto a él estaba Inglaterra y Francia -La guerra acabo y como Japón perdió te llevaré conmigo-.

-¡Yo no me voy con nadie!-gritaste enojada. Estabas con la guardia muy en alto. No ibas a permitir que nadie lo tocará ni los separará.

-T/N...-susurro débil el pelinegro. Tomo tu mano,tu hiciste lo mismo.

-Por favor,ya no lo hagas difícil -hablo Inglaterra. Francia sólo observaba y te comprendía. Sabía lo que era el hecho de que te separan de la persona que más amabas.

-Si no es por la buenas -viste a América con la intención de sacar un arma. Pero antes de eso en un movimiento rápido,tu vestido bailó suavemente y el filo de aquélla espada logró hacer un corte en su mejilla. El inglés iba a hacer algo,pero el francés lo detuvo.

-¡Tendrás que derrotarme a mi si me quieres llevar!-te pusiste en frente del japonés para hací protegerlo,mientras la espada permanecía amenazante para los que quisieran tal solo tocarlo.
Los tres se quedaron sorprendidos, querían dejar así las cosas,pero órdenes eran órdenes.

-Lo siento T/N-se limpio la sangre de su mejilla -Pero tu vienes con nosotros -saco su arma,pero no apunto a ella,sino a Japón -Por las buenas o por las malas -.
La chica de cabello c/c suspiro hondo para mirar al asiático,el ya no aguantaría más.

-Voy con ustedes...a menos que se alejen de el -dijo firme y fría,con una mirada hostil.

-Esta bien -contesto serio el americano -Vamos-.

-Espera -te acercaste nuevamente a él -Japón -lo llamaste dulcemente -Cuidate mucho,¿si? -acariciaste su rostro -Te juro,en serio,que volveré y así estaremos otra vez juntos -sin más besaste dulcemente sus labios -Te amo -te levantaste para irte,no sin antes colocar un collar de una piedra negra en su cuello. Aquello era un amuleto de la suerte. El japonés tomaban fuertemente tu mano,pero lentamente se soltaban,lo cual hacia que tu corazón se destrozará más.

-T/N -susurro mientras las lágrimas salían de sus ojos. La persona que quería se iba a ir por mucho tiempo,y el no podía hacer nada,solo esperar -Yo también te amo -Lamentablemente la chica ya no pudo escuchar aquello.

...

Realmente no te quedaste con América,mas bien trabajabas para pagar daños y,hasta que no pagarás no podías ver a Japón.
Ahora,la chica se encontraba en el mar,como cada semana. Ese mar la conectaba con aquél al que amaba. Beso una botella de cristal que tenía una nota en su interior para luego arrojarla al mar. Rogaba que llegará a él,para que así supiera que ella estaba bien y que lo amaba.

Por otro lado,el Japonés recibía aquellas botellas con alegría,era su única conexión con ella,hasta que pasarán mucho tiempo.
Mientras tanto,el le mandaría cartas y ella mensajes en botella. Hasta que otra vez se vieran debajo del árbol de cerezo donde aquellas jóvenes naciones se conocieron y donde,sin percatarse,se enamoraron.