Con la cabeza bien alta

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Hope that you spend your days
But they all add up
And when that sun goes down
Hope you raise your cup
I wish that I could witness
All your joy and all your pain

I lived, One Republic

Cuando Eijiro entra al cuarto del hospital, él está despierto.

Ha pasado durmiendo todo el tiempo que podía desde que lo llevaron allí. Es capaz de ver el estado de mierda en el que estaba su pierna él sólo. (Y no era nada esperanzador). Le han dicho que la rotura fue probablemente por la manera en la que cayó, con la pierna ya herida. También la última explosión que lanzó tuvo algo que ver, probablemente. No recuerda demasiado bien todo lo que había pasado. Tiene el vientre vendado allí donde se había herido, pero por lo demás parece —y se ve— entero.

—Katsuki.

—Ey.

Eijiro se sienta en la silla que estaba al lado de la cama. Lleva ropa de civil y el cabello hacia abajo. Katsuki puede ver las sombras bajo sus ojos, la expresión cansada. Parece que apenas si ha dormido en los últimos días.

—Hablé con el doctor —dice—. Tu madre todavía está hablando con él. Bueno, creo que le está gritando. —Sonríe, pero había algo incorrecto en aquella sonrisa y Katsuki no puede decidir qué.

—¿Y?

Eijiro hace una mueca. Aquello no le gusta mucho a Katsuki.

—El fierro con el que te hirió ese villano le hizo algo a tu rodilla —murmura Eijiro. Katsuki apenas si es capaz de oírlo y nota que Eijiro está intentando no bajar la mirada mientras le da las malas noticias—. No va a quedar bien. No al principio. Estaban hablando de cirugía, pero...

—¿Pero?

—Tienes que recuperarte primero. Rehabilitación y esas cosas.

Lo suponía. Puede sentir el dolor. Puede ver los analgésicos que le dan (todos demasiado fuertes). Puede sentir que algo no está bien con él mismo.

—¿De cuántos meses estamos hablando? —pregunta. Le sorprende lo débil que sale su voz, apenas audible.

Eijiro por fin baja la cabeza.

—No sé. —El futuro pinta negro y extraño. Katsuki sabe que tiene que dar las gracias por al menos estar vivo, porque sabía lo que podía pasar cuando decidió atacar a aquel villano de aquella forma. Pero no puede evitar estar aterrorizado de las consecuencias una vez que las tiene enfrente—. No sé, Katsuki, no sé.

Estira un brazo para ponerle una mano sobre el cabello, entierra sus dedos en él.

Quiere decirle «al menos estás a mi lado» pero hay un límite de cosas cursis que alguien como él puede decir y no tiene fuerzas ni para pensar en qué va a comer cuando le lleven la comida. Quiere volverse a dormir. No pensar en todos los meses que va a pasar sin hacer nada si el pronóstico del doctor es correcto. Hay cosas que ni aquellos con singularidades curativas pueden arreglar. Y su pierna parece ser una de ellas.

—Está bien —se sorprende diciendo.

(Porque si no lo dice va a empezar a pensar cosas que no le gustan, como que para un héroe aquella situación es estar muerto en vida).

—Tendrás que soportarme. —Se obliga a sonreír. Eijiro alza la cabeza le contesta la sonrisa. No le llega a los ojos, porque los héroes acaban de salir de uno de los peores ataques que se hayan visto en años. Nada supera todavía a la Liga de Villanos, pero este grupo que quería purgarlos se quedó muy cerca—. ¿Cómo están las cosas allá...?

—Mal. Mejoran, pero mal.

—¿Uraraka está...?

—Sí, bien. Ni un rasguño. —Eijiro sonríe y esa vez la sonrisa sí le llega a los ojos—. Se está encargando de todo. En serio, sin ella no sé qué haríamos con la agencia.

—¿Jirou? —Katsuki no puede evitar preguntar por todo su equipo

—En el hospital todavía —dice Eijiro y se le borra la sonrisa de nuevo—. Parece que la van a forzar a un retiro prematuro. —Suspira—. Le dieron un golpe en la columna. Hay una cirugía pero nadie sabe si saldrá bien.

—¿Los demás?

—Todos bien. Nadie herido demasiado grave. —Eijiro desvía la mirada otra vez—. Mañana es el funeral de Hakagure. Casi toda la antigua clase A irá. —Se lleva las manos a la cara—. No puedo evitar pensar qué es la primera y que se suponía que esto no pasaría tan pronto... —Katsuki entiende a lo que se refiere. Muchos héroes aceptan que es más probable que mueran de servicio a que lo hagan en sus camas, en la vejez. Tienen que aceptarlo, porque no hay otra manera de vivir. Ellos lo han hecho. Probablemente toda la antigua clase A también. Pero a veces es fácil de olvidar y Hakagure está allí para recordárselos, hacerles ver su propia mortalidad, de la que no están exentos—. Les daré el pésame de tu parte.

Katsuki asiente.

Tooru Hakagure había muerto salvándolo.

Tiene muchas preguntas atoradas en la garganta. Quiere preguntarle si sabe cuándo le darán el alta, si hay más bajas, si todo está realmente calmado, si hay alguien que se esté encargando de reconstruir Tokio. Quiere saberlo todo. Pero está demasiado cansado. Los analgésicos y el dolor le quitan toda la energía que tiene.

—¿Crees que la cicatriz quede fea? —pregunta, finalmente.

Eijiro se encoge de hombros.

—Quien sabe. —Alza la mirada—. Me dio mucho miedo que te desangraras. No dejabas de perder sangre. Todoroki se ofreció porque estaba cerca y...

—Hiciste lo que tenías que hacer.

Siempre han hecho lo que tienen que hacer, se repite Katsuki y ahora están llenos de cicatrices por eso. Se van sumando y cada vez parecen peores, más grandes, más terribles. Pero siguen allí. A pesar de ver a la muerte a la cara tan seguido.

—Siempre lo hacemos, ¿no? —Eijiro se inclina, le quita el cabello de la frente, que empieza a picarle en los ojos—. Estarás bien.

—No mientas, voy a enojarme cada tres segundos mientras esté en rehabilitación.

—Probablemente.

—Y tendrás que aguantarme.

—Tú lo hiciste conmigo.

—No sabrás qué hacer.

—Pero tengo buenas intenciones, puedo intentarlo todo. Puedes decirme.

—Sabes que soy pésimo para eso, Eijiro.

—No conmigo.

—Te quiero.

—Yo también, Katsuki, yo también. —Toma su mano y entrelaza los dedos en ella—. Saldremos de esta como hemos salido de todas. Con la cabeza bien alta.

Katsuki aprieta su mano. Después de todos esos años, tener a Eijiro a su lado puede convencerlo de cualquier cosa. Quizá por eso lo ve cuando tiene que ver a la muerte a la cara. Porque es su vida entera.

Vida de Héroe [Kiribaku]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora