Katsuki Bakugo sí es capaz de comportarse como un ser humano

688 104 11
                                    

I've bargained my bit with fate and all
With no preconceptions of immortality
I rolled the dice uncompromised
And lost as I am you're my good samaritan

Nothing Stays The Same, Poets of Fall

—En serio, no entiendo como no estás muerto.

—Hasta rezamos por ti.

—No sabía que eran religiosos.

Le agarra la mano sin previo aviso. Él no dice nada, está oyendo la plática desde fuera. Ashido y Sero son molestos, pero Eijiro insiste que son sus amigos. Extras menos molestos que el resto, eso es lo que son.

—Pues no —responde Ashido—. Pero todos esperábamos que hubieras muerto, ¿sabes?

—¿Lo ves? —Eijiro se dirige a él—. Nadie me cree cuando digo que puedes comportarte como un ser humano normal.

—Kirishima —interrumpe Sero—. Una vez dijiste que hizo algo tierno. Era lógico dudar de tu estado mental en ese momento.

—¡DEJEN DE HABLAR DE MÍ COMO SI NO ESTUVIERA! —explota, finalmente. El resto de las mesas los voltean a ver, pero ya están acostumbrados. Los gritos de Katsuki atraen la atención de todo el mundo, siempre.

—¿Lo ves? Sólo eran temores fundados.

—Ashido, exageras. Mira, le estoy agarrando la mano. —Eijiro levanta su mano, jalando la de Katsuki con él.

—Sólo deja que tú lo hagas.

—¡ESTOY AQUÍ, NO ESTOY PINTADO! —vuelve a gritar—. ¡Y no voy a dejar que cualquier extra me agarre la mano! ¡Explota, por si no lo recuerdas!

—Pero Kirishima...

—¡ES MI NOVIO! ¡Y SE ENDURECE!

—Ya... —Sero guiña un ojo—. Me pregunto de qué otras partes se...

—¡SI TE ATREVES A TERMINAR ESA...!

—¡¿Por qué siempre tienen que ser tan vulgares?! —exclama Ashido.

—¡No te hagas la inocente! —espeta Sero—. ¡Tú fuiste la que me lo preguntaste el otro día!

—¡No era para que lo dijeras mientras estamos comiendo!

Katsuki rueda los ojos. Voltea a ver a Eijiro: está más rojo que su propio cabello. Ignora a Ashido y a Sero y se inclina un poco para besarlo, lo cual sólo hace aumenta al color rojo que pinta toda la piel de Eijiro.

—¡Estamos comiendo! —se queja Sero.

—¡VOY A BESAR A MI NOVIO SI ME DA LA GANA! —explota Katsuki.

Es consciente de que medio restaurante los voltea a ver, pero no le importa. Nunca le ha importado. Todo el mundo es un extra en su vida. No se va a preocupar por lo que un montón de gente sin nada especial piense de él.

—Nos queda claro —espeta Ashido—. Ahora, come y deja de gritar. ¿Dónde carajos se metió Kaminari? Dijo que nos vería aquí, pero lleva una hora de retraso... —Saca el celular mientras se lleva un bocado a la boca con los palillos y parece buscar entre sus mensajes—. Ni señales de él.

—Estaba con Shinsou —dice Eijiro.

—No creo que llegue —agrega Sero.

—¡Para una vez que nos vemos...! —se lamenta.

Es cierto. No se ven demasiado. Especialmente porque no trabajan en las mismas ciudades todo el tiempo y apenas si tienen tiempo libre. Katsuki no entiende cómo demonios el índice de crímenes sigue subiendo en Japón cuando hay tantos héroes pateándole el trasero a un montón de villanos de cuarta, pero queda claro que no son suficientes. Así que tienen trabajo todo el tiempo y apenas si ve a sus antiguos compañeros de la clase 1-A.

Suelta la mano de Eijiro para agarrar algo de la mesa.

Al principio se resistía a cualquier clase de contacto que involucrara usar las manos. No es costumbre. Siempre las tiene en las bolsas, al menos cuando va vestido de civil. Cuando uno puede explotar —literalmente—, los daños colaterales siempre son muchos. Así que Katsuki siempre había evitado el contacto.

Al contrario de Eijiro.

No recuerda la primera vez que le agarró la mano. Un gesto tan simple y, a la vez, tan extraño para Katsuki. Probablemente fue el día de su graduación. Y probablemente intentó quitar la mano a pesar de que Eijiro sólo la apretó más y le recordó que, con su singularidad, no podría hacerle daño.

De todos modos fue incómodo.

Eijiro tiene razón. Tiene sentido que no le crean cuando les dice que es capaz de comportarse como un ser humano común y corriente. Tampoco es que le importe. Jirou dice que es un gremlin enojado. Todoroki sigue insistiendo que son mejores amigos a pesar de que él grite a cada oportunidad que no —porque Todoroki necesita ser corregido— y Deku sigue diciéndole Kacchan a pesar de que ambos pasan ya de los veinte años —y no se va a detener pronto—. Le da igual. Mientras Eijiro siga agarrándole la mano aunque él a veces todavía sienta el impulso de resistirse, todo está bien.

—Nos veremos pronto —asegura Eijiro—. Ustedes dos no están muy lejos. ¿Ahora trabajan con Ms Joke?

—Sólo es temporal —asegura Sero—. Tendremos que buscar otra cosa en unos meses.

—Tú sigues con Endeavor, ¿no, Bakugo? —preguntó Ashido.

Katsuki asiente.

Eijiro vuelve a agarrarle la mano, cuando la baja hacia el asiento. Sonríe levemente.

—¡OH, DIOS MÍO! ¡NO PUEDE SER QUE NO TENGA LA CÁMARA DEL CELULAR A LA MANO! —exclama Ashido. Katsuki rueda los ojos—. ¡ERES CAPAZ DE SONREIR!

—¡NO SÉ DE QUÉ TE SORPRENDE! —espeta Katsuki y bufa. Se le borra la sonrisa, evidentemente. Eijiro se ríe.

Porque Eijiro ve la sonrisa que tanto se le resiste casi todos los días. A su lado, se le resiste un poco menos. Le sale con más facilidad. Sí, las cosas están bien, se dice. Todo está bien.

Vida de Héroe [Kiribaku]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora